Aunque el Gobierno dejó en claro que procurará sobrecumplir de las metas de déficit primario acordadas con el FMI, la apreciación del dólar impone mayores exigencias para alcanzar los objetivos de déficit financiero, es decir aquel que añade al resultado primario el de los vencimientos de capital e intereses de los títulos públicos.
El crecimiento de la deuda pública es una preocupación, aún con la asistencia financiera negociada con el FMI.
Por una parte, aumenta en términos reales. El último informe de la Secretaría de Finanzas registró un aumento de 3,3% en el primer trimestre de 2018, hasta los USD 331.481 millones, un 59,3% del PBI. Si se añade el Cupón PBI (que solo genera pago cuando la actividad económica crece más de 3%), la deuda pública total es de USD 345.409 millones, un 61,8% del PBI.
De esa forma, la deuda pública respecto del PBI ya se ubica en el escalón más alto desde 2007.
Pero en la actualidad, el peso de la deuda respecto de la economía es aún mayor, por dos factores recientes: uno, la devaluación, que reduce el PBI medido en dólares; otro, la recesión que recorta el PBI en términos reales.
Eric Ritondale, economista de Econviews, evaluó que "el PBI en dólares en 2017 fue unos USD 630 mil millones", probablemente sobreestimado por el atraso cambiario que arrastraba la economía de 2016 y 2017, mientras que "el ajuste externo a la fecha lo está llevando a un promedio de unos USD 500 mil millones anuales". Con este piso de Producto, la relación de la deuda pública bruta respecto del PBI se ubicaría cerca del 65 por ciento.
Según un cálculo del Instituto de Economía y Trabajo (IET) de la Fundación Germán Abdala, al cierre del primer semestre de 2018, en el que se contabiliza el primer desembolso del préstamo del FMI por USD 15.000 millones, la deuda pública se aproximó a USD 360.000 millones.
Según los cálculos de los especialistas, con un PBI "devaluado", en un rango de 500.000 a 520.000 millones de dólares (desde los USD 559.000 del primer trimestre), y un endeudamiento bruto cercano a USD 360.000 millones (luego de los préstamos del Fondo y otras colocaciones), el ratio deuda/PBI quedó próximo al 70%, para regresar al nivel de 2006, cuando recién se había ejecutado el canje de deuda.
Para los expertos de Invecq Consultora Económica, "este año el país cerrará con una deuda pública bruta (es decir, considerando la deuda que el Estado tiene con sigo mismo) en torno al 68% del PBI, lo que implica 11 puntos porcentuales más que las estimaciones bases que manejaba el Ministerio de Hacienda a comienzos de año. Esos puntos adicionales son consecuencia de la depreciación del peso".
"Este ratio implicaría una deuda pública bruta de aproximadamente USD 368.000 millones, lo que representaría un aumento en el stock de deuda de casi el 10% en relación al 2017", añadió el reporte de Invecq.
"En cuanto al ratio deuda-PBI, hay que recordar que el PBI es un flujo anual, se va acumulando a diario si se quiere, con un tipo de cambio determinado", expresó Ritondale, de Econviews . "Por lo tanto, lo correcto es evaluarlo al tipo de cambio promedio anual. En ese sentido, la relación de la deuda pública bruta con el PBI da un 65%, que es un ratio similar al previsto por el FMI", acotó a Infobae.
El Gobierno argentino indicó en el Memorandum de Entendimiento Técnico entre Argentina y el FMI que"el esquema fiscal de mediano plazo elegido garantizará que la deuda pública bruta como porcentaje del PBI caiga a partir de 2018, alcanzando el 55,8% del PBI hacia fines de 2021. Estamos comprometidos también a llevar adelante un manejo proactivo de la deuda para alargar la madurez de los títulos, optimizar el costo de nuestros pasivos y aumentar el porcentaje de la deuda pública nacional denominada en pesos".
En ese aspecto, Ritondale confió en que "la deuda pública bruta expresada en dólares casi no va a crecer este año. ¿Por qué? La parte que está en pesos va a caer unos USD 28 mil millones. Un valor similar al déficit fiscal. Esta 'magia' no se puede repetir otro año y eleva la proporción en dólares".
"La deuda bruta está en un 33% en manos del propio sector público y en adelantos transitorios en el activo del BCRA, nominada en pesos corrientes, que no ajustan por inflación o tipo de cambio. Una situación similar es la de otro 15% de la deuda, en manos del sector privado, también en pesos, como los BOTES (Bonos del Tesoro Nacional en pesos a tasa fija)", continuó Ritondale.
La devaluación de 2018 no solo derrumbó las metas de inflación, también alteró el programa financiero
"Entre ambos efectos la deuda pública bruta podría ceder unos USD 28.000 millones, de diciembre de 2017 a diciembre de 2018, porque la suba del tipo de cambio reduce la deuda en pesos cuando se la expresa en dólares, considerando un dólar próximo a los 30 pesos a fin de año", explicó el experto de Econviews.
