El FMI le pone límites al uso de reservas del BCRA y el dólar cerró arriba de $40

Guardar
El presidente del Banco Central Luis Caputo
El presidente del Banco Central Luis Caputo

Faltando pocos minutos para el cierre de la rueda, el BCRA salió a vender USD 39 millones cuando el dólar mayorista llegó a $ 39,75. Pero fue demasiado tarde y con un volumen muy acotado, por lo que el resultado conseguido fue más que discreto. El daño ya estaba hecho: la cotización del dólar reflejó la falta de oferta del mercado y se fue acelerando con el paso de la jornada. El cierre en bancos y casas de cambio marcó un nuevo récord a $ 40,22, tras una suba de casi 3%.

Semejante saldo de la divisa era justamente lo que el titular del Central, Luis Caputo, se había perjurado evitar. Es decir la apuesta era que no se repitiera otra rueda como aquella que hace dos semanas llevó a la divisa a $ 42 y desató una desesperada reacción de la Casa Rosada: como resultado se achicó el número de ministerios a la mitad y se anunció el plan "déficit cero". Además, se decidió encarar un nuevo acuerdo con el FMI para acelerar los desembolsos del organismo.

El escaso margen de maniobra que el Fondo le deja al Banco Central para intervenir en el mercado está pasando factura. El dólar subió ayer casi 3% y terminó en un nivel récord, arriba de $ 40.

Y aunque ayer las oscilaciones no fueron tan fuertes, quedó al descubierto que el Central tiene un margen más que limitado para intervenir en el mercado. Dejó de realizar las licitaciones y ahora vende directamente, con lo cual tiene influencia directa en la cotización. El problema es de magnitudes: con menos de USD 50 millones diarios es casi imposible ponerle un tope al precio o asestarle un golpe al mercado para generarles pérdidas a aquellos que están apostando todo el tiempo a una suba mayor de la cotización.

Detrás de esta presencia tímida del Central está el FMI, que no ve con buenos ojos que se utilicen reservas para influir en el valor del dólar. Para los técnicos de la entidad, perder reservas para defender una determinada paridad cambiaria enviaría una señal de debilidad al mercado. Por lo tanto, si bien autorizaron a cambiar el sistema de intervención, permitiendo que el BCRA venda directamente en el mercado, no llegó el visto bueno desde Washington para que se pueda intervenir con mayor contundencia.

La discusión sobre qué destina se les deba dar a las reservas del Central es un aspecto central del acuerdo con el FMI. Pero el Gobierno y el staff técnico tienen posturas muy diferentes en ese punto

Se trata de uno de los temas más delicados de la discusión del nuevo acuerdo con el Fondo, que incluye un desembolso mucho mayor en 2019, que llegaría a los USD 29.000 millones. El problema es que los técnicos del organismo exigen que esas divisas se usen para lo que fueron aprobadas, es decir el repago de la deuda hasta el final del mandato de Mauricio Macri.

La magnitud y la forma que adoptará la intervención es discutida diariamente entre la mesa de cambios del Central y los tecnócratas del Fondo en Washington. Prueba de ello es que ya en los últimos días se viene repitiendo el patrón: pequeñas intervenciones que representan un monto ínfimo dentro de la operatoria del mercado y sobre el final del día. Es decir que nunca tienen el efecto de conseguir frenar efectivamente al tipo de cambio.

"El mercado quedó muy comprador y mañana (por hoy) abrirá arriba de $ 41 si no hacen algo desde que empiece la rueda", le dijo a Infobae un corredor de cambios. Esta volatilidad del dólar juega en contra de la posibilidad de bajar las tasas de interés y tiene efectos recesivos en el mercado. Pero el Fondo lo ve diferente y no quiere ser quien financie la fuga de capitales.

La suba de la divisa terminó impactando negativamente en el mercado accionario. Los ADR de bancos argentinos que venían subiendo con fuerza a la mañana revirtieron la tendencia y terminaron con caídas de hasta 5,7%. Y los bonos también perdieron fuerza, finalizando con subas muy leves, aunque al menos fue suficiente para que el riesgo país perfore el nivel de 700 puntos básicos.

Por supuesto que también influye la situación de Brasil, con un real que se sigue depreciando ante el aumento de la incertidumbre electoral. Pero es evidente que sólo explica parcialmente la suba de la divisa en el mercado argentino. Lo que realidad está impactado es el desequilibrio entre una demanda de dólares que no afloja y un nivel de oferta que sigue muy bajo.

Los operadores ya le tomaron el tiempo al Central. Saben que en la medida que sigue con poca capacidad de intervención, el dólar tiene una sola dirección: hacia arriba, con el peligro de que tome incluso más velocidad que en las últimas jornadas. Y para que se registre más oferta de divisas genuina habrá que esperar hasta fin de año, cuando ingrese una parte de la venta de la cosecha fina.

 
Guardar