En sintonía con el FMI, el Banco Central decidió implementar un esquema de bandas de flotación cambiaria inédito en la Argentina. La entidad se compromete a mantener el tipo de cambio dentro de una franja amplia, que se definió para el arranque entre 34 y 44 pesos, es decir una brecha de casi 30%. Además el piso y el techo fue fijado prácticamente a una distancia similar en relación con el tipo de cambio mayorista, que ayer cerró a $38,50.
Las bandas son un nuevo intento para conseguir lo que nunca se consiguió en la Argentina: domar al dólar. El objetivo en el corto plazo al menos es reducir la intervención del Central y sobre todo la discrecionalidad para manejar el tipo de cambio. Ahora habrá una regla conocida para hacerlo.
El techo de la banda actualizado por inflación se asemeja al crawling peg que utilizó Martínez De Hoz a fines de los años 1970. En aquel momento se estipulaba un tipo de cambio, pero que iba actualizándose en forma periódica. Con el tiempo, la elevada inflación fue superando ese ajuste cambiario y se cayó en un fuerte atraso del tipo de cambio.
¿Cómo funcionará este novedoso sistema de bandas cambiarias? El nuevo titular del BCRA, Guido Sandleris dio algunos detalles que pueden resumirse en estos puntos:
1. El Central no intervendrá en el mercado cambiario en la medida que la divisa se mueva dentro de estas bandas de flotación. Esto quiere decir que no saldrá a vender reservas si, por ejemplo, supera los $40 como pasó hasta hace pocos días. En cambio, sí podría salir a vender o comprar en el mercado de dólar futuro, ya que eso no implica usar divisas. A fin del período, esos contratos se pagan o se cobran en pesos. En la medida que se mantenga en las bandas definidas entre $34 y 44, el dólar flotará con libertad, sin que intervenga el BCRA.
2. Cuando toque el techo o piso de la banda, el Central tiene el compromiso de intervenir. Si la divisa llega a los $44, entonces la entidad se compromete a vender divisas para evitar que supere ese nivel. De la misma forma, en caso de que el tipo de cambio caiga a $34, allí el BCRA debería salir a comprar dólares y por ende inyectando pesos. Claro que según aclaró el propio Sandleris, esa intervención estará limitada a no más de $150 millones diarios. Se trata de un arma de doble filo. En la medida que el dólar se mueva lejos de las bandas, el Central no interviene tal como desea el Fondo. Pero cuando se acerque al techo seguramente podría desatarse una ola de compras para saber cuánto realmente está dispuesto a vender la autoridad monetaria. Y esto en perspectiva podría aumentar la vulnerabilidad de la entidad.
3. El piso y el techo de la banda se actualizarán diariamente, a un ritmo del 3% mensual. Esto quiere decir que si el esquema empieza a regir hoy, dentro de un mes el nuevo techo de la banda de flotación se ubicará en $45,3 y ese es el nuevo nivel al que se compromete a intervenir el Central. No está claro por cuánto tiempo se mantendrá este ajuste mensual de las bandas, aunque se aclaró que será solo hasta fin de año. En la medida que la inflación baje, también se reducirá ese 3% de incremento mensual de aumento para el piso y techo de la banda.
4. La meta de "emisión monetaria cero" también es clave para lograr el equilibrio cambiario. Al secar aún más la plaza de pesos para adelante, se supone que habrá aún menos posibilidad de generar una nueva corrida cambiaria. Pero esto es siempre relativo, ya que en un escenario de incertidumbre también pueden salir pesos de los plazos fijos para comprar divisas. Se supone que al no haber emisión y con un mercado que tendrá pocos pesos, al menos en el corto plazo la tasa de interés se mantendrá muy alta. Esto tendrá efectos recesivos, pero tendría a favor que hay más chances de equilibrar el mercado cambiario.
5. El objetivo implícito del nuevo esquema es reducir la participación del Central en el mercado cambiario. Una de las preocupaciones del FMI es que los dólares que desembolsará (del acuerdo total por USD 57.000 millones) terminen utilizándose para estabilizar el dólar en vez del objetivo primordial, que es brindarle recursos al Gobierno para que pueda hacer frente a los vencimientos de deuda. De esta forma, con un dólar muy alto como nuevo techo, se supone que resulta suficientemente alto como para no tener la necesidad de intervenir. "Un dólar a 44 pesos implicaría el mismo tipo de cambio real del 2003, no tiene sentido", fue lo que expresaron funcionarios del palacio de Hacienda a un grupo de periodistas al presentar el Presupuesto 2019.
Seguí leyendo: