Luego de varios traspiés, de una labor errática y con el dólar por encima de los $28, el probable alejamiento de la autoridad monetaria venía sumando en las apuestas.
Las dos situaciones que el Gobierno considera improbables tienen la particularidad de que van a ocurrir muy probablemente, y las situaciones que ve como probables es muy poco probable que sucedan. No se trata de un trabalenguas, sino de proyecciones disparatadas, pronósticos incumplibles y mal uso del idioma castellano.
El Memorándum dice que "en el improbable caso de que la situación social se deteriore, nos comprometemos a destinar recursos adicionales al financiamiento de nuestros programas de asistencia social más efectivos".
Lo primero que salta a la vista es el mal uso del castellano. Según la Real Academia Española improbable significa no probable, es decir de probabilidad nula. Es obvio que el Gobierno no descarta una desmejora de la situación social, porque de hecho contempla la asignación de recursos adicionales. Lo que deben haber querido decir es que esa eventualidad es poco probable. No improbable.
Pero lo cierto es que el escenario de deterioro social es, si no seguro, muy probable, no poco probable. Tal como surge del propio Memorándum, el crecimiento previsto es de apenas el 0,4 por ciento para este año, del 2% para 2019, y una inflación que figura para 2018 con una meta del 27% pero que se estira en un rango que llega en la cota superior al 32%.
El escenario de deterioro social es, si no seguro, muy probable, no poco probable. Tal como surge del propio Memorándum, “el crecimiento previsto es de 0,4% para este año”
Con un crecimiento que ni siquiera alcanza a mantener el ingreso per cápita y torna muy poco probable la creación de empleo, y con una inflación que le sacará algunos cuerpos de ventaja a los salarios, el deterioro social lleva todas las de ganar. Es muy probable que los próximos datos de desempleo registren un aumento, y que el número sobre pobreza que el Indec va a difundir el 27 de septiembre muestren un retroceso en el iluso camino hacia la pobreza cero.
El mercado cambiario
El segundo uso de la palabra improbable es en relación al dólar. El Memorándum dice: "En el caso improbable de que nuestra intervención en el mercado de divisas (tanto al contado como en futuros) esté por encima de lo que es consistente, iniciaremos conversaciones con el staff del FMI para analizar las condiciones en los mercados de divisas y nuestra política de respuesta".
La experiencia de este último mes y medio y lo errático de la estrategia oficial –Sturzenegger vende reservas a un dólar de $26 pero se ausenta a un dólar de $28- enseñan que el Gobierno ha fallado mucho en sus pronósticos sobre el mercado de cambios, y que cada vez que creyó haber domado el potro, la demanda aceleraba el galope y el Banco Central se veía obligado a vender reservas o el ministro de Finanzas, Luis Caputo, a sacar alguna carta de la manga.
La experiencia de este último mes y medio y lo errático de la estrategia oficial –Sturzenegger vende reservas a un dólar de $26 pero se ausenta a un dólar de $28- enseñan que el Gobierno ha fallado mucho en sus pronósticos
Ni siquiera los sucesivos preanuncios del acuerdo con el Fondo ni tampoco los elogios de Christine Lagarde lograron calmar el mercado. El mejor, o peor ejemplo, es el de ayer. Por lo tanto, que las intervenciones para contener el dólar sean mayores de lo que prevén, es obvio que no es improbable sino bastante probable.
En relación a esto último, el Memorándum desborda optimismo en cuanto a la evolución de las reservas del Banco Central. Plantea metas de aumento en las reservas netas de USD 16.500 millones en lo que resta del año y de USD 13.000 millones en el primer semestre de 2019. Son cifras que superan a lo que ingresará por el desembolso del Fondo, teniendo en cuenta que la mitad del primer desembolso por USD 15.000 millones irá al Tesoro y no al Banco Central. ¿Creen Sturzenegger y Dujovne que en los próximos meses el mercado va a estar más vendido que comprado? No es improbable, pero sí poco probable.
El Memorándum desborda optimismo en cuanto a la evolución de las reservas del Banco Central
La barra del optimismo
Aunque no está expresado como una "lluvia de dólares", el exagerado optimismo al respecto se basa en que, según el Memo: "Esperamos que el efecto combinado de nuestro programa económico y del apoyo del FMI permita reconstruir rápidamente la confianza en nuestro país, favoreciendo una reducción del costo de financiamiento y promoviendo el retorno de la entrada de capitales. Ambos factores, junto con un tipo de cambio real más apreciado, deberían facilitar un aumento en la inversión de capital y la creación de empleo". Nuevamente: es probable, pero poco probable.
La palabra probable y probablemente aparecen en un párrafo referido al problema crucial de la economía argentina, que es la falta de dólares. Dice el Memorándum: "Las perspectivas de la balanza de pagos son buenas, ya que nuestro programa de políticas probablemente conduzca a una rápida reversión del reciente aumento del déficit en cuenta corriente. Es probable que el déficit en cuenta corriente baje al 3,6% del PBI en 2020, una cifra que debería financiarse cómodamente con los flujos de inversión extranjera directa. Se esperan además entradas de inversiones de portafolio, que, como se discutió anteriormente, el Banco Central tiene la intención de absorber a través de un aumento en el stock de reservas internacionales".
Es bastante probable que la brusca devaluación junto con la recesión atenúen el rojo comercial, tanto por caída de importaciones como por un repunte en las exportaciones tras la sequía, más algún aporte de Vaca Muerta. También sería lógico que se moderen los gastos de argentinos en el exterior. Pero teniendo en cuenta la tormenta que sacudió a la economía, el contexto internacional de tasas de interés más altas y lo que sucede en Brasil, luce poco probable que haya un boom de inversión extranjera y grandes flujos de ingreso especulativo.
Teniendo en cuenta la tormenta que sacudió a la economía, el contexto internacional de tasas de interés más altas y lo que sucede en Brasil, luce poco probable que haya un boom de inversión extranjera y grandes flujos de ingreso especulativo
Por último, al tratar el horizonte de mediano plazo mencionaron otra vez la palabra probablemente: "El fortalecimiento de la inversión y mayores esfuerzos en el programa para disminuir las distorsiones probablemente llevarán, en el mediano plazo, a una aceleración del PBI potencial, respaldada por una mayor formación de capital, un aumento en la oferta de mano de obra y mayor eficiencia y productividad".
En este caso lo que sorprende es la falta de convicción, porque si confían en lo que ellos proyectan deberían creer que la aceleración del PBI potencial no es una probabilidad sino una certeza.
El Memorándum confirma que el brusco ajuste fiscal se hará a través del recorte de subsidios (hay compromiso explícito de continuar aumentando tarifas de energía y transporte hasta el año 2020), de una fortísima poda a la obra pública, de racionalización de gastos en personal y otros gastos corrientes, y de menores transferencias a las provincias. Las especificaciones estarán en el proyecto de Presupuesto 2019, que muy probablemente, o mejor dicho casi seguro, abrirá una feroz discusión política con la oposición y con los gobernadores.
¿Qué pasaría si las metas establecidas no se cumplen al momento de las revisiones trimestrales? En el Memorándum el gobierno dice textualmente: "Nos comprometemos a adoptar medidas adicionales si fuese necesario". Y agrega: "Si las circunstancias cambiaran y los resultados económicos fueran peores a los anticipados, estamos preparados para identificar medidas adicionales que nos permitan alcanzar nuestros objetivos de déficit primario para 2018 y 2019".
Es probable que los resultados económicos sean peores a los previstos por el gobierno en el Memorándum. Es lo que vino sucediendo en los dos años y medio del gobierno de Cambiemos.
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