Con el dato inflacionario de julio que confirma que la economía argentina camina en terreno sólido dentro de la banda superior acordada con el FMI de 32%, aún no se logra vislumbrar una desaceleración en precios para lo que queda del año, particularmente dado el componente "núcleo" del aumento (sin tarifas ni estacionalidad) y las recientes turbulencias cambiarias.
En la última medición, más allá del salto en materia de transporte debido al último coletazo de los aumentos de junio, los analistas siguen viendo un componente cambiario importante que se va distribuyendo en más cuotas de las anticipadas. Aunque también hay un factor estacional importante.
"Julio es estacionalmente alto por la combinación de vacaciones y el pago del aguinaldo", explica Federico Furiase, director de la consultora Eco Go, al señalar el hecho que el mayor salto de precios se ve en los componentes estacional, un 3,8% más altos que el mes pasado.
Al mismo tiempo, el incremento de precios en alimentos es un reflejo de que los saltos en el tipo de cambio durante abril y mayo siguen ocurriendo en cuotas.
"Es importante el aumento en alimentos, que siempre tiene algún grado de relación con los saltos en tipo de cambio. Es uno de los rubros que más creció en el acumulado del año, que en cierto punto preocupa en materia social por el impacto en la población de menor ingreso", destaca Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora.
Puntualmente, los especialistas apuntan al dato acumulado de inflación núcleo (19,7%) y el hecho que la misma es marginalmente superior al nivel general. Al ser una variable que no toma en cuenta los efectos de aumentos en bienes regulados o estacionales, esa aceleración en precios plantea un piso alto a la hora de sumar los efectos tarifarios o estacionales cuando eventualmente ocurren.
La medición próxima, de agosto, concentrará efectos cambiarios con aumentos en tarifas de electricidad, prepagas y transporte
Ambos evalúan a una inflación núcleo más "persistente" de lo esperada (en julio fue de 3,2%) como una señal que "todavía hay una cuestión de persistencia del impacto de tipo de cambio sobre los precios", como expresa Alfie. Su par de EcoGo, Furiase, lo presenta como "una suba en cuotas por un pass through más acotado, que te genera una inflación núcleo que es donde el Banco Central más tiene que tener el ojo encima". Es decir, el traspaso a precios es de una magnitud más contenida lo que hace que en vez de concentrarse en un único mes se divida en varios, lo que genera que el piso inflacionario sea más alto que los esperado.
Otro de los destacados en el dato inflacionario de julio es un aumento de 4,2% en "Equipamiento y mantenimiento del hogar". De acuerdo a Damian Di Pace, director de la consultora Focus Market, eso se debe a que el rubro, donde se incluyen electrodomésticos, "tiene una presión en precios por el nivel de participación de insumos importados" que luego repercute en el producto final.
Agosto con ruido y piso alto
De cara a lo que resta del año, los analistas coinciden que la expectativa inflacionaria estará fuertemente marcada por las "cuotas" de transferencia de dólar que quedan por efectivizarse. Di Pace, puntualmente, consigna que "la desaceleración en la inflación se está dando de forma mucho mas gradual de lo que se esperaba".
Desde EcoGo estiman que la inflación de agosto tendría un piso del 3%, debido a una combinación de tipo de cambio con la suba en tarifas de electricidad, prepagas y transporte. Con eso, su proyección para fin de año es de 33%, apenas arriba del 32% que sirve como límite de la banda superior en el acuerdo con el FMI. Respecto a las últimas semanas, Alfie espera que los vaivenes en el valor del dólar "generen un ruido fuerte en la medición mensual".
La transferencia de cada movimiento en el tipo de cambio, coinciden los analistas, sigue moviendo el piso para la inflación mensual. Y el hecho que la misma ocurra en cuotas no hace más que alargar el efecto.
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