Recomiendan impulsar el desarrollo industrial enfocado en la demanda interna y externa

La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial presentó en la UIA las conclusiones del Informe sobre el Desarrollo Industrial 2018

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El preconcepto que existe en la Argentina y en el mundo es que la producción industrial se encuentra en un claro proceso de declive como actor relevante en la generación de riqueza y empleos, por el notable impulso de los servicios públicos y privados.

Sin embargo, un análisis de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), luego de observar el desempeño de gran parte de los indicadores de los 140 países miembros en los últimos 25 años, hasta 2014, sobre la "demanda de manufacturas: impulsando el desarrollo industrial inclusivo y sostenible", no sólo demuestra lo contrario, sino que, además, resalta el gran potencial para el crecimiento del sector para contribuir a la mejora del bienestar de la población.

En la presentación del resumen del amplio estudio que formalmente se expondrá a fin de año en el el encuentro del G20  Desarrollo industrial inclusivo por parte de Cecilia Ugaz Estrada, directora del Departamento de Política, Investigación y Estadística de ONUDI, en la sede de la Unión Industrial Argentina, destacó que "siempre se analizó el tema del lado de la oferta de los insumos, pero ahora el enfoque se basó del lado del consumo, porque es la clave para el desarrollo".

El informe de 2018 del lado de la demanda, que lleva a la política de industrialización, con productos nuevos y mejora de los existentes, mejora la calidad de vida y permite una difusión en el mundo, se manifiesta en el mayor uso de los nuevos productos por parte de los hogares y mejora la calidad de vida de las familias.

Cecilia Ugaz Estrada: La política de industrialización, con productos nuevos y mejora de los existentes, mejora la calidad de vida y permitir una difusión en el mundo

De ahí que Ugaz Estrada resaltó como ese proceso "dio lugar al círculo virtuoso del consumo manufacturero y desarrollo industrial, con productos de mayor valor agregado, con más volumen, y más competencia e innovación, que conduce a un efecto precio descendente por aumento de la productividad, que redunda en suba del ingreso real de los hogares".

El estudio dio cuenta que "en los países desarrollados existe un efecto diferenciado, en particular en los industrializados, cuenta más la demanda
externa, mientras que en los en desarrollo cuenta más la demanda interna, y exige construir capacidades industriales adicionales".

Alertó la experta de ONUDI que "si bien las exportaciones contribuyen a  generar ingresos  divisas, para que eso se traduzca en un beneficio para el país es clave que aumente el poder de compra de las exportaciones, y eso se logra con mayor contenido tecnológico y adecuarse a la demanda  internacional, con diversificación de destinos, en busca de consumidores de mayores ingresos".

“Es clave que aumente el poder de compra de las exportaciones, y eso se logra con mayor contenido tecnológico y adecuarse a la demanda  internacional, con diversificación de destinos, en busca de consumidores de mayores ingresos”

Entre las recomendaciones de ONUDI se destaca que "un aporte relevante al círculo virtuoso de aumento de la producción industrial y para que sea sostenible en términos de condiciones ambientales, hay que promover un mejor uso de los recursos naturales, y alentar la compra de bienes con bajo impacto ambiental; y no generar amenazas de residuos". Hoy ese tipo de productos representan apenas el 8% de las exportaciones industriales del mundo.

Mensajes del informe y realidad de la Argentina

La presentación del trabajo fue complementado por Alejandro Lavopa, Analista del Desarrollo Industrial de ONUDI, con el foco puesto en la realidad argentina, con datos hasta 2017.

El análisis de desempeño de 140 países que generan el 98% PBI industrial, dio cuenta " a priori" que en los últimos 25 años se observó un proceso de desindustrialización, pasó de representar el 20% del PBI a 15%, en 25 años; mientras que una tendencia similar acusó la participación en el empleo total: pasó de 14% a 11,5% del total".

Pero Lavopa dijo que "esos indicadores, basados en el primer caso en el valor agregado nominal generado en las industrias manufactureras como porcentaje del PBI, esconden dos características:

1. la industria suele ser el motor de la productividad de toda la economía, eso se refleja en el mayor aumento de la productividad laboral comparada con la del total de la economía".

Alejandro Lavopa: “la industria suele ser el motor de la productividad de toda la economía, eso se refleja en el mayor aumento de la productividad laboral comparada con la del total de la economía”

2. "el promedio de precios de las manufacturas crecen menos que el resto de bienes y servicios, y eso contribuye a mejorar la capacidad de consumo de las familias".

En el caso de la Argentina, el estudio reveló que desde 2004 a 2017 se observan tendencias similares: baja la participación en el PBI en 7 puntos porcentuales en valores corrientes, pero es más estable en valores constantes;  y la dinámica de los precios relativos es del 75% de la de 2004, con lo cual la industria crece en relevancia del lado del consumo, con bienes de mejor calidad y a precios cada vez más bajos".

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