La desigualdad social es enorme porque el poder económico capturó al Estado

El 10% de argentinos de mayores ingresos paga efectivamente de impuesto a las Ganancias un promedio de tan solo 9,6% de lo que recibe, según el Panorama Social de América Latina que la Cepal publicó este año

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La tributación de los sectores
La tributación de los sectores de altos ingresos es menos de la tercera parte de la tasa general de Ganancias

El porcentaje de 10% es obviamente muy inferior a la tasa legal vigente de Impuesto a las Ganancias y es menos de la mitad del porcentaje que el decil más alto abona en los países de la Unión Europea, donde llega al 21,3 por ciento.

A pesar de esa evidente escasa carga tributaria sobre los contribuyentes más acomodados, hay una idea bastante extendida en el sentido contrario, y una insistente y profusa campaña que se queja de que el gravamen a la renta personal es muy elevado e insiste y machaca para que se lo reduzca aún más.

Tan extendida está esa falsa idea que la comparten la mayoría de los principales dirigentes políticos, casi todos los líderes sindicales, muchos "expertos" tributaristas, periodistas y formadores de opinión y, como lógica consecuencia, parte considerable de la población.

Es notable que la mayoría de los medios estén informando estos días como un hecho de exagerada presión tributaria que en un país con más de 20 millones de personas en edad activa y un promedio salarial inferior a los $30.000, la cantidad de personas que va a pagar Ganancias por tener un ingreso mensual de más de $38.000 será de apenas 1,9 millones.

Este fenómeno que es una de las causas de la inequidad tributaria vigente en la Argentina fue descripto por la española Rosa Cañete Alonso en una de las tantas presentaciones que formaron parte del Foro de Pensamiento Crítico que se desarrolló esta semana en Buenos Aires.

El trabajo elaborado en conjunto por la ONG Oxfam y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) detectó los mecanismos a través de los cuales las élites económicas de América Latina vienen ganando influencia en el funcionamiento de las democracias y en la determinación de las ideas dominantes.

El trabajo elaborado en conjunto por la ONG Oxfam y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) detectó los mecanismos a través de los cuales las élites económicas de América Latina vienen ganando influencia en el funcionamiento de las democracias

Lógicamente, la presentación de Rosa Cañete Alonso no tuvo la repercusión de la exposición que realizaron en ese evento Cristina Fernández de  Kirchner o de Dilma Rousseff, pero su lectura y comprensión aportaría mucho a los interesados en comprender por qué el poder económico y sus ideas están ganando espacio en la Argentina, en Brasil y en varios otros países de la región.

El trabajo se titula Democracias Capturadas: El Gobierno de Unos Pocos, y desarrolla los mecanismos por los cuales las élites se adueñan de la política fiscal y su impacto desfavorable para los niveles de desigualdad. Plantea que sólo en un "Estado capturado que privilegia a unos pocos frente a la mayoría de la población puede ocurrir que las políticas públicas reduzcan y limiten los derechos de la ciudadanía", y sostiene que esa captura es posible debido a que "las desigualdades de poder y de influencia les permiten a ciertas élites dominar los procesos de decisiones políticas y poner al Estado a su servicio".

El análisis se basa en 13 casos en diversos países de la región en los que las élites actuaron para diseñar e implementar la política fiscal en su propio beneficio y a costa del bien común.

Entre los mecanismos de captura más destacados figura el financiamiento de las campañas electorales y de la política en general, con el elemental objetivo de obtener la correspondiente contraprestación a través de la promoción de medidas favorables o el bloqueo de políticas inconvenientes.

Aunque este ensayo no lo cita, el ejemplo más elocuente lo reveló el periodista Hugo Alconada Mon en su libro La Raíz de todos los Males, donde relató que Mauricio Macri les pedía a los empresarios que aporten a la campaña el 1% del patrimonio con el argumento de que el restante 99% iba a valer mucho más si él ganaba la presidencia.

