El severo cambio de precios relativos que provocaron la concurrencia de fuerte devaluación del peso y suba del costo del dinero, en un escenario de consecuente pérdida de capacidad de compra de los salarios, determinaron en el noveno mes una nueva contracción de la actividad manufacturera y de los desarrolladores inmobiliarios y de obras de infraestructura en la medición del Indec, en línea con lo que habían anticipado los indicadores del Estudio Ferreres y FIEL.
En el primer caso, el organismo oficial de estadística registró una baja de 11,5%, mientras que la construcción se contrajo 4,2 por ciento.
En el acumulado de los primeros nueve meses la actividad manufacturera disminuyó 2,1%, en tanto la actividad de las desarrolladoras mantuvo una suba de 6,4%, informó el Indec.
Hay que remontarse a diciembre de 2012 para encontrar un derrape tan significativo del conjunto de la actividad manufacturera, a ritmo de dos dígitos porcentuales: 16,4%, entonces afectada por el cepo cambiario y el severo control de importaciones, inclusive de productos necesarios para el complementar el proceso fabril.
Entre los rubros más afectados por la baja de la demanda interna que se trasladó al ritmo de trabajo en las fábricas el Indec encontró al productor de fibras sintéticas y artificiales 56,9%; manufacturas de plásticos 21,3%; detergentes; metalmecánica 20,5%; jabones y productos personales 17,5%; y automotores 15,7 por ciento.
El receso fabril acumula 5 meses consecutivos, desde que se inició tímidamente en mayo, cuando comenzó la corrida cambiaria que se logró contener en octubre
Semejantes movimientos provocaron que el conjunto de la producción fabril acumulara 5 meses consecutivos en franco receso, el cual se extendió a octubre, como lo reflejó la industria terminal automotriz.
Mayor resistencia de la construcción
En el caso del indicador agregado de las obras públicas y privadas la baja de 4,2% que estimó el Indec fue la más intensa desde febrero de 2017.
Sin embargo, en este caso, tras 5 meses consecutivos de notable declive de los pedidos de permisos para construir, a ritmo de dos dígitos porcentuales, en septiembre se anotó una suba de 6,1% en comparación con el nivel de un año antes.
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