Hoy se conocerá el dato de inflación de octubre, que se habría ubicado en niveles cercanos al 5,5%. Pero el Gobierno prefiere mirar para adelante, porque el panorama es algo más alentador.
Según las últimas estimaciones que manejan en el Indec, pero también en consultoras privadas que miden casi a diario la evolución de los precios, en noviembre la inflación se ubicaría por debajo del 3%. Y la expectativa es que en diciembre tampoco supere ese umbral, aunque todavía es prematuro adelantarlo.
El mes pasado la inflación se habría ubicado en niveles cercanos al 5,5%, mientras que en septiembre -justo después del salto cambiario que llevó al dólar a $40- tocó el nivel más alto desde abril de 2016, al llegar a 6,5%. Se estima que el 2018 terminará con una inflación acumulada del orden del 47%, la más alta desde el 2002.
La inflación mostrará un punto de inflexión en noviembre y la expectativa es que no haya repuntes importantes por delante. La “velocidad crucero” volverá a ubicarse en niveles de 2% a 2,5% en los próximos meses meses
Pero el panorama parece que empezó a cambiar a partir de este mes. Y los números son mejores incluso de los que se esperaban hace apenas un par de semanas.
5 factores que explican la desaceleración de la suba de los precios
1. El "torniquete monetario", con fuerte suba de las tasas de interés y cero expansión monetaria, está empezando a tener efecto. Al haber pocos pesos circulando en la economía, hay menos posibilidades para las empresas de convalidar suba de precios.
2. El enfriamiento de la actividad económica es la contracara de la menor inflación. De la misma forma, también el estancamiento del crédito tiene efectos en disminuir la posibilidad de remarcaciones.
3. La caída del dólar en octubre y la estabilidad que muestra en lo que va de noviembre resulta clave para contener la inflación en esta instancia, pero además reducir las expectativas de una posible espiralización de precios a futuro. En ese sentido, disminuye la presión del famoso "pass-through", o sea el traslado a precios de la devaluación.
4. No hubo grandes aumentos de precios regulados, porque tanto transporte, gas y luz ya habían tenido subas en meses anteriores. Y la nafta aumentó un promedio de 7% a principios de mes, pero ahora algunas petroleras bajaron los precios entre 2,7% y 3,2% para no quedar muy lejos de YPF.
5. El Cyber Monday también generó fuertes ofertas ante la crisis económica. A tal punto que algunas consultoras llegaron a medir inflación nula o incluso deflación en la primera semana de noviembre. Un fenómeno puntual, pero que también ayuda a suavizar ajustes de precios.
Recorte de la tasa de política monetaria
En la medida que se consolide la reducción de la inflación, será más factible empezar a bajar más decididamente las tasas de interés. Y así figura en el acuerdo firmado con el FMI. Ayer el rendimiento de Leliq, títulos que emite el Central a siete días, bajó casi dos puntos más y se ubica en 63,2% anual, diez puntos menos que el nivel de principios de octubre.
Con este panorama, el Gobierno pretende mostrar hacia fin de año que las políticas de ajuste monetario están empezando a tener efecto, al menos para contener la inflación. En ese sentido, el mensaje es que vale la pena hacer el esfuerzo porque tarde o temprano llegan los resultados.
El Gobierno pretende mostrar hacia fin de año que las políticas de ajuste monetario están empezando a tener efecto, al menos para contener la inflación
La desaceleración de precios será, de hecho, el principal logro de política económica que podrá mostrar el Gobierno en los próximos meses. Y esa disminución de la inflación permitiría empezar a recuperar gradualmente el poder adquisitivo del salario el año próximo. Sobre todo luego de la pérdida sufrida este año.
Pero el camino no será sencillo. Todavía quedan muchas variables que podrían generar un rebrote inflacionario.
Uno de ellos es el aumento de tarifas previsto para el año que viene (ante la suba de subsidios por la devaluación), otro es que los precios mayoristas subieron 20 puntos más que el índice minorista y tarde o temprano se irá traspasando ese mayor costo.
Y luego habrá que seguir de cerca la evolución del dólar. Si llegara a pegar un salto significativo, el impacto rápidamente volvería a trasladarse a los precios.
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