El dólar continuó bajo control en la última semana y regresó a los precios de final de agosto, una novedad esperada por los agentes del mercado financiero, aunque no suficiente como para despertar el entusiasmo inversor. Los datos económicos siguen motivando la cautela: la inflación más alta en 27 años y una caída de la actividad económica sin un piso consistente como para anticipar el rebote.
El principal impulsor hacia el fin de año e inicios del 2019 podría ser el desembolso del FMI, en caso que el directorio del organismo ratifique el acuerdo el próximo 26 de octubre. Los fondos contantes y sonantes podrían dar volumen a las reservas internacionales y permitir el segundo paso en el restablecimiento del equilibrio financiero: la baja de tasas de interés que hoy agobian a la actividad y generan temores. Es que después del colapso cambiario por el desarme de LEBAC ahora crece otro pasivo remunerado en el balance del Banco Central, el de las Letras de Liquidez exclusivas para bancos, las LELIQ, que hoy ascienden a casi la mitad de la Base Monetaria (pesos en circulación, cheques cancelatorios y depósitos de los bancos en cuentas del BCRA).
Nadie quiere hacer apuestas. De un lado de la balanza gravitan los dólares del Fondo – USD 13.400 millones hasta fin de año más USD 22.800 millones en 2019-, que garantizan el refinanciamiento de la deuda pública sin sobresaltos, y la expectativa por la campaña agrícola, que ya en diciembre impulsará liquidaciones por la venta de trigo. Pero del otro lado persiste la recesión, con el endurecimiento monetario y fiscal comprometido frente a Christine Lagarde, mientras que la tensión social y política podría escalar ese contexto, en un 2019 electoral.
Los dólares del FMI permitirían bajar las tasas y avanzar en el restablecimiento del equilibrio financiero
Esta ambigüedad se reflejó en saldo de la semana financiera.
El dólar finalizó con escasas variantes, a $37,53 para la venta minorista y $36,54 mayorista, para exhibir en octubre una caída de 11,2% desde los precios máximos históricos del cierre de septiembre. "De todas formas, el costo de esta estabilidad se ve reflejado claramente en las altas tasas de interés que convalidan este tipo de cambio", advirtió un reporte de Invecq Consultora Económica. Este viernes, la tasa de corte de la LELIQ a siete días quedó en un promedio de 72,881% anual.
El poderoso golpe que significó la devaluación de 2018 y que tumbó las cotizaciones dejó a las acciones en "terapia intensiva". Sin pronta salida para la recesión ningún precio de ganga es atractivo.
"Tras la debilidad reciente, un respiro intercalan los activos domésticos aprovechando el rebote externo -apuntó el economista Gustavo Ber-, más allá de que los inversores siguen evaluando la dinámica de los desafíos económicos y los ruidos políticos".
Los ADR de empresas argentinas en Wall Street siguieron cerca de los mínimos del año, mientras que el panel Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) resta un 51% en dólares en 2018. Medido en pesos, el referente líder perdió 3,2% en la semana y suma una caída de 4,4% en el transcurso del año, después de que el INDEC anunciara el miércoles que entre enero y septiembre la inflación acumulada fue de 32,4 por ciento.
Sin pronta salida para la recesión económica ninguna acción con precio de de ganga es atractiva
El paso atrás que dio el dólar en la City no se replicó en los bonos soberanos, que mantuvieron los precios bajos y los rendimientos implícitos por encima del 10% anual en las referencias en dólares. El Riesgo País de la banca JP Morgan continuó para la Argentina en el orden de los 661 puntos básicos por encima de la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU a 10 años, hoy en 3,20 por ciento.
Un informe de Credit Suisse ponderó que "las autoridades están comprometidas con los objetivos clave acordados con el Fondo, que deberían reducir las necesidades de financiamiento en el corto plazo. Sin embargo, estas medidas también sustentarán una recesión económica más larga y profunda de lo que se anticipó anteriormente".