El Banco Central ha puesto en marcha todos los mecanismos que tiene a mano para evitar que los más de $300 mil millones de Lebac que vencen el martes se vuelquen al dólar. Por de pronto licita la mitad de ese monto, que está en poder de ahorristas e inversores. Los bancos están afuera de esta licitación de Lebac. Para tentar a ahorristas e inversores, ofrece una tasa inimaginable. El viernes en el mercado secundario las Lebac más cortas a 35 días pagaban 66% anual.
¿Pero qué ocurrirá con los tenedores de Lebac que decidieran no renovarlas el martes y hacerse del efectivo? ¿O si el Banco Central no puede colocar la totalidad de los $ 150 mil millones que se licitan y que lo que le tomen de la licitación paralela de Letes sea escaso?
Quedará en circulación una enorme masa de moneda local que es altamente inflamable para el dólar. Para absorber esos pesos, aumentaron 5 puntos los encajes a los bancos, el dinero que deben inmovilizar en el Banco Central. De esta manera, por este mecanismo se inmovilizan $100 mil millones, pero al costo de tener cada vez más exposición de los bancos al sector público y una gran desprolijidad en los balances de las entidades que lo pueden pagar con caídas en sus cotizaciones en la Bolsa y, desde ya, con la pérdida de rentabilidad.
El ideal de los bancos es que sus grandes clientes sean del sector privado. Ser acreedores del Gobierno es un riesgo que está creciendo porque una buena parte esos encajes se hacen con títulos públicos. No les hace gracia tener en su cartera tantos bonos oficiales y tener limitada su tenencia de activos en dólares.
En el mercado apuestan a que el Central venderá dólares para absorber el resto de los pesos. Pero hay una información real: si bien el FMI le permitirá utilizar las reservas para evitar la disparada del dólar, le puso un límite: USD 800 millones que equivale a un poder de fuego reducido de no más de $32 mil millones.
La buena noticia fue el renacer de los bonos de la deuda, que derribó el riesgo país en casi 5% el viernes y bajó casi 9% en la semana. El riesgo país está en 661 puntos y debería estar algo debajo de 500 puntos para que el país pueda acceder a préstamos del exterior y aliviar su lucha interna contra la suba del dólar y la inflación. No hay que olvidar que la tasa de los bonos norteamericanos está en casi 3% y en diez días, la Reserva Federal de los Estados Unidos va a disponer una nueva suba de tasas que encarecerá todos los créditos a países emergentes.
Pero que los bonos en dólares hayan subido hasta 5% el viernes, o sea más que el dólar billete, es la gran noticia. Al Gobierno le preocupa más la caída de los bonos que la suba del dólar. Si los bonos recuperan paridades, el dólar billete se debilita porque los inversores pueden optar por estos títulos que, si bien fueron emitidos en dólares, se pueden pagar en pesos y tienen rendimientos que llegan hasta 10,54% como en el caso del Bonar 2024. Este título tiene un cupón de 8,75% anual, pero como cotiza por debajo de su paridad, rinde más de 10%. El Bonar 2020, un título corto, rinde 10,1% y el Bonar 2023 tiene una tasa de retorno de más de 12 por ciento. En cambio, el Discount que vence en 2033 da una renta de 11 por ciento.
Cuando la curva de rendimientos es más alta a corto plazo, es síntoma de un país con problemas en el sector externo. Si hay confianza, los bonos más cortos, son los de menor rendimiento porque son los que vencen antes. Por caso, el el Bonar 2019 rinde más de 8,33% porque le toca pagarlo a este Gobierno. Pero el Bonar 2020 rinde 10,06% porque lo pagará la próxima gestión.
Con este escenario y a pesar de la resurrección de los bonos, son pocos los que creen que estas medidas alcanzarán para calmar al dólar en la semana que viene. La mayoría de los analistas no cree que estas tasas en pesos que superan 5% mensual, puedan torcer la voluntad de los compradores de dólares. Como dato positivo queda que la suba de los bonos se atribuye a que los tenedores creen que el Gobierno los pagará porque recibirá del FMI los fondos que necesita.
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