Javier Milei: "Sturzenegger fue el mejor presidente del Banco Central de la historia, es un héroe"

El mediático economista habló con Infobae sobre la actualidad del país, la crisis cambiaria y alertó sobre los futuros riesgos de la economía argentina. "Este es un modelo inconsistente", aseguró

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Javier Milei es considerado el economista "friki" de la Argentina por su extravagancia y excentricidad. Acaba publicar su décimo libro "Desenmascarando la mentira Keynesiana", a la vez que se transformó en los últimos meses en uno de los personajes mediáticos más convocantes y una fuente inagotable de memes en las redes sociales. En su visita a los estudios de Infobae, Milei alertó sobre los futuros peligros que enfrentará la economía argentina. También hizo un análisis con respecto a las últimas medidas tomadas por el BCRA. "El cambio de las metas de agregados monetarios en lugar de las metas de inflación no sirve en este contexto de caída de la demanda de dinero", manifestó el economista. A continuación, la entrevista completa.

— ¿Cómo analiza la economía luego de las recientes medidas monetarias?

— Estamos en una situación extremadamente delicada. El Gobierno no acierta el diagnóstico y lo peor de todo es que las decisiones que toman van en dirección opuesta a lo que significaría arreglar los problemas. Concretamente, veo una situación monetaria muy delicada. Te diría que el gran problema de Argentina hoy es que se ha derrumbado la demanda de dinero y esto no es un tema menor, o sea, los daños de la conferencia del 28 de diciembre han sido tremendos porque se ha destruido la demanda de dinero.

Conferencia del equipo económico el
Conferencia del equipo económico el 28 de diciembre del año pasado (Foto: Adrián Escandar)

— ¿Por qué se cae la demanda de dinero?

—Hay una forma de medir muy fácilmente que la demanda de dinero se destruyó: los economistas conocemos que hay una relación negativa entre el tipo de cambio nominal y la tasa de interés. Cuando vos bajás la tasa de interés, ¿qué pasa?, la gente se pasa al dólar, deja de demandar pesos para demandar dólares y eso hace que suba el tipo de cambio. La inversa es que si vos subís la tasa de interés la gente desarma las posesiones en dólares para posicionarse en pesos. Es decir, vos encontrás una relación negativa. Ahora, cuando a vos te cae la demanda de dinero significa que para mantener el mismo tipo de cambio necesitás mucha mayor tasa de interés. Y, si vos te fijás, desde el 28 de diciembre a la fecha hemos devaluado casi 60 por ciento la moneda y la tasa de interés pasó de niveles del 27 por ciento a niveles del 60 por ciento. Consecuentemente, lo que vos ves es que se destruyó la demanda de dinero.

— ¿Cómo impacta eso en el poder de compra?

Cuando la demanda de dinero cae, lo que sucede es que cae el poder adquisitivo del dinero. Esto quiere decir que todos los precios expresados en unidades monetarias suben y el dólar es un precio más. Y eso efectivamente está pasando porque, así como el tipo de cambio saltó un 60 por ciento, cuando vos tomás la tasa de inflación, cuando nos paramos en lo que fue por ejemplo el final de diciembre del año pasado la inflación medida por el promedio móvil de tres meses anualizada estaba en 18 por ciento; hoy si tomás los primeros cinco meses del año estamos en 26. Si tomás por ejemplo los últimos cinco y los anualizás, te vas a niveles del 31. Si tomas el último dato COR estás en 38. Y, si tomás los indicadores de alta frecuencia que venían viajando al 42, hoy están en el 56 por ciento. Es decir hay una profunda aceleración de la tasa de inflación. Bueno, eso significa que la demanda de dinero se te ha destrozado.

— ¿Qué es lo que tendría que hacer el Gobierno para frenar esta suba en la tasa de inflación y esta caída tan drástica de la demanda de dinero?

— Desde mi punto de vista va a tener que usar todos los instrumentos que tenga a la mano para tratar de frenar el dólar como sea. Acá hay varias cuestiones muy delicadas; yo soy partidario de que si es necesario que suba la tasa, que siga subiendo encajes como lo hizo, que haga canjes de Lebacs por Letes o cualquier elemento que achique el balance del Banco Central, en especial lo que tiene que ver con las Lebacs que es emisión monetaria potencial. Y además si necesita vender dólares que también lo haga.

