Una nueva misión del FMI llegará hoy a la Argentina y está previsto que permanezca dos semanas en el país. El objetivo será monitorear el cumplimiento de las metas fiscales comprometidas en el acuerdo. Pero al mismo tiempo se seguirá de cerca el comportamiento de las tasas de interés y el dólar, que quedó a menos de 30 centavos de llegar al piso inferior de la banda cambiaria.
Para este año no habría mayores problemas para cumplir con la meta de déficit primario, incluso se sobrecumpliría el objetivo del año, que es un rojo fiscal de $378.000 millones. Ya será mucho más complejo el target del año que viene, cuando se deba alcanzar el equilibrio fiscal primario, antes del pago de intereses.
Por eso, el objetivo central de esta misión será monitorear mucho más de cerca qué pasa con el desarrollo del nuevo programa monetario, mucho más estricto que el del acuerdo original. En realidad, el plan conocido como "emisión cero" es el corazón de los cambios que se implementaron en octubre al programa original que se había firmado en junio. Y eso es lo que se vigilará de manera puntillosa a partir de ahora.
El italiano Roberto Cardarelli será quien nuevamente encabezará la misión que desembarca en la Argentina. Tal como adelantó ayer Infobae, el funcionario del FMI mantuvo un "conference call" con inversores de Wall Street para dar detalles sobre el programa renovado. Y allí dejó en claro que "aún no están dadas las condiciones" para expandir la base monetaria, aún en el caso de que el dólar toque el piso de las bandas cambiarias.
Ayer el dólar finalizó a $35,50 en el mercado mayorista, apenas 25 centavos arriba del piso de la banda. Por lo tanto, estaría muy cerca de quedar debajo de la "zona de no intervención". En ese escenario, el BCRA quedaría autorizado a salir a comprar dólares. La incógnita es si los pesos que habría que emitir con ese objetivo serán o no absorbidos posteriormente.
El objetivo central de esta misión será monitorear mucho más de cerca qué pasa con el desarrollo del nuevo programa monetario, mucho más estricto que el del acuerdo original
En ese diálogo, Cardarelli afirmó que el objetivo en esta instancia es recuperar la credibilidad del Banco Central, por lo que no tendría sentido acelerar los tiempos. En ese sentido, otras de las incógnitas es a qué ritmo irán bajando las tasas de interés para reanimar la economía.
Ayer la tasa de Leliq finalizó a 67,1% anual, el nivel más bajo desde que arrancó la nueva política monetaria. Se trata de un rendimiento que ya está lejos del nivel de 73,5% que se pagaba hace exactamente un mes. Pero todavía es alto para que las empresas se puedan financiar a tasas razonables.
El compromiso asumido por el BCRA es que la tasa no podrá bajar del 60% anual hasta que no haya señales más claras de baja de la inflación y también se reduzcan las expectativas sobre inflación futura. Por eso, se da por sentado que ese nivel es el piso al menos hasta fin de año. Y es posible que en enero, de no producirse ninguna sorpresa, las tasas vayan retrocediendo en forma más rápida. Para eso, será clave que el dólar mantenga cierta estabilidad, obviamente moviéndose dentro de las bandas de flotación definidas.
Junto a Cardarelli también llegará el recientemente flamante representante del Fondo en la Argentina, el jamaiquino Trevor Alleyne. Aún no se sabe dónde estará su oficina, aunque el propio ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aclaró que estará momentáneamente en el Banco Central hasta que el organismo encuentre un lugar propio. Él actuará como nexo permanente entre los funcionarios de Hacienda y el Banco Central con los técnicos del FMI, que básicamente siguen el cumplimiento del programa desde Washington.
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