En Wall Street reclaman una política de "shock fiscal" y un plan de estabilización

Todas las alarmas están encendidas. Los títulos argentinos pierden terreno al ritmo de un riesgo país que trepa día a día

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La acelerada descapitalización de las
La acelerada descapitalización de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street inquieta a los inversores internacionales (AP Photo/Richard Drew)

En este río revuelto, en el que la cotización dólar trepó a un récord en torno a los $40, los analistas neoyorquinos buscan señales que no terminan de llegar desde Buenos Aires.

Le reclaman al gobierno de Mauricio Macri medidas de shock fiscal y un plan de estabilización en lugar de parches y gradualismo. "Nuestra evaluación es que las autoridades deberían considerar ahora un shock de ajuste fiscal, con una reducción rápida de las necesidades de financiamiento, como antídoto contra la desconfianza del mercado en la política gradualista", estimó Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs.

El experto advirtió que, a esta altura, dado el alto grado de desconfianza de los inversores tanto locales como internacionales, no hay en el horizonte del Gobierno soluciones fáciles. La señal debe ser contundente, aun a pesar de los costos políticos que pueda acarrear dado que, en los hechos, la Casa Rosada ya está pagando costos muy elevados.

"Creemos que en lugar de la reducción programada a un déficit fiscal primario a 1,3% del PBI en 2019, ayudaría a redoblar el esfuerzo y que el compromiso sea alcanzar el déficit cero ya el año que viene, observó Ramos. Esta fuerte aceleración en las metas oficiales, agregó en una evaluación que compartió con Infobae, "reduciría las necesidades de financiamiento y modificaría las expectativas".

Alberto Ramos: Creemos que en lugar de la reducción programada a un déficit fiscal primario a 1,3% del PBI en 2019, ayudaría a redoblar el esfuerzo y que el compromiso sea alcanzar el déficit cero ya el año que viene”

Desde este punto de vista, la suba de tasas de interés contribuye a aquietar las aguas, pero la batalla contra la histeria cambiaria no puede quedar sólo en manos del Banco Central. Para Daniel Kerner, director para América Latina del Eurasia Group, la prioridad en este momento es que el Gobierno presente un "plan de estabilización", que puede ser de tipo ortodoxo o incluir componentes heterodoxos.

Correr atrás de los acontecimientos

Lo importante es que haya una hoja de ruta clara que permita navegar las turbulencias. Es decir, que el equipo económico que comanda el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, defina "una estrategia para manejar la política cambiaria y financiera, en coordinación con las demás áreas". El mayor problema en el escenario actual de enorme incertidumbre, opinó el experto ante la consulta de Infobae, "es ir corriendo atrás de los acontecimientos". Esa es la sensación que recoge hoy el mercado local y lo que ven los expertos de Wall Street.

Adicionalmente, agregó Kerner, podría resultar útil alcanzar un acuerdo político que incluya a la oposición y -algo de lo que Mauricio Macri rehuyó hasta ahora- incorporar al gabinete una figura de más peso. "No vendría mal un encargado de la política económica con poder real", consideró.

Daniel Kerner: “No vendría mal un encargado de la política económica con poder real”

También Sebastián Vargas, experto para la región de Barclays Investment, marcó la necesidad de un plan de estabilización con amplio respaldo político. "Lo que hace falta -señaló- es barajar y dar de nuevo con un plan de estabilización inflacionaria consensuado con actores económicos y de la oposición".

Según su evaluación, "hoy las expectativas están totalmente desancladas, con un programa que comenzó con un dólar cerca de $20 y estamos con uno en $40". Lo imprescindible en estas circunstancias, abundó, "es dar previsibilidad en las anclas clave del nivel de precios".

El respaldo del Fondo Monetario Internacional y la posibilidad de que anticipe recursos del crédito por USD 50.000 millones acordado con la Casa Rosada puede ser un elemento importante en el plan de estabilización que reclama Vargas. Pero ese camino "no está libre de costos políticos para la administración".

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