Se atrasa el salario real: perderá 10 puntos porcentuales en 2018 por la escalada inflacionaria

La gestión del gobierno de Cambiemos finalizaría con una contracción del poder adquisitivo en términos reales

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El avance de la inflación
El avance de la inflación carcomió el poder de compra de los salarios.

El avance de la inflación en 2018, que se fue acelerando con el correr de los meses, le sacó amplia ventaja a los salarios, con negociaciones paritarias que cerraron en torno al 25% de incremento nominal.

"En 2018 la caída del poder adquisitivo de los asalariados del sector privado se ubicaría en torno al 11%, la más elevada desde el 2002, año en el cual la contracción se ubicó en un 25,4%", indicó un informe de Invenómica.

El estudio concluyó que "si bien todavía es muy imprudente realizar estimaciones sobre la evolución del salario real para 2019, todo indica que muy difícilmente pueda recuperarse en un 13% (real). Por lo cual, la gestión del gobierno de Cambiemos finalizaría con una contracción del poder adquisitivo".

Fuente: Invenómica, en base al
Fuente: Invenómica, en base al Ministerio de Trabajo, INDEC e Inflación Congreso.

Una proyección del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, en base a datos del INDEC, determinó que al cierre del tercer trimestre de 2018 el el salario promedio alcanza los 18.012 pesos.

Estos ingresos son inferiores a los que necesitó una familia tipo en septiembre, unos $23.726 para evitar caer en la pobreza y cubrir el costo de la Canasta Básica Total (CBT) estimado por el INDEC, que registró una suba de 46% en la medición interanual. En tanto, la canasta de alimentos –para que una familia tipo no sea considerada indigente- ascendió a $9.528 en el noveno mes del año.

Según el INDEC, en el acumulado para los primeros ocho meses de 2018 la suba de ingresos para el total de la población asalariada promedió 15,3% (formal privado y estatal, e informal), unos nueve puntos porcentuales menor a la suba efectiva del Índice de Precios al Consumidor del período.

El retraso de los salarios continuará en los próximos meses pues el salto del tipo de cambio entre mayo y septiembre y la inflación mayorista (que subió el doble que la minorista en 2018) van a mantener elevada a la inflación general, mientras que muchas negociaciones paritarias no se activarán sino hacia el segundo trimestre de 2019.

El consumo interno caerá por la evolución negativa de los salarios reales, el empleo y el acceso al crédito

"Para el último trimestre del año el panorama es negativo, porque el traslado a precios no es de un mes a otro, sino constante en el transcurso de varios meses. Es probable que el tipo de cambio se vaya manteniendo dentro de las bandas, pero es difícil que 2018 finalice con una inflación acumulada debajo del 45%. Y con salarios que ajustaron entre 30 y 35 por ciento en el mejor de los casos, estamos hablando de una pérdida del salario real de 10% en el año", describió Horacio Larghi, de Invenómica.

"El deterioro del mercado de trabajo también afectará el consumo interno, cuyo principal motor son los salarios reales, el empleo y el acceso al crédito", aportó Ecolatina.

En ese marco, prevé que "la caída del salario real formal superaría en promedio el 6% interanual en 2018″, liderada por el retroceso del 8% en el salario de los empleados registrados del sector público y del 5% para trabajadores registrados privados.

Fuente: Ecolatina, en base a
Fuente: Ecolatina, en base a INDEC y estimaciones propias.

El deterioro del mercado de trabajo también afectará el consumo interno, que es sostenido por la evolución de los salarios reales, el empleo y el acceso al crédito, restringido por tasas de interés por encima del 70% anual.

"En este escenario, estimamos que la caída del consumo privado rondaría el 6% interanual en el tercer y cuarto trimestre de 2018, arrojando una contracción de 2% interanual en el promedio del año", refirió Ecolatina.

En el aspecto salarial, Ecolatina subrayó que "la crisis golpeará más fuertemente al sector no registrado", debido a que "cuentan con menor poder de negociación (no están sindicalizados) a la hora de tratar de recomponer su salario", en tanto la inexistencia de un marco regulatorio y de indemnizacones "eleva las posibilidades de que pierdan su empleo".

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