— ¿Podría subir mas la inflación en estos meses?
—Hoy la base monetaria en términos de PBI es de 10 por ciento. Con lo cual, si continúa la caída en la demanda de dinero hoy, ya con la inflación corriendo al 50 por ciento y te cayera la demanda de dinero a la mitad, eso implicaría duplicar por dos los precios, más el 50 por ciento que está viajando, multiplicarías por tres. Implicaría una inflación del 200 por ciento.

— ¿Por dice la inflación corriendo al 50 por ciento?

— Los indicadores de alta frecuencia están en el orden del 3.8, 3.9, o sea, estás arriba del 50 por ciento hoy viajando la inflación. Entonces, con una inflación que ya está viajando al 50 por ciento y si se te cayera la demanda de dinero a la mitad, que te implicaría duplicar los precios, el índice de precios se multiplicaría por tres, es decir que te irías a un equilibrio de 200 por ciento de inflación. Y obviamente que después la demanda de dinero seguiría cayendo.

— ¿La Argentina puede llegar a tener una inflación del 200 por ciento?

— O más todavía.

— Pero el Gobierno está tomando medidas como la suba de la tasa de interés, suba de los encajes de los bancos, cambiar Lebacs por Letes.

— Bueno, pero eso es lo que estoy diciendo. Yo soy partidario del shock, eso tendría que ver con la cuestión fiscal. Con el tema fiscal deberías avanzar de shock. Digamos, el mismo programa que tienen planeado con el Fondo Monetario deberían lograr las metas del 2020 el año que viene. Eso sería lo ideal. El problema es que se cayó la demanda de dinero.

— ¿Importa el origen de la crisis? ¿Lo que está pasando hoy en la Argentina lo focaliza en esa decisión del 28 de diciembre o también hay que sumarle el efecto externo del cambio, de ese famoso fly o quality, ese vuelo a la calidad que está generando la apreciación del dólar frente al resto de las monedas?

— Si tengo que cuantificar, por lo menos 90 por ciento es explicado por el efecto doméstico y, en el mejor de los casos, siendo muy generoso, 10 por ciento por el efecto externo. Porque todos los países del mundo están teniendo el mismo problema y sin embargo casi todos los países devalúan contra el dólar pero nadie espera una epidemia inflacionaria. Ninguno devaluó casi 60 por ciento. Ninguno vendió la cantidad de dólares que vendió el Banco Central de Argentina. Ninguno se encontró con un riesgo país en torno a los 600 puntos básicos. A ninguno se le cortó el financiamiento para que terminara en el Fondo Monetario Internacional. El problema es que los economistas en Argentina saben muy poco de moneda y no entienden, por ejemplo, que la demanda de dinero tiene estacionalidad.

— ¿Cómo funciona ?

—La demanda de dinero se fortalece desde la segunda mitad de diciembre hasta la primera mitad de febrero, y una vez que se cubre ese ciclo se derrumba la demanda de dinero. Vos durante esos meses deberías haber visto, por ejemplo, que el tipo de cambio se aprecia y que la inflación desacelerara, y sin embargo ocurrió lo contrario. Eso te estaba marcando que la demanda de dinero se estaba despedazando.

— ¿Y por qué tiene que ver esto?

— En parte por el esquema que utilizaba el Banco Central, que es esto del método de metas de inflación controlando la tasa de interés. Vos para estabilizar la tasa de inflación tenés tres métodos: uno es fijar el tipo de cambio. Es decir, entonces, ¿qué pasa? Cuando vos fijás el tipo de cambio, al estar dados los precios internacionales, te quedan anclados los precios domésticos.

La tapa del nuevo libro
La tapa del nuevo libro de Milei

— ¿Cuando se incrementa la cantidad de dinero por encima de la demanda de dinero eso lleva a una pérdida del poder adquisitivo del dinero?

— Hay una mayor oferta de pesos con respecto de la demanda, exactamente. El exceso de oferta de dinero puede darse o porque vos emitís mucho o porque te cayó lo demanda, o porque pasan las dos cosas a la vez. En ese contexto lo que pasa es que pierde poder adquisitivo el dinero. Esto quiere decir que todos los precios expresados en unidades monetarias suben. Y el dólar es un precio más, lo que pasa es que, como es un activo financiero, pica primero. O sea, los activos financieros ajustan instantáneos. Entonces sube primero el dólar, después vienen todos los transables -eso lo ves por ejemplo en el salto que tienen los mayoristas- y después viene todo el resto del IPC. Esa es la lógica.

