La inflación de 2,1% para mayo, mes en el que se concentró la mayor parte de la corrida cambiaria y que determinó un salto del precio del dólar en el mercado mayorista del 19%, achicó el margen de error que le queda al Gobierno para dominar la inflación bajo los nuevos estándares con el Fondo Monetario Internacional.
Pero para eso primero es necesario transitar junio, donde se espera que impacten los efectos de primer orden de la devaluación de mayo, y también la suba acumulada en la primera quincena que no es mucho menor, más los aumentos restantes programados en materia de transporte, primero y de gas hacia octubre, entre otros.
Es que, con la nueva meta inflacionaria, con la que se procura llegar a junio de 2019, un 22% "es necesario empezar un proceso inmediato de decrecimiento", como se expresó el ahora ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, durante el anuncio del acuerdo técnico con el FMI para un crédito "stand by".
Con los datos de mayo, el incremento de precios acumula un salto de 11,9%. Eso ya es cerca de la mitad de la nueva meta no oficial de inflación para 2018 de 27% para diciembre, de acuerdo a la carta de intención comunicada al Fondo.
Y si bien el dato de mayo podría verse como un "respiro" luego de la inflación más alta del año en abril (2,7%), no tranquiliza el panorama de cara a junio, sobre todo porque habría estado afectado por la caída del consumo interno.
La medición del Indec está por debajo de lo que esperaban la mayoría de las consultoras, que era más cerca del 2,5%. El menor nivel de actividad durante el mes actuó como un desacelerador de la transferencia a precios, pero el potencial de aumento se sostiene.
Efecto arrastre para junio
El primer impacto de lo que se viene para junio se puede vislumbrar en los números de inflación en precios mayoristas, también publicados juntos con el IPC por parte del Indec.
En mayo ese índice (SIPM) reflejó un salto mensual de 7,5%, planteando un escenario inquietante para junio, pese a que los principales aumentos del mes se concentraron en los productos importados que recibieron el impacto pleno de la devaluación. Estos aumentaron un 15,3% respecto de abril.
Otro "anticipo" de la inflación de junio se ve en los costos de construcción. En mayo, el índice del Indec mostró una suba del 2,2% respecto del mes anterior, impulsado por el rubro de "Materiales" que se encareció 6,2%; respecto del año pasado acumuló 30,9 por ciento.
Se espera que la inflación de junio sea donde se vea principalmente el efecto de la devaluación de 19% que ocurrió en tal solo tres semanas de mayo. Se espera que la nueva banda para ese mes sea entre 2,5 y 3 por ciento.
"Para junio tenés 3 frentes complicados que podrían llevar la inflación a la zona de 3%: alza en naftas de 5%; suba en transporte; encarecimiento de los alimentos acelerando arriba de 3% a partir del arrastre de mayo (de 2,5%) y el traslado a precios de la suba del dólar", enumera Federico Furiase, economista jefe de Eco Go.
En terminos anuales, los aumentos en precios todavía mantienen una brecha respecto de la evolución del dólar. Hay una diferencia importante entre la escalada del tipo de cambio durante el último año, por un 54,6%, y el 26,3% de inflación minorista comunicada por el Indec.
Es decir, los precios aún tienen un trecho considerable para recorrer antes de alcanzar la evolución del tipo de cambio en los últimos 12 meses. Esto sin tener en cuenta potenciales fluctuaciones en el dólar durante los próximos meses.
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