La empresa textil Eyelit cerró una de sus dos plantas productivas, ubicada en la provincia de Catamarca, y ahora se encuentra en pleno proceso de negociación de la desvinculación de sus 50 trabajadores, a los que ofreció formar una cooperativa.
"La planta de Catamarca está intacta, con materia prima y maquinaria como para empezar a producir mañana. El problema es que, con la caída de la Promoción Industrial, hace 10 años que la empresa es deficitaria. Después, hace cinco que entró en una crisis más profunda, y hace dos o tres que hizo una explosión con una convocatoria de acreedores", relató Gerardo Mociulsky, propietario de la empresa, en una entrevista con Radio Valle Viejo de Catamarca.
La empresa es deficitaria y hace dos o tres años que hizo una explosión con una convocatoria de acreedores
La planta productiva que cerró, ubicada en la localidad de Sumalao, en el departamento de Valle Viejo, pertenece a Tileye, una subsidiaria de Eyelit, y fue inaugurada hace 35 años. "Durante los primeros años de funcionamiento, los responsables de la empresa, con creatividad y mucho esfuerzo, lograron nivelar el déficit por sobrecosto y por altos costos logísticos debido a lejanía, pero hace más de 10 años que no tienen ningún tipo de promoción industrial ni fiscal, lo que ocasionó que aumentara su déficit comercial", destacó la empresa en un comunicado.
Según detallaron, en un contexto de caída persistente de ventas —de entre 25% y 30%— se sumaron "importantes pérdidas" en los últimos períodos que llegaron a más de $11 millones durante el último año, que no se pudo financiar.
Eyelit fue fundada en 1963 y la empresa fue pionera en la Argentina de la fabricación de slips, en la década del 70. En la actualidad la compañía tiene dos plantas: una en Sumalao, Catamarca, donde trabajaban los obreros textiles despedidos, y otra en Caseros, provincia de Buenos Aires, que sigue en funcionamiento y concentra además la administración y la logística.
En abril de 2015 la marca solicitó la apertura de su concurso preventivo, y denunció un pasivo cercano a $82 millones. Hasta entonces la empresa lideraba el negocio de ropa interior masculina, con una participación de mercado superior al 35%, y contaba con una red de veinte locales propios y más de 1.500 negocios multimarca. En los años 90, el presidente de la compañía estuvo a punto de vender la fábrica al fondo de inversión Exxel Group.
La industria textil opera a la mitad de su capacidad instalada en 2018
El rubro textil no queda a salvo de la contracción de la actividad económica y la industria en general. Según el último informe de Utilización de Capacidad Instalada del INDEC, en septiembre de este año el sector textil utilizaba apenas el 49,1% de su potencial de producción, por debajo del promedio general de 61,1 por ciento.
Según la Unión Industrial Argentina (UIA), la producción fabril se desplomó 7,7% interanual en septiembre y la cadena textil-indumentaria fue la de peor desempeño de todas las ramas analizadas, con una contracción del 25% respecto de septiembre de 2017, para acumular una caída de 11,6% en los primeros nueve meses de 2018.
El sector enfrenta duros obstáculos para su subsistencia, en particular las pequeñas y medianas empresas. A la suba de costos, principalmente las tarifas, y la fuerte presión tributaria, se suman la competencia de los productos importados, las elevadas tasas de interés que impiden el financiamiento y complican la cadena de pagos, y la caída del consumo interno por salarios cuyo incremento quedó debajo de la inflación.
El proceso de caída de la producción fabril se inició en 2012, después de un récord de actividad en 2011. En 2018 la caída de la producción manufacturera se profundizó por la recesión y la devaluación, para alcanzar niveles similares a los de 2008.
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