— ¿Por ese motivo el presidente del BCRA, Luis Caputo, decidió fijar metas de agregados monetarios como usted y su colega Diego Giacomini recomendaban al comienzo de la crisis?

— No, en este contexto ya no se pueden controlar los agregados monetarios porque se te cayó la demanda de dinero. La alternativa, que nosotros proponíamos antes de la crisis cambiaria, era el control de agregados monetarios pero en otro contexto. ¿Por qué? Porque la tasa de inflación estaba profundamente relacionada con lo que fue por ejemplo la emisión monetaria. El año pasado emitimos 28 por ciento, la economía se expandió 3. Digo, la inflación fue 25. Punto para Milton Friedman, para decirlo de alguna manera. Y por otra parte vos tenés este método del inflation (…) controlando la tasa de interés. Una de las cosas que a vos te pasa cuando controlás la tasa de interés es que no controlás la cantidad de dinero. Y vos al no controlar la cantidad de dinero no podés determinar los precios en la economía, no podés determinar el nivel de precios en la economía. Eso se llama el problema del ancla nominal. Y la forma en la cual queda anclada la economía, o sea quedan anclados los precios, es vía expectativas.

—¿Y cómo funciona ese proceso?

— Es decir, suponte que vos esperás una inflación del 40 por ciento por decir algo, entonces si los precios hoy son 100 sabés que de acá a un año van a ser 140. Entonces, conociendo esos precios, y dada la tasa de interés que fija el Banco Central nominalmente, eso permite determinar la demanda nominal de dinero y consecuentemente el Banco Central abastece emitiendo. Y ahí es como el modelo queda anclado. Ahora, ¿qué es lo que pasa? El modelo no está hecho a prueba de ineptos. Porque si vos tenés un avance sobre la independencia del Banco Central, le destrozás la reputación y el Banco Central deja de ser creíble qué pasa, el modelo queda desanclado, o sea, se volatilizan las expectativas y entonces ahora los precios te quedan a la deriva.

—¿Y cuál es el problema acá?

—Que si vas al control de agregados monetarios eso demanda 18 meses. Y con una situación en la cual se te está cayendo la demanda de dinero, la única forma que tenés para anclar esto es fijando el tipo de cambio y vender dólares a mansalva.

— Lo que usted está diciendo es que la economía estaba anclada, por lo menos las expectativas estaban ancladas hasta la reunión del 28 de diciembre.

— Claro, estaban ancladas y los precios no estaban a la deriva. Lo que se hizo con esa reunión fue dinamitar las expectativas y quedó el modelo a la deriva. Al quedar el modelo a la deriva te quedaste sin ancla.

— En ese momento había una fuerte presión para bajar las tasas de interés y devaluar el peso.

— Obviamente. Y eso también es un error conceptual enorme, porque eso es creer que la competitividad viene determinada por el tipo de cambio, y en realidad la competitividad la podés agrupar en tres bloques. Lo voy a hacer simple para que se entienda. Esto lo desarrollamos con Diego Giacomini en un trabajo que se llama "El termómetro de riqueza". La competitividad depende de tres familias de factores en modo simple: uno el salario en dólares. Otra es el tamaño del Estado corregido por eficiencia. Y una tercera que tiene que ver con el costo de capitales, esto es la tasa de interés en Estados Unidos, el riesgo país y la expectativa de devaluación que viene dada por el diferencial de la inflación argentina respecto a la inflación americana, dado que hablé del salario medio en dólares.

— ¿Que hay que hacer para salir de esta crisis?

—Consecuentemente, si vos no avanzás en las reformas fiscales el bloque dos y el bloque tres no corrigen. Al no corregir todo el ajuste recaería sobre los salarios haciéndolos bajar en dólares. Y si vos hacés una devaluación de esas características donde lo único que corregiste son los salarios en dólares dado que los precios de los bienes de primera necesidad están expresados en dólares, aumentás la pobreza y la indigencia. Es decir, además es una aberración buscar la devaluación, ganar competitividad cambiaria impulsándolo desde lo monetario porque eso va a ser absolutamente inflacionario.

— Lo que usted está diciendo, en el fondo es que por más que yo deje hoy que el tipo de cambio suba, no voy a tener ninguna solución porque se va de alguna manera a trasladar después a los precios. ¿Es así?

— Bien, eso es lo que quiero explicar. Fijate que todos los países del mundo están devaluando y nadie espera una epidemia inflacionaria.

— ¿Y por qué pasa eso?

