El aceleramiento de la inflación, junto con una perspectiva pobre para posibles ajustes en el poder adquisitivo, volvieron a hundir el humor de los consumidores. El Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Di Tella cayó un 7% en septiembre respecto del mes anterior.
El índice privado refleja las expectativas de cara al próximo año para los rubros de situación personal, macroeconómica y compra de bienes durables e inmuebles como electrodómesticos. La caída lleva al dato a niveles similares a septiembre de 2014.
El consenso general de un tramo recesivo de cara a fin de año tanto del sector privado como público terminó de determinar el humor de los consumidores para sus propios bolsillos, pero con cierto apoyo al plazo de mejora para el segundo semestre de 2019.
Respecto de agosto, 2 de los 3 subíndices presentan bajas. Por un lado, la perspectiva de la situación macroeconómica presenta una mejora leve de 2,1%, los desagregados que relevan las situaciones más individuales mantienen una mala calificación.
Y si bien hubo una caída en situación personal (-6,4%), el mayor derrumbe fue en la predisposición para la compra de bienes durables y electrodómesticos (-32,8%), explicado por el mayor desembolso a la hora de adquirir electrodomesticos e inmuebles con el tipo de cambio actual.
De cara a los próximos doce meses, los consumidores toman varios factores en cuenta. Los principales en el frente personal son el efecto inflacionario que queda por verse en el tramo final de este año y la primera mitad de 2019, y su combinación con los ajustes tarifarios en energía y transporte.
En particular, los encuestados en el área de Buenos Aires son los que menos entusiasmo tienen por sus finanzas personales, con una caída del 12% en el subíndice respecto del mes anterior.
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