La demanda de dólares cayó al menor nivel desde que empezaron las licitaciones del Tesoro

Ayer hubo pedidos de compra por sólo USD 150 millones. En el peor momento había llegado a USD 500 millones

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El presidente del BCRA, Luis
El presidente del BCRA, Luis Caputo (Manuel Cortina)

La estabilidad del tipo de cambio produjo el efecto esperado por el Gobierno: aquietar la demanda. Y eso es exactamente lo que fue sucediendo a lo largo de julio, hasta llegar al menor nivel registrado ayer: sólo hubo pedidos de compra por USD 150 millones en la oferta diaria que realiza el Tesoro, cuando a fines del mes pasado había tocado los USD 500 millones, un pico que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, explicó por la dolarización de una parte del medio aguinaldo. Se trata del dinero que aporta el FMI para que el Gobierno pueda hacer frente a las necesidades de caja y al mismo tiempo abastecer al mercado cambiario.

La reducción de la demanda estas licitaciones resultó gradual pero consistente. La semana pasada se había estabilizado en USD 200 millones, pero ayer bajó otro escalón hasta los USD 150 millones, cifra que habrá que ver si se repite hoy, justo fin de mes. El Tesoro colocó como en todas las jornadas USD 100 millones a un precio promedio de corte de $27,31.

Sin embargo, luego de la licitación de las 13 horas el tipo de cambio pronunció su caída y finalizó a $27,255 en el mercado mayorista, mientras que en las pizarras al público finalizó al borde de perforar los $28.

El alivio del Gobierno es doble.  No sólo está relacionado con la caída de la oferta de divisas en la licitación del Tesoro, sino también en la menor demanda del público. Ya desde mediados de mes en los bancos aseguran que la caída respecto al pico de compras es mayor al 30%. Y en algunas entidades aseguran que la compra se ubica ahora en menores niveles que antes del comienzo de la crisis cambiaria, a fines de abril pasado.

El último informe de cambios correspondiente a junio ya había mostrado algo en esa dirección: hubo un leve incremento de la cantidad de gente que compró dólares, pero los montos adquiridos fueron menores a los del mes anterior. En parte, claro, se explica por efectos de un tipo de cambio mucho más alto.

El día que asumió Luis "Toto" Caputo al frente del BCRA, el tipo de cambio se escapó hasta $ 27,70 para el mayorista, pero luego se fue estabilizando en la zona de $ 27,50 y en las últimas jornadas se profundizó la tendencia a la baja hasta llegar a perforar el nivel de $27,30.

De un pico de USD 500 millones a fines del mes pasado, la demanda de dólares que licita diariamente el Tesoro cayó a $ 150 millones. También se redujo a niveles pre crisis la demanda de divisas por parte del público en los bancos

Esa mayor estabilidad de la divisa generó que tanto empresas como público comenzaran a evaluar otras opciones de inversión, como Lebac, otros bonos en pesos con ajuste CER y también acciones. De hecho, en julio todas fueron opciones financieras mucho mejores que el dólar. Es un clásico del mercado local: cuanto más sube el dólar, es mayor la demanda. Y al contrario, cuando se estabiliza también cae el interés del público y de las empresas.

La incógnita ahora es hasta dónde puede llegar la caída del tipo de cambio, algo inconveniente para el Gobierno por la posibilidad de volver a situaciones de atraso cambiario. Pero la variable de ajuste parecen ser las tasas de interés.

La semana pasada se había estabilizado en USD 200 millones, pero ayer bajó otro escalón hasta los USD 150 millones, cifra que habrá que ver si se repite hoy, justo fin de mes

Todo indica que en la licitación de Lebac en un par de semanas, el rendimiento será menor al de 46,5% anual registrado en efectuada en julio. Al menos eso es lo que empieza a vislumbrarse en los precios del mercado secundario. Es posible que esa tasa para el título que vence a un mes se ubique más cerca del 40%, aprovechando la estabilidad de la divisa.

Se trata de un delicado equilibrio. Justamente fueron las tasas altas de interés y la absorción de pesos del mercado del último mes (fenómenos que en la jerga financiera denominan el "torniquete monetario") los factores claves que están colaborando para mantener el dólar a raya. Por eso, cualquier decisión de aflojar esta presión seguramente se hará de manera extremadamente gradual para evitar nuevos saltos bruscos de la divisa.

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