Aunque es probable que el fracaso económico de Cambiemos no haya favorecido a muchos de los grandes empresarios, hay sobrados indicios y razones para creer que la primera parte del trato se cumplió.

La puerta giratoria

Volviendo al trabajo dirigido por Rosa Cañete Alonso, otro de los mecanismos de captura es la denominada "puerta giratoria", a través de la cual empresarios o ejecutivos de grandes compañías pasan a ocupar cargos estratégicos en el Estado, y en muchos casos regresan al sector privado sin que medie una ventana de tiempo razonable y prudencial.

Al respecto la Argentina es un ejemplo arquetípico. El estudio cita una investigación de la Universidad Nacional de San Martín que demostró que casi un tercio de los funcionarios del gabinete de Macri ocupó alguna vez un puesto de alta o media/alta gerencia en el sector privado, particularmente en la actividad financiera, en el negocio de la energía y en los servicios profesionales.

En la lista de mecanismos de captura sobresale la corrupción. Como ejemplo paradigmático de la región el ensayo ejemplifica con el caso Odebrecht, y en una elaboración propia sobre la base del acuerdo al que llegó la compañía brasileña con el Departamento de Justicia de Estados Unidos establece que los USD 35 millones de sobornos que pagaron en la Argentina les permitió obtener ganancias por USD 278 millones. Un rendimiento descomunal.

Otra de las vías de captura son las campañas mediáticas, que a través de dinero y aprovechando la gran concentración de medios existente en la región facilitan que el poder instale agenda y difunda ampliamente su mensaje, ya sea a favor de medidas de su conveniencia o con campañas que buscan instalar el miedo a la desinversión si se aplican políticas contrarias a sus intereses.

El llamado "velo técnico" es otra de las herramientas. Refiere a la supuesta autoridad y legitimidad argumental en asuntos intrincados que las elites logran imponer a través de especialistas y think tanks financiados por ellos.

El trabajo atribuye a la captura del Estado los altísimos niveles de desigualdad vigentes en la región. En América Latina y el Caribe el 10 por ciento más rico concentra el 68 por ciento de la riqueza, mientras el 50 por ciento más pobre sólo accede al 3,5 por ciento. A su vez, el 1 por ciento más rico concentra el 37 por ciento de la riqueza, superando el 33 por ciento que tenía a comienzos de este siglo.

El trabajo atribuye a la captura del Estado los altísimos niveles de desigualdad vigentes en la región

Para el caso argentino, una manera de ilustrar las consecuencias de la interferencia de las elites en la política es la escasa mejora que registra la desigualdad por el accionar del Estado.

Indicador de brecha de ingresos

Si se lo mide por el índice Gini (un indicador que varía entre 0 y 1, siendo 0 en el hipotético caso que todos reciban lo mismo y 1 en el extremo opuesto donde uno se queda con todo), la intervención del Estado mediante impuestos y subsidios sólo reduce el Gini de 0,54 a 0,47. El impacto sería mucho mayor si se aplicaran las medidas que el estudio propone, como por ejemplo más impuestos patrimoniales y a los altos ingresos en desmedro de los impuestos al consumo.

El ensayo da cuenta de un estudio realizado en la Argentina hace algunos años por la ONG Commitment to Equity (Compromiso con la Equidad), según el cual debido a la aplicación de un IVA muy elevado e impuestos progresivos bajos, 2,2 millones de personas caían en la categoría de pobres.

La aplicación de un IVA muy elevado e impuestos progresivos bajos, 2,2 millones de personas caían en la categoría de pobres

La captura del Estado por las elites poderosas está mellando la confianza en la democracia. Según una encuesta de Latinbarómetro mencionada en el trabajo el 65% de los latinoamericanos dice estar insatisfecho con una democracia gobernada a favor de los ricos.

Y esta no es una caracterización original para con el gobierno de Macri. Como se advierte en el gráfico previo un 75% de argentinos considera que gobierna para los poderosos.  Es un porcentaje impactante, pero equivalente al promedio de la región.

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