Los rumores comenzaron hace tres meses. Finalmente el Gobierno anunció hoy cambios en el esquema de baja gradual de retenciones a la soja: suspendió por 180 días el recorte escalonado a las exportaciones de harina y aceite. El ministro Nicolás Dujovne busca así un ahorro fiscal adicional de $1.500 millones para lo que resta de 2018 y otros $12.000 millones para 2019.
Pero la decisión no cayó bien en el sector productivo. Más teniendo en cuenta que la soja se procesa prácticamente en un 80% para hacer harinas. Según destacaron fuentes del sector agropecuario a Infobae, "el poroto de soja es lo que menos se vende. De 50 millones de toneladas se exportan unos 7 millones, el resto es todo harinas y aceites".
Desde que asumió el nuevo gobierno, las alícuotas a la soja se vienen reduciendo de forma sostenida, desde el 35% en 2015 para el poroto de soja al 26% actual, previendo su convergencia al 18% en diciembre de 2019. En cuanto a las harinas y el aceite, la alícuota se redujo desde el 32% en 2015 al 23% actual y también convergerá al 18% a fin del año próximo.
Las medidas –en agenda desde hace varios meses pero congeladas para no generar un efecto negativo en el campo– se anunciaron un día después del inicio de la primera misión técnica del FMI para auditar las cuentas argentinas, y luego de una jornada de tensión tanto cambiaria como financiera, donde por cuestiones externas e internas, el dólar superó los 30 pesos y el Riesgo País se ubicó en 746, el valor más alto de los últimos tres años y medio.
"Pese a que desde el Gobierno se cansaron de negarlo, finalmente suspendieron la baja de las retenciones al complejo sojero. Si bien seguirá el programa de reducción gradual para el poroto de soja, la medida oficial para generar ahorro fiscal apunta al principal producto que exporta el agro: la harina de soja. Sin dudas, esta iniciativa confirma los rumores que existían desde hace varios meses y configura un golpe directo a la confianza del campo con el presidente Macri", analizó Darío Guardado, especialista de Agrotips.
Además, el Poder Ejecutivo puso fin al Fondo Federal Solidario, que coparticipa con las provincias parte de los derechos a la exportación de la oleaginosa, y redujo reintegros a exportaciones de distintos productos. Los tres decretos se publicarán mañana en el Boletín Oficial.
Las tres decisiones que tomó el Gobierno se enmarcan en el compromiso oficial de alcanzar el equilibrio fiscal para 2020. Según el Ministerio de Hacienda, las tres iniciativas "serán luego complementadas en el Proyecto de Presupuesto por medidas relacionadas con las erogaciones del Gobierno Nacional".
Sin embargo, fuentes del sector agroindustrial exportador aseguraron que "no se va a recaudar lo que supone el Gobierno por una medida que está penalizando a la industrialización y favoreciendo el regreso de la venta al exterior sin trabajo argentino y sin valor local".
"Se está desperdiciando las ventajas de la mayor eficiencia que tiene el complejo sojero en la zona de Gran Rosario, que es el más importante del mundo. Se arriesga la pérdida de fuentes de trabajo y se está perjudicando a los propios productores porque la mejora de los precios que obtienen por su soja se debe a que hay una competencia entre la industria que compra el grano para procesar y la exportación, que vende el grano de soja tal como recibe. Se está penalizando el crecimiento de la producción, pero también se penaliza al productor porque no va a tener esa competencia. Evidentemente, el precio que va a recibir el producto va a ser menor", advirtieron.
Las fuentes consultadas estimaron finalmente que por "falta de rentabilidad los volúmenes comercializados van a disminuir, por lo tanto, la aplicación de derechos de exportación va a tender a declinar los ingresos fiscales, que serán menores a las estimaciones de Dujovne".
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