Aunque la próxima meta de inflación quedó fijada en 17% recién para fin de 2019, en realidad habrá un monitoreo estricto del recorrido que tenga el índice de precios por parte del FMI. El organismo estableció un compromiso de bandas trimestrales que el Central tendrá que cumplir a partir de ahora. Y el punto de arranque será inmediato, es decir que a fin de junio la autoridad monetaria deberá dar explicaciones ante el staff del Fondo.
El recorrido descendente que deberá tener la inflación se conocerá en un par de semanas, cuando se conozca la "letra chica" del acuerdo. Pero Federico Sturzenegger ya dio algunas señales en la última conferencia de prensa, cuando dijo que para mediados del año que viene la inflación ya tendrá que haber bajado al 22%.
Cada trimestre tendrá una banda con piso y techo para la inflación del período. Pero si no se cumple con este sendero, las autoridades del Central tendrán que dar explicaciones ante el organismo para justificar los motivos del desvío. Si bien no se trata de una meta cuantitativa que pueda hacer caer en forma automática el acuerdo (como sucede con la reducción comprometida del déficit fiscal), en caso de que el desvío sea muy significativo sí pondría en peligro el programa completo. En particular si las explicaciones del BCRA no son satisfactorias para el FMI.
El Central tendrá que cumplir con metas trimestrales de inflación, por exigencia del FMI. Recién en las próximas semanas se divulgará la reducción de la banda para el índice de precios que operará cada tres meses.
La idea detrás de estas metas trimestrales es ir controlando paso a paso cómo sigue la evolución de la inflación. Pero sobre todo no "desayunarse" dentro de un año con la posibilidad de que no se cumpla con la meta establecida por el propio BCRA de 17% para fin de 2019.
Dentro del Central reconocen que hay, por lo tanto, dos metas que funcionan en paralelo. Una de ellas es la de fin de año próximo a la que se compromete el BCRA. Pero esa es de consumo interno. La otra es la exigencia trimestral que establece el FMI.
En caso que la inflación se vaya alejando del objetivo fijado trimestre por trimestre por el Fondo, la evaluación pasaría por distintas cuestiones. Por un lado si hay algún shock externo que esté afectando, pero también si es necesario por ejemplo ajustar más la política monetaria a través de un ajuste mayor de la tasa de interés. Al mismo tiempo, el año próximo habrá más aumentos de tarifas, por lo que eso también le agregará más presión al objetivo de inflación.
Si la meta trimestral de inflación establecida por el Fondo se aleja del compromiso, las autoridades del Central deberán explicar ante el staff del organismo el motivo del desvío.
En el acuerdo con el FMI figura además un compromiso de reservas netas que el Central deberá conservar como mínimo. El piso de reservas deberá cumplirse a rajatabla, tal como sucede con las metas fiscales. Esto significa que la entidad que preside Federico Sturzenegger tendrá límites para salir a vender su stock de dólares. Sin embargo, no hay planes de que salga a hacerlo, ya que es el Tesoro quien seguirá vendiendo dólares como viene sucediendo en las últimas dos semanas. Será el ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien determine cuándo es el momento para salir a vender divisas, básicamente cuando requiera de pesos para hacer frente a los agujeros fiscales.
En forma paralela, avanza la negociación del BCRA para aumentar el swap con China. La semana próxima, Sturzenegger se reunirá con su par chino durante la reunión del Banco de Basilea en Ginebra y allí podría terminar de sellarse una ampliación del programa, que implicaría un incremento de las reservas en poder del organismo.
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