Por ahora no se ven las olas de cambios en la política monetaria del Gobierno, que aún tiene en la mira el 20 de junio como una fecha de "relanzamiento". En parte porque es el día en el que se efectuara el primer desembarco del crédito "stand by", y en parte porque también se definirá la categorización de Argentina como mercado emergente.
En el primer comunicado de política monetaria después de la conferencia de prensa en la que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunciaron el crédito de USD 50.000 millones que el Fondo Monetario Internacional aprobó para la Argentina, el Central decidió mantener la tasa anual de política monetaria en 40 por ciento.
El Central repite los puntos establecidos por Sturzenegger para cambios específicos en el funcionamiento del BCRA, entre ellos un cese al financiamiento del Tesoro, la recompra de Letras Intransferibles, el cambio de metas inflacionarias y un proyecto de reforma de la Carta Orgánica. En términos inflacionarios, desde la autoridad monetaria destacan que para mayo la cifra puede ser más baja que lo estimado por las consultoras privadas pero que "los indicadores de alta frecuencia muestran una aceleración de la inflación de junio".
La menor expectativa para la inflación de mayo por el Central se debe a que se estima que el impulso del componente tarifario perdió potencia durante ese mes. Y si bien ciertos productos específicos empezaron a reflejar el efecto devaluatorio en las semanas inmediatas a la corrida cambiaria que ocupo la primera quincena de mayo, el grueso de su efecto potencialmente se empezará a ver a lo largo de junio.
Idealmente, esperan que el impacto en junio sea moderado, ya que para cumplir el nuevo esquema de metas de inflación (17% en 2019, 13% en 2020, y 9% en 2021), de acuerdo al propio Sturzenegger, es necesario "entrar en un proceso de decrecimiento de la inflación inmediato".
Entre los principales puntos de ajustes por el Central, es notable que si bien el nivel de tasas de política monetaria se mantiene en 40%, en lo que respecta al corredor de pases, "como parte del proceso de normalización de la política monetaria, se decidió reducir el ancho del corredor a 7 días de 1400 a 600 puntos básicos, y el de 1 día de 2900 a 1000 puntos básicos". Esta baja de las tasas de corto plazo es curiosa cuando, en palabras del propio Central "se compromete a mantener el sesgo contractivo de la política monetaria".
La decisión de achicar el corredor de pases ya había sido planteada por el Central en su último comunicado, bajo la condición de que la entidad viera que la inestabilidad de los mercados se fuera moderando.
Esa "banda" nace de la diferencia entre las tasas a las que el Central presta dinero a los bancos y las tasas a las que los bancos a su vez prestan a los individuos. Es decir, a medida que los técnicos del Central consideren pasados los momentos de fluctuación fuerte del mercado, irán reduciendo las tasas en general, incluyendo el 40% de política monetaria.
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