Luego de un año donde los aumentos de tarifas estuvieron por encima de la inflación y golpearon fuerte a los bolsillos de los consumidores, ¿qué subas se pueden esperar para el próximo año en los principales servicios? La clave será si los incrementos seguirán el ritmo del promedio de precios de la economía o volverán a superarlo. Desde el Gobierno apuestan a que los cambios en la modalidad de facturación y caída en el precio del gas puedan aliviar las subas.
"Este año, el aumento de los servicios superó ampliamente al incremento promedio de los salarios, más aun considerando que los sueldos pierden alrededor de un 10% de poder adquisitivo", explicó Horacio Larghi, economista de la consultora Invenómica.
Desde el Gobierno apuestan a que los cambios en la modalidad de facturación y caída en el precio del gas puedan aliviar las próximas subas
A lo largo de 2018, para los usuarios, las subas en gas rondaron el 77,6% (32% en abril y 34,5% en octubre); para la electricidad el incremento fue 46,3% (18% en enero y 24,4% en agosto); y para el servicio de agua 26% durante abril. Fueron ajustes para el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
En tanto, si se toman en cuenta los aumentos de los servicios desde diciembre de 2015 hasta hoy fueron: 1.317% para la electricidad, 660% para el gas y 483% para el agua, de acuerdo a los datos desagregados del Indice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires y al relevamiento de Invenómica.
"Considerando que los sueldos nominales aumentaron en el mismo período alrededor del 98%, esto implica que los argentinos hoy deben destinar un porcentaje de sus sueldos al pago de servicios mucho más alto que a fines de 2015″, agregó Larghi.
Nuevos ajustes por arriba de la inflación esperada
Para el año próximo, con el recorte de los subsidios a los servicios estipulado en el Presupuesto, será difícil que los aumentos se ubiquen por debajo de la inflación general.
Según destacaron desde la consultora, como piso, se puede esperar un incremento del 35% en electricidad, por ejemplo.
La tarifa de electricidad está bastante atrasada en relación a los costos
"La tarifa de electricidad está bastante atrasada en relación a los costos y, en pleno contexto electoral, es muy difícil saber cuál va a ser la jugada del gobierno, sobre todo por una cuestión de timing. Es probable que se aplique un aumento importante post-elecciones y no antes", indicó Nicolás Crespo, analista de la consultora Elypsis.
"El gas, en principio, se actualizará en abril en un porcentaje similar a la inflación mayorista (IPIM) acumulado entre octubre de este año y marzo del año próximo, dado que las licitaciones permitieron bajar el precio en dólares del millón de BTU (unidad de medida del gas en boca de pozo) y se logró que los consumidores paguen un precio que guarda una mayor relación con los costos que en el caso de la electricidad", dijo Crespo.
Con todo, el analista destacó que un factor muy importante será la volatilidad cambiaria. A pesar de que el tipo de cambio muestra cierta estabilidad, la banda superior al 31 de diciembre va a estar establecida en torno a los $48, lo que brinda un margen para que los shocks internos o externos que presionen a la moneda puedan impactar nuevamente en los costos.
Las tarifas de gas
Las actualizaciones para transporte y distribución de gas están previstas para abril y octubre del año próximo. Esas tarifas son autorizadas por el Enargas, luego de audiencias públicas, y se definen según índices como inflación mayorista y evolución de salarios. Desde el sector, aseguran que las empresas distribuidoras pedirán aumentos similares a la inflación.
Pero un punto clave de debate serán los contratos con las empresas productoras, para evitar lo que pasó en el último invierno, cuando el Gobierno finalmente las compensó por la devaluación. La idea es que los contratos puedan estar en dólares, pero que los precios se pesifiquen para cada semestre.
Pero ahora, desde el Gobierno estiman que el próximo año, si no hay sobresaltos cambiarios sustanciales, el precio final que paguen los consumidores debería contemplar la inflación de octubre a abril.