"Por otro lado, la deuda pública aumentará este año en una proporción similar, unos USD 28.000 millones, que son básicamente las necesidades financieras del año por el déficit fiscal. Esta deuda está sujeta al roll-over. Entre el aumento de la deuda nueva y la baja por la devaluación, el monto total medido en dólares tendrá cierta estabilidad este año. Tenemos en cuenta el desembolso de USD 15.000 millones del FMI este año, pero no contamos otros USD 3.000 millones, que están previstos para septiembre, pero creemos que no se ejecutarán hasta 2019", detalló Ritondale.
La deuda "neta" o "relevante"
En su exposición de abril, el entonces ministro de Finanzas y hoy presidente del BCRA, Luis Caputo, consideró como deuda "relevante" aquella contraída con organismos internacionales (como el FMI) y acreedores privados, sin contabilizar los bonos soberanos en poder de organismos estatales. El ministro enfatizó que esa deuda "neta", asumida con organismos y privados alcanzaría un pico de 38,3% del PBI en 2021, para empezar a reducirse en forma paulatina.
PROYECCIONES OFICIALES DE DEUDA "RELEVANTE" Y DÉFICIT PRIMARIO
PREVIAS AL ACUERDO CON EL FMI Y LA DEVALUACIÓN
Pero el salto cambiario de mayo y junio alteró la relación: mientras que el PBI argentino medido en dólares disminuyó, el peso relativo de la deuda pública "relevante", masivamente en moneda extranjera, creció lo suficiente como para dejar obsoleta la meta vigente apenas meses atrás.
Según Econviews, la deuda neta estimada para el ejercicio 2018 alcanzaría los USD 201.000 millones, un 38,5% del PBI, seis puntos por encima de la previsión oficial y superior al "techo" esperado por Gobierno de 38,1% para 2020 y de 38,3% para 2021.
Para Ecolatina, esta deuda con privados y organismos "habría rozado USD 187.000 millones a fin de junio de 2018, escalando más de USD 20.000 millones respecto al cierre de 2017. En términos del PBI, el ratio pasó de 30% a 45% en el primer semestre del año, llevándonos sin escalas al promedio de las economías emergentes".
En el cálculo de Ecolatina, el PBI habría caído a USD 415.000 millones por efecto de la devaluación. Pero no toda la economía está pesificada; muchos valores se ajustan en dólares. En una medición más equilibrada, con un PBI de USD 500.000 millones, el ratio de deuda "relevante" respecto del PBI se ubicaría hoy en un 37,4 por ciento.
El violento ajuste cambiario del primer semestre no solo redujo la medición en dólares del PBI, también incrementó la proporción del pago de intereses respecto del Producto. Hoy se acerca a 2,6% del PBI, respecto del 2,1% previsto en abril, una tasa similar a la meta de déficit primario, que tras el acuerdo con el FMI se recortó de 3,2% a 2,7 por ciento. Es decir que a partir de la devaluación los pagos de deuda serán mayores que el déficit primario.
"Si bien es posible que el ratio Deuda/Producto se estabilice en el futuro, para que ello suceda se tienen que dar simultáneamente varias condiciones", agregó Ecolatina, entre ellas cumplir las metas fiscales acordadas con el FMI, superar la recesión de la economía, estabilizar el tipo de cambio real en niveles actuales y recuperar el acceso al financiamiento externo privado.
En tanto, Eric Ritondale estableció diferencias entre el actual endeudamiento bruto, en torno a 65% del PBI, y el de la crisis 2001/2002, que si bien fue inferior (próximo al 50% del PBI), llevó al colapso del default.
"Hay diferencias con la crisis de 2001-2002, cuando el ratio deuda-PBI era cercano a un 50%. Lo importante es el financiamiento, la capacidad de renovar los vencimientos, que hoy es más factible. También hay que ver la deuda neta, porque en 2002 estaba mayormente en manos del sector privado. Estimamos para fin de año una deuda neta cercana al 38% del PBI, cuando en 2001 estaba en 45% del PBI. Parece que es muy diferente, por muchos aspectos de la macroeconomía y porque buena parte de la deuda es intra-sector público", completó el economista de Econviews.
Desde Invecq refirieron que "una lectura negativa podría hacer foco en que en tan solo tres años (del 2015 al 2018) la deuda pasó de representar el 40% del PBI al 68% del mismo", aunque "una mirada puesta en el horizonte podría visualizar que más importante que el stock actual son los flujos futuros, es decir, el sendero de reducción del déficit fiscal. Un compromiso serio con el cumplimiento del mismo sería la mejor señal para recuperar la confianza de los mercados y reducir el riesgo país".
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