La tasa de los bonos del Tesoro de EEUU es la más alta en siete años y complica a los emergentes

Los rendimientos de los bonos norteamericanos se dispararon a 3,16% para el título a 10 años, el nivel más alto desde julio de 2011

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Las altas tasas de los bonos de EEUU desatan el “vuelo a la calidad”
Las altas tasas de los bonos de EEUU desatan el “vuelo a la calidad”

Un dato que puede complicar más el desempeño de las economías emergentes este año, y también la de la Argentina, es el renovado ascenso de los rendimientos de los bonos de los EEUU.

La tasa de los bonos del Tesoro a 10 años alcanzó el 3,16% anual, un rendimiento no visto en más de siete años, desde el 1° de julio de 2011, cuando tocaba 3,20 por ciento.

Cuando el gobierno norteamericano paga más por sus títulos de deuda desencadena grandes flujos de inversión financiera desde otras economías hacia los EEUU. Es decir, se desarman posiciones inversoras en países emergentes para posicionarse en títulos públicos norteamericanos, considerados más seguros.

Esto es porque EEUU es el país emisor del dólar y, por lo tanto, el riesgo de un default de deuda es nulo, a diferencia de lo que sucede con otros países que deciden emitir deuda soberana en dólares e incluso bajo legislación de Nueva York, cuando se trata de una moneda que no imprimen.

A la suba de tasa de los bonos del Tesoro de EEUU, Argentina le añadió el aumento del riesgo país

Basándose en esta realidad es que JP Morgan elabora su indicador de riesgo país, según el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro norteamericano a 10 años con sus pares emergentes.

En el caso de la Argentina, el riesgo país se situaba en 351 puntos al comenzar 2018, mientras que la tasa de los Treasuries alcanzaba 2,4% anual en dólares. Esa relación permitió a la Argentina la emisión de deuda pública en dólares a una tasa próxima al 6% anual, elevada, pero de cumplimiento accesible.

El paulatino aumento de la tasa de los T-bonds, que superó el 3% el pasado 25 de abril, provocó una potente volatilidad en los mercados que, en el caso argentino, se observó en un aumento del riesgo país y la corrida cambiaria, que fueron potenciados por las propias inconsistencias de la economía doméstica, agobiada por el déficit fiscal.

Así fue que en 2018 el peso se devaluó más del 50% y la Argentina debió recurrir a un urgente acuerdo con el FMI, cuando el alza del riesgo país, que rozó los 800 puntos básicos el 4 de septiembre, bloqueó el acceso a los mercados internacionales de deuda.

Los altos retornos de la deuda norteamericana fungen como una aspiradora de fondos del resto del mundo

El riesgo país de Argentina es de unos 627 puntos básicos. Si se le suman otros 316 puntos básicos que pagan los bonos del Tesoro, las emisiones soberanas deberían ofrecer una tasa de 9,4% anual en dólares para ser atractivas en el mercado internacional, un rendimiento demasiado alto para ser asumido por una economía en recesión.

Para Sabrina Corujo, directora de Portfolio Personal, "una economía que 'ruge' en Estados Unidos fue el principal sostén de las cotizaciones en los mercados, e incluso aplacó los ruidos políticos y comerciales que brinda el conflicto con China".

"No obstante, cada vez hay mayor concordancia de que estamos ya sobre el final de este ciclo", advirtió.

Las necesidades fiscales del gobierno de Donald Trump están detrás de esta suba de tasas de impacto global, pues corresponde a una caída en los precios de los títulos en el mercado secundario, ante el aumento de la oferta de deuda gubernamental y cifras económicas sólidas en EEUU que pueden presionar sobre la inflación.

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