La mayor contracción del PBI en cuatro años se explica del lado de la oferta por el severo impacto de la sequía sobre la producción y exportación de alimentos, con su consecuente efecto negativo sobre el trasporte de carga y el comercio. Del lado de la demanda, por la contracción de las exportaciones y el ajuste del sector público para bajar el déficit, la nueva meta central del programa financiero del gobierno de Mauricio Macri.
Las cuentas nacionales, como se define a la serie de indicadores de la actividad económica global, tanto del lado de la oferta como de la demanda agregada, arrojaron para el segundo trimestre del año la primera contracción del PBI, con una tasa de declive de 4,2% después de 5 períodos con sostenido crecimiento, y simultáneamente el sexto trimestre consecutivo de expansión del consumo de las familias, aunque atenuado a un modesto 0,3%, estimó el Indec.
Los datos de la Encuesta de Supermercados y Shoppings que también informa el organismo oficial de estadística venía anticipando la firmeza del consumo privado en esos canales, pese a que la aceleración de la inflación a partir de mayo, como consecuencia directa de la estampida del tipo de cambio, cambió el humor de las familias.
Ese fenómeno se observó con mayor nitidez en el caso de los patentamientos de automotores que rápidamente acusaron el efecto de la suba de la tasa de interés y el debilitamiento del poder de compra de los salarios.
Sin embargo, esa retracción de la demanda de bienes durables, a la que se sumó la brusca contracción del mercado inmobiliario, aún no llegó a impactar en la estimación preliminar del consumo privado por parte del Indec, habida cuenta de que sólo registró una desaceleración de la tasa de aumento de unos 4 puntos porcentuales, tanto en comparación con la variación del período previo como la observada un año antes.
Por el contrario, el Indec anotó la segunda baja trimestral consecutiva del consumo del sector público, como consecuencia directa del plan de austeridad que sigue el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que permitió que volviera a cerrar agosto con fuerte disminución del déficit fiscal primario.
La fuerte disminución de la demanda de bienes durables, a la que se sumó la brusca contracción del mercado inmobiliario, aún no llegó a impactar en la estimación preliminar del consumo privado por parte del organismo oficial de estadística
También declinaron las exportaciones, por efecto directo de la clara disminución de la oferta de cereales y oleaginosas que componen la cosecha gruesa del ciclo que finalizó en junio.
El otro componente de la demanda agregada, la formación bruta de capital fijo, se mantuvo en la senda expansiva, con 3,1%, sostenido principalmente por la compra de equipo importado, y la construcción vinculada con la actividad petrolera.
De todas formas, las estimaciones privadas indican que la onda expansiva del consumo privado terminará quebrándose en el tercer trimestre, cuando se intensificó la devaluación del peso y se aceleró la inflación.
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