La tendencia en precios no muestra señales de desaceleración en el primer capítulo de la segunda mitad del año. En julio, la inflación mensual llegó a 3,1%.
Con el dato de ayer, la inflación acumulada en lo que va del año fue 19,6%, y en términos interanuales el aumento de precios ya es de 31,2% por ciento. Las expectativas privadas rondaban el 3%, y (al igual que para junio), el dato oficial ligeramente superó las proyecciones de las consultoras. En ese entonces, el 3,7% de aumento era la mayor suba del año.
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Los precios al consumidor (#IPC) subieron 3,1% en julio de 2018 respecto del mes previo y acumularon un alza del 19,6% desde enero https://t.co/TBK1gEgprz pic.twitter.com/knDlkoFFjA— INDEC Argentina (@INDECArgentina) 15 de agosto de 2018
De acuerdo a analistas del sector privado, julio marca el último mes donde se vería una importante transferencia a precios de las fluctuaciones cambiarias que se experimentaron en abril y mayo. La cifra para el séptimo mes del año también cuenta con el beneficio de haber sido estable en materia cambiaria.
Sin embargo, esas estimaciones no contemplaban el segundo salto cambiario que actualmente se está experimentando en las primeras semanas de agosto, que llevó al dólar a valores cercanos al récord histórico.
Con esto, el Gobierno se acerca a territorio de consulta con la Junta Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que el aumento de precios se encuentra muy por cerca a la banda límite superior del 32% para inflación anualizada. En esa reunión, según el acuerdo del Gobierno con el FMI, el equipo económico deberá presentar "su propuesta de respuesta de política antes de que los próximos desembolsos trimestrales del acuerdo estén disponibles", de acuerdo al Memorandum de Políticas Económicas y Financieras (MPEF) presentado al Fondo.
De acuerdo al organismo estadístico Trasporte (5,2%), Recreación y cultura (5,1%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,2%) fueron los rubros que reflejaron las mayores subas.
Los privados esperaban que los procesos de ajuste más fuertes se vieran en alimentos y bebidas debido al efecto arrastre de devaluación del tipo de cambio y el impacto en los costos como el incremento en combustibles, energía, además de que la estacionalidad de las vacaciones de invierno influenciaría en el segmento de esparcimiento.
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