El ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, volvió a brindar su particular punto de vista acerca del presente de la economía argentina. "Esto no es una tormenta, esto es una terrible herencia no blanqueada, que puede ser de 70 años o de 12 años, más un mal diagnóstico, un mal asesoramiento, una mala praxis. Y vino el baño de realismo".
"Nunca hubo una discusión centrada en shock o gradualismo, nunca se trató de un tema de velocidad. Gradualismo fue un eufemismo para evitar la discusión", comentó Melconian.
En diálogo con radio Mitre, consideró que "no hay" un programa económico, sino "un acuerdo con el Fondo". Describió que "ante todo esto, tocaste el timbre y viene plata, porque al mercado no podés ir y esto no se arregla en un día. Ahora, el que pone la plata es el programa. Nunca vi que el Fondo tenga un 'programa oficial' y un 'programa adverso'. El Fondo tiene más ganas de decir que el programa que tiene es el adverso, no el oficial".
El FMI es un bombero que pone la plata, pero no hay un programa de estabilidad y crecimiento
"Hay una cuestión de bombero. Un programa de crecimiento y estabilidad no puede tener –como reconoció el Presidente– 30% de inflación, 20% –menos 10– si te va bien el año que viene, con 0 de crecimiento. Eso no es un programa de estabilidad y crecimiento. Eso es el bombero que pone la plata. ¿Está mal? Es la única que te quedaba", aseveró Melconian.
"Acá la división era entre un grupo de muchachos muy entusiastas –de lluvia de dólares, que los precios de la economía ya estaban a 16 (pesos por dólar), de 'tu sola presencia', el rumbo y los líderes internacionales– con tener un programa económico", recordó el economista, que participó del equipo de la Fundación Pensar, el think tank que elaboró estrategias electorales y de políticas públicas para el partido PRO.
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"Mal parido arrancó con algo que se celebra como bien hecho, que fue la salida del cepo, donde también había alternativas –todavía hoy están penando con ese tema–, la reparación histórica, dar crédito hipotecario en UVA, en el desespero por volver a dar crédito hipotecario", manifestó el economista.
"En el último tiempo chateé –no hablé– con el Presidente. Pero yo estoy siempre dispuesto. Pero el Presidente es un amigo y yo voy a morir diciendo: mal asesorado", afirmó. También aseguró que "el Presidente está intacto de reflejos" para advertir los "500 quilombos" a resolver.