El Gobierno aumenta la dosis de una medicina que no funcionó para frenar al dólar

Cuando una persona llega desangrándose a la guardia de un hospital, lo primero que hay que hacer es parar la hemorragia. Luego será el momento de analizar las causas y actuar en consecuencia. Nunca se trabaja al revés

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Luis Caputo, en el Banco Central, y Nicolás Dujovne, en Hacienda, se comprometieron a intensificar la política monetaria y fiscal para enderezar el rumbo de la economía (Nicolás Stulberg)
Luis Caputo, en el Banco Central, y Nicolás Dujovne, en Hacienda, se comprometieron a intensificar la política monetaria y fiscal para enderezar el rumbo de la economía (Nicolás Stulberg)

Cuesta comprender por qué el Gobierno no frena la sangría de divisas que se reanudó en las últimas jornadas y que puso a la economía en una situación muy delicada y dejó a la sociedad perpleja y angustiada, con un dólar que pegó un salto con muy pocos precedentes de más de un 8%, acumulando un alza del 82% en lo que va del año.

La estampida terminó de dejar en evidencia que la manera de frenar la hemorragia no era con el escueto, deslucido y apurado mensaje que hizo el Presidente antes de que abrieran los mercados, anunciando que el Fondo Monetario Internacional adelantará los desembolsos previstos en el acuerdo Stand By que está en vigencia.

Lo que Mauricio Macri dio como hecho a la mañana, por la noche el Fondo aclaró que es una posibilidad que será analizada, si bien el comunicado muestra predisposición, y cabe esperar que el pedido de ayuda sea concedido.

La estampida terminó de dejar en evidencia que la manera de frenar la hemorragia no era con el escueto, deslucido y apurado mensaje que hizo el Presidente antes de que abrieran los mercados

Si así ocurriera, el enfermo recibirá una medicina que ya ha demostrado su ineficacia. Desde que el 8 de mayo Mauricio Macri inició negociaciones con el FMI, el dólar subió de $23 a $34,50, se perdieron USD 15.000 millones de reservas, la inflación se aceleró, se cayó el nivel de actividad y empeoró la situación social.

La medicina tampoco fue curativa una vez que el Directorio del Fondo aprobó el acuerdo el 20 de junio. Desde esa fecha el dólar aumentó más del 20% y las reservas bajaron más de USD 8.000 millones. Tampoco ayudó que ese mismo día Morgan Stanley elevara la categoría del país de mercado de frontera a mercado emergente, lo que –en teoría- habilitaba a fondos de inversión a comprar acciones locales.

Nada de eso reconstituyó la tan mentada confianza de los mercados, y la sangría continuó con unas pocas pausas.

La pulseada de Federico Sturzenegger

La pausa más prolongada la consiguió el muro que Federico Sturzenegger levantó a mediados de mayo, cuando comenzó a colocar diariamente en el mercado una oferta de USD 5.000 millones a $25. Con esa gigantesca compresa, logró mantener la cotización hasta el 8 de junio, que fue el día en que se conoció que el staff del Fondo había acordado con el equipo económico las condiciones de un Stand By por 50.000 millones de dólares.

La pausa más prolongada la consiguió el muro que Federico Sturzenegger levantó a mediados de mayo, cuando comenzó a colocar diariamente en el mercado una oferta de USD 5.000 millones a 25 pesos

Confiado en que la confianza que esa noticia iba a generar se encargaría de estabilizar al paciente, el ex presidente del Banco Central levantó la compresa. La sangre volvió a fluir.

El Gobierno no capitalizó la fallida experiencia de Federico Sturzenegger, ex presidente del BCRA
El Gobierno no capitalizó la fallida experiencia de Federico Sturzenegger, ex presidente del BCRA

En lugar de aprender de la experiencia, el Gobierno persiste con la mala praxis en la sala de urgencia. Lo de ayer deja en claro que Nicolás Dujovne y Luis Caputo creen que lo que falló no es la medicina sino la dosis. En lugar de frenar la hemorragia con un gran torniquete como en su momento acertó Sturzenegger, aumentaron la dosis de la medicina que venían aplicando, mostrando como una solución el adelantamiento de los desembolsos del Fondo.

