La economía real acusó con rapidez el efecto del cambio de expectativas a fines de abril luego del salto del tipo de cambio de $20 a $25. Las cifras de la actividad de la construcción y del conjunto de la industria manufacturera correspondiente a mayo marcaron un punto de inflexión. Ambos sectores empezaron a dar indicios de que no se trató de una desaceleración puntual, sino que marcaron el comienzo de lo que se espera sean, al menos, dos trimestres de baja en la actividad económica.
Luego del repunte de abril, la construcción marcó el menor crecimiento de los últimos 15 meses, y también, junto con la suba del 8,3% en marzo, acusó las primeras variaciones a tasa de un dígito interanual. La industria, mientras tanto, directamente cayó, cortando con una racha de doce meses consecutivos con signo expansivo.
Los indicadores de ambos sectores, armados por el Indec, reflejan un cambio brusco de dirección en línea con la expectativa de que los próximos trimestres sean negativos a nivel macroeconómico.
El leve crecimiento en el sector de la construcción, de 5,8% para mayo respecto de igual mes del año anterior, confirma una desaceleración que se puede ver más claramente cuando se la compara con el acumulado de 12,4% para este año.
Y dado el recorte en obra pública que se espera para lo que queda del año, en el contexto de las metas acordadas en el Memorándum de Políticas Económicas y Financieras (MPEF) con el Fondo Monetario Internacional, no son pocos los economistas que comienzan a proyectar variaciones negativas en los próximos meses.
A su vez, la superficie a construir, registrada por los permisos de edificación otorgados para la ejecución de obras privadas registró una suba de 18,3% con relación al mes anterior, pero se contrajo 22,6% respecto del nivel de un año antes.
En el caso del Estimador Mensual Industrial, como era esperado, registró en mayo una caída de 1,2% en comparación con igual mes del año pasado, producto de la contracción del 8,6% en las industrias textiles y 6,4% las químicas.
Además, impactó negativamente sobre la elaboración de alimentos la menor oferta de cereales y oleaginosas que provocó la peor sequía en 50 años, particularmente de derivados del maíz y la soja.
En el acumulado de los primeros cinco meses la industria mantuvo una variación positiva de 2,4%, pero marcó una apreciable desaceleración respecto del incremento del 3,1% que había registrado hasta abril.
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