— Bueno, te doy un ejemplo. Inglaterra tuvo el Brexit, la libra se depreció fuertemente, más del 60 por ciento, y sin embargo no viste que la inflación se acelerara en Inglaterra. Y el dólar en su momento se devaluó de 0.80 pasó a 1.60 contra el euro y no tuviste una epidemia inflacionaria en Estados Unidos. Tiene que ver cuándo una devaluación obedece a factores reales o a factores nominales. Cuando la devaluación obedece a factores reales, es decir que es un cambio de precios relativos, eso no es inflacionario, ¿sí? Suponete, no sé, se te deterioraron los términos de intercambio, lo que fuere, y vos terminás devaluando o subió la tasa en Estados Unidos y salieron capitales y devaluaste. Eso no es inflacionario porque eso tiene que ver con un cambio de precios relativos.

— Usted está planteando de alguna forma que esta devaluación no es una devaluación competitiva para la Argentina.

— Exactamente. Es decir, te estás cargando todos los costos y no vas a tener ningún beneficio. Pero hay algo que es peor todavía. Eso va a durar nada. Porque hay una parte que es más grave en todo este proceso y que tiene que ver con el problema de la demanda de dinero y el sobrante de dinero y todo este tipo de cosas. Entonces ahí el problema es que cuando el origen de la devaluación es nominal, es decir, por una cuestión de exceso de oferta de dinero, eso sí va a ir a precios. Pero no es porque la devaluación impacta sobre los precios sino porque en realidad está perdiendo poder adquisitivo el dinero.

— ¿Hay un problema parecido a aquel que plantearon junto a Diego Giacomini antes de que asumiera Mauricio Macri que había una gran cantidad de  pesos dando vueltas en circulación y que había que sacarlos del mercado?

— Exactamente. Es decir, vos limpiaste el money overhang, que es en el fondo el stock de Lebacs que acumuló Federico Sturzenegger para evitar una híper inflación, evento por el cual yo considero que Sturzenegger es el mejor presidente del Banco Central de la Argentina de toda la historia. Porque eso solamente eso pasó dos veces ennuestro país, pasó en el 59 y pasó en el 75. Y cuando tuvimos que abrir los cepos de aquel momento, la tasa de inflación se sextuplicó en el primer caso, pasó de 20 a 120, y en el segundo caso pasó de 30 a 180.

El ex presidente del BCRA
El ex presidente del BCRA Federico Sturzenegger

— ¿Esto no es consecuencia de lo que hizo Sturzenegger con las Lebac?

— No, no, no. Sturzenegger es un héroe, es un héroe porque no lo dejaban hacer nada y lo obligaron a bajar las tasas de interés cuando había que subirlas y a relajar las metas de inflación. Y el diagnóstico del presidente era y es malo: en lugar de echar a los responsables del 28 de diciembre se lo cargó al presidente del Banco Central.

— ¿Usted considera que las Lebac hoy son un mayor problema de lo que eran cuando estaba Sturzenegger?

— En parte, porque también Sturzenegger compraba dólares para sacarlos de circulación emitía Lebacs.

— Por eso, muchos le critican eso a Sturzenegger.

— Bueno, pero también había gente que los criticaba porque el tipo de cambio estaba bajo. Entonces, si no hubiera hecho eso, hubiera estado todavía más bajo. Es decir, a mí lo que me irrita en esa discusión es la inconsistencia.

— Vamos a la consistencia. ¿Cuál es la consistencia que se necesita hoy?

— Mirá, esto es lo que quiero señalar, este es un modelo totalmente inconsistente. La historia monetaria argentina es deplorable y no hay consistencia. Previo a que existiera el Banco Central, hasta 1935, la inflación promedio en Argentina era del 3 por ciento anual. Después tuvimos un Banco Central mixto, mitad privado, mitad público, y la tasa de inflación se aceleró al 6 por ciento promedio anual. Después tuvimos Banco Central nacional y popular hasta que repudiamos el dinero en el 91. Ahí la tasa de inflación promedio fue del 225 anual. Tuvimos dos hiperinflaciones sin guerra, le quitamos trece ceros a la moneda y destrozamos cinco signos monetarios. Después, en los primeros años del kirchnerismo, el primer mandato del régimen kirchnerista la inflación promedio fue 10 por ciento. En el segundo período fue 20 y en el tercero fue 30. Y, digamos, hoy viajamos a niveles promedio de arriba del 30 y no se ve que el Gobierno tenga un plan consistente en particular antiinflacionario para frenarla y es es uno de los principales problemas.

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