Para peor, no es que no hayan intentado tapar la herida. De hecho, y sin ir más atrás, esta semana dilapidaron más de USD 600 millones de reservas. En lugar de levantar un muro de una vez, colocan un par de ladrillos cada día. En vez de aplicar una gran compresa, se gastan paquetes enteros de curitas.

La hemorragia barre con todo

Paradójicamente, se suponía que quien comanda la estrategia es alguien muy experto en la timba financiera y en los manejos de las mesas de dinero. Cabe la posibilidad de que no todo lo que está sucediendo en la Guardia se deba a la mala praxis.

Una alternativa sería que el gobierno estuviera considerando que, si no se descontrola, una brutal devaluación como la que hubo hasta ahora tiene sus contras pero también sus pros. Por ejemplo, el actual tipo de cambio aceleraría el ajuste del desequilibrio externo, por su impacto sobre las importaciones, el gasto de turismo en el exterior y por el estímulo a las exportaciones.

El actual tipo de cambio aceleraría el ajuste del desequilibrio externo, por su impacto sobre las importaciones, el gasto de turismo en el exterior y por el estímulo a las exportaciones. De ser cierta, la alternativa es perversa y peligrosa

Una segunda alternativa es que el Gobierno quisiera intervenir como debiera pero no puede, debido a que está maniatado por los condicionamientos del FMI a la venta de reservas, es decir del préstamo que le concedió. En tal caso, estaría tomando cucharadas de su propia medicina. Y el Fondo estaría corriendo el riesgo de que el programa de asistencia fracase y dañe aún más su reputación.

No se sabe si los fondos que adelantaría podrán ser usados como compresas para la hemorragia, o deberán ser acumulados y usados preferentemente para hacer frente al pago de deuda e intereses.

Otras recomendaciones

Además de levantar un muro frente a la corrida, el Gobierno podría tomar medidas para frenar la demanda de dólares. Refiriéndose a Turquía, pero perfectamente aplicable a la Argentina, Paul Krugman recomendó hace un par de semanas "combinar controles de capitales temporales para frenar la fuga por pánico, posiblemente con el repudio de parte de la deuda en moneda extranjera".

Refiriéndose a Turquía, pero perfectamente aplicable a la Argentina, Paul Krugman recomendó hace un par de semanas “combinar controles de capitales temporales para frenar la fuga por pánico, posiblemente con el repudio de parte de la deuda en moneda extranjera”

En un país que recién sale de un default, lo segundo suena temerario, aun viniendo de un Premio Nobel. En cuanto a aplicar controles al movimiento de capitales, e incluso límites a la compra de divisas, hay elementos que lo justifican. Por ejemplo, entre enero y julio de este año la cancelación de préstamos financieros alcanzó la friolera de USD 16.000 millones, el doble que en igual período de 2017. ¿Cuánto de eso habrá sido precancelaciones de sucursales de empresas multinacionales con su casa matriz para anticiparse a subas del dólar por venir?

Claro que si el Gobierno quisiera restablecer algún tipo de control al movimiento de capitales, chocaría contra el condicionamiento que estipuló Morgan Stanley cuando recategorizó a la Argentina: el comunicado que difundieron en su momento dice textualmente que "revisaría su decisión de reclasificación si las autoridades argentinas introdujeran cualquier tipo de restricciones de acceso al mercado, como el control de capitales o de divisas".

Otra cucharada de su propia medicina. Todo esto refiere a la emergencia en la Guardia.

La hemorragia tiene causas muy de fondo que tendrán que ser evaluadas y curadas cuando el enfermo supere la situación crítica.

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