Del total de la factura que reciben los usuarios, cerca de la mitad de refleja del costo del transporte y la distribución, y el resto el valor que tiene el gas en boca de pozo. Ese valor —que hoy ronda los USD 4 por millón de BTU— viene disminuyendo, lo que aliviaría los aumentos. Hay expectativa también por el impacto de una renegociación del contrato con Bolivia (por el que se paga el gas casi USD 7 por millón de BTU).
Hoy los usuarios pagan un 90% del valor real del servicio. En 2014, ese porcentaje era de apenas 18 por ciento
Hoy los usuarios pagan un 90% del valor real del servicio. En 2014, ese porcentaje era de apenas el 18%. Para el Gobierno, ese subsidio que se ubica en el 10% se va a mantener al menos por dos años más. Lo que se subsidia es la diferencia de precios entre el gas local y el importado, la tarifa social y algunos programas todavía pendientes de compraventa de gas natural de la gestión anterior.
Además, a partir del año próximo la facturación será mensual (ahora es bimestral) y desde el invierno se implementará el programa de factura previsible que repartirá el consumo a lo largo de los 12 meses del año. Se estima que entre el verano y el invierno el consumo puede crecer hasta 6 veces en promedio.
Electricidad
El primer aumento del año próximo será a partir de febrero e incluirá la inflación acumulada entre septiembre y enero, en base al índice de precios mayoristas (IPIM) que mide el Indec.
El precio reflejado en la factura final que recibe el usuario tiene tres componentes: la generación de energía, el Valor Agregado de Distribución (VAD) que perciben las empresas distribuidoras Edenor y Edesur y el transporte (lo que tiene menos peso en el número final).
Desde el Gobierno aseguran que los subsidios a la energía eléctrica se reducirán de 33% (a noviembre de 2018) a 21% durante 2019 y a 14% en diciembre del año próximo. Estiman que un usuario promedio pagaba un 10% del valor de la electricidad en noviembre de 2015. En 2018 el porcentaje ya es de 76% y el promedio para fin de 2019 será del 86%. La expectativa es que en 2020, las tarifas de energía ya no cuenten con subsidios.
"En 12 años subimos varios escalones de subsidio. Ahora, si en dos años queremos retroceder esos 12 escalones nos vamos a caer. Es una metáfora para explicar lo que sucedió", explicó Cecilia Laclau, presidente de Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec).
Servicio de agua
Según un informe de la Defensoría del Usuario del Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS), que abarca la zona de cobertura de la empresa Aysa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aries y 26 municipios del conurbano, los ingresos por tarifas cubrirán durante el año próximo el 89% de los costos operativos (Opex) y los gastos de mejora y mantenimiento (M&M).
Sin embargo, desde la empresa Aysa aseguran que ese punto está todavía más cerca de ser alcanzado. Destacaron que en 2019 los ingresos tarifarios cubrirán el 94% de los costos operativos, más un 3% que se sumará por los aportes de los Gobiernos de la provincia y de la ciudad de Buenos Aires para cubrir la tarifa social. Ese monto está estimado en $ 900 millones.
Una vez alcanzada el 100% de la cobertura financiera, los aumentos en los próximos años deberían corresponder sólo a los incrementos por inflación.
Los ajustes para la tarifa de agua y saneamiento durante 2019 serán de 17% a partir de enero y de 27% a partir de mayo. Al ser acumulativos, representan una suba total en el año de 48,5%. "Las propuestas tarifarias son anuales, con lo cual no debería haber otros aumentos. De hecho, es algo que siempre se respetó. Después pueden haber quedado desfasadas con respecto a la inflación, pero la propuesta tarifaria anual contempla solo esos dos aumentos", explicó Herrero.
El régimen tarifario se rigió históricamente por una facturación por superficie de los inmuebles. Pero desde el año pasado, la empresa avanza hacia un sistema vinculado al volumen de los consumos reales.
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