Tras un cierre de 2017 con la mayor tasa de aumento de la actividad agregada desde el tercer trimestre de 2015, el primer cuarto de 2018 marcó una incipiente desaceleración del ritmo de reactivación de la economía en su conjunto, de 3,9% a 3,6%, y se agravó en el período siguiente.
Eso no solo es lo que anticipadamente detectaron los economistas del sector privado, según lo manifestaron desde abril en las expectativas de mercado que capta el departamento de estudios económicos del Banco Central (REM), que dio una previsión para todo el año de avance de 2,5%; y que luego redujo a 1,3% en mayo, sino también del propio equipo de Gobierno.
En el primer trimestre el PBI aumentó 3,6%, pero el equipo económico ya trabaja con el supuesto de un incremento en 2018 de apenas 0,4%; y algunos economistas proyectan ahora caída
En la página 14 del Memo acordado con el Fondo Monetario Internacional se lee: "La reciente volatilidad de los mercados financieros, la sequía que afectó a nuestro sector agropecuario y la suba en los precios mundiales de la energía están afectando a la economía. Debido a estas razones, esperamos que el crecimiento se sitúe este año entre 0,4% y 1,4% interanual. Como ha sido característico de esta administración en el momento de planificar el desempeño fiscal, preferimos ser conservadores en términos de proyecciones, por lo que estamos trabajando con un supuesto de crecimiento económico del 0,4% al realizar nuestras proyecciones fiscales".
Previamente, los técnicos del FMI habían recortado a 2% la previsión de suba del PBI este año, muy lejos de la meta presupuestaria que ya quedó totalmente desdibujada.
Pero el escenario, al parecer, se agravó mucho más en la primera quincena de junio, al punto de que forzó la renuncia del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y más acción en la política monetaria y cambiaria que, según muchos economistas, forzó a volver a revisar las previsiones de actividad para los próximos tres trimestres, al menos.
Así, Miguel Kiguel, director de EconViews, dijo en declaraciones a radio Mitre que "el PBI arrojará caídas en el segundo y tercer trimestre, mientras que el cuarto dependerá de que se recupere la confianza, pero que no alcanzará para evitar un arrastre negativo para el inicio del próximo año".
Más allá de los datos positivos del primer trimestre, los economistas de Ecolatina resaltan que "la tendencia favorable no se repetirá en los próximos meses producto en primer lugar de la sequía que afectó a la producción agropecuaria y luego por la corrida cambiaria. Concretamente, conforme a nuestras estimaciones, el PBI caerá en términos desestacionalizados en el segundo y tercer trimestre del año".
Y agregan: "Este retroceso obedecerá al freno de las inversiones –construcción- y del consumo –caída de los ingresos reales y mayor incertidumbre-. El salto del tipo del cambio, que impulsó al alza la tasa de interés encareciendo al crédito, y la vuelta al FMI, que reducirá el gasto público, explicarán el freno de la economía en los próximos meses".
Los datos del primer trimestre
Los datos duros del Informe de Avance del Nivel de Actividad del Indec muestran que "durante el primer trimestre de 2018 el PBI creció 3,6% contra igual período del año anterior y 1,1% contra el cuarto trimestre de 2017 medido sin estacionalidad. La economía acumula así siete trimestres consecutivos de crecimiento sin estacionalidad, el ciclo más largo de crecimiento desde 2011″.
Pero, en el cotejo interanual, el período corto de reactivación, esto es, de recuperación tras un lustro de virtual estancamiento, en particular en términos por habitante, se limitó a solo 5, y, según las nuevas previsiones de los economistas del sector privado, se habría quebrado entre abril y junio.
El principal motor de la reactivación fueron la inversión y el consumo, pero ambas variables perdieron fuerza a partir de la crisis cambiaria que se inició en abril
Hasta entonces "el principal motor del crecimiento fue la inversión, que aumentó 18,5% interanual", pero también las estimaciones privadas de la actividad de la construcción, como de la compra de máquinas y equipos importados se habría desacelerado bruscamente con la violenta suba del tipo de cambio, aunque aún se habría sostenido por cuarto período trimestral en el rango de dos dígitos.
El consumo privado también creció a un ritmo más alto que el PBI: 4,1% interanual, y 2,3% respecto de los tres meses previos, pero también se habría debilitado hasta tornarse negativa en mayo y junio.
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