"Esperaría que el mercado estuviese en lo que resta del año, igual o un poco mejor que el año pasado", aseguró a Infobae el argentino Miguel Kozuszok, presidente de la multinacional Unilever Latinoamérica y Cono Sur, dueña de marcas como Knorr, Dove, Sedal, Ala, Hellman's y Skip, entre muchas otras. Pero rápidamente aclara que esas expectativas son solo una expresión de "voluntarismo mío, puro".
—Es un año muy complicado para el consumo, ¿cómo lo está atravesando la compañía?
—Hay una coyuntura compleja que se ve acelerada por factores internos, pero también externos, que no estaban previstos. Hay cosas que están pasando en el mundo que nos están afectando y nos han encontrado, tal vez, a contrapié.
La devaluación de la moneda en la Agentina fue importante, pero también lo estamos viendo en todos los mercados del mundo. Tiene que ver con el fortalecimiento del dólar contra todas las monedas locales.
Es muy difícil prever estos cambios importantes en el mercado, como la suba de la tasa en los Estados Unidos o la pelea con el resto del mundo acerca del proteccionismo. Todo eso nos lleva a un coyuntura particular que nos va a afectar.
Creo que va a enfriar el consumo, definitivamente. Porque una devaluación trae más inflación y eso va a traer algo más. Pero no creo que cambie dramáticamente el rumbo de la Argentina para los próximos años.
Hay un traslado a marcas más económicas, pero también marcas de mayor valor que están creciendo
—¿Qué medidas impidieron ese crecimiento del consumo que se esperaba para este año?
—El problema más claro es que no tuvimos la aceleración del consumo, producto de la recuperación del poder adquisitivo, como estaba esperado. El tema tarifas ha impactado negativamente. No voy a opinar si está bien o mal hacerlo. El país tiene que limpiar sus cuentas en rojo, pero tuvo un impacto bastante fuerte en el bolsillo.
—¿Qué estrategias están aplicando para adaptarse a este contexto?
—Es un desafío que tiene que ver con cómo seguir satisfaciendo a todos los habitantes. Si tiene dinero en el bolsillo, busca productos más económicos o si realmente hace un cambio en su forma de gastar y en vez de comprar durables prefiere productos de alto valor. Acompañar al consumidor en las circunstancias en las que se encuentre, sea una coyuntura o algo más permanente.
—¿Ya hicieron cambios en los productos que ofrecen?
—Ya lo habíamos hecho. Hace un par de años que veníamos haciendo ajustes en el portfolio, atacando las dos puntas, de arriba como abajo. Hay un traslado a marcas más económicas, pero no en todos los casos. También hay marcas de mayor valor que están creciendo. Hay una polarización de los consumidores.
La Argentina sigue siendo vista como un país de tremendo potencial. Esta pequeña tormenta no cambia la perspectiva
—¿El consumo cerrará el año igual o por debajo de 2017?
—Es difícil, porque estamos en medio de una coyuntura. El consumo se va ir recuperando en la medida que la Argentina comience una senda de crecimiento sostenido. El crecimiento del producto bruto va a ir trayendo mayor empleo, mayor inversión y, en definitiva, más consumo.
—Participaron en las últimas negociaciones de empresas en el Ministerio de Producción, ¿qué les pidieron?
—Yo no lo llamaría negociaciones. Hubo una cita del Ministerio de Producción a la compañía, simplemente para tomar noticias de dónde estamos, de qué es lo que está pasando y cuál es el impacto en la compañía. Era de información.
—¿No se viene un escenario de control de precios?
—No sabría decirte. Pero no me dio esa impresión.
—Como líder de la compañía en la región, ¿qué imagen tiene hoy la Argentina en el resto de los mercados?
—La Argentina sigue siendo vista como un país de tremendo potencial y el mundo ve con agrado el camino que se está llevando a cabo. Esta pequeña tormenta no cambia la perspectiva.
—¿Por qué para Unilever aplicar programas de sustentabilidad también es un buen negocio?
—El plan de vida sustentable se lanza en 2010, una época donde todavía se confundía la sustentabilidad con la Responsabilidad Social Corporativa, que son dos cosas distintas. Unilever intentó abrirlo al mundo, explicando que está en el centro de todo lo que hacemos. Desde la innovación hasta los procesos productivos o cómo comunicamos a los consumidores.
Hay que buscar otros modelos. Uno de esos es la economía circular (el sistema que propone el reciclaje de las materias primas, la producción, el uso y la reutilización de los residuos). Las marcas que tienen un propósito sustentable desde su diseño y concepción crecen más. En 2017, las marcas sustentables crecieron un 46% más que las del resto de la compañía, global.
—¿En la Argentina también?
—Se repite prácticamente en todos los mercados. Por otro lado, en la cadena de abastecimiento hemos logrado ahorrar de 2008 a la fecha 750 millones de euros, total de la compañía.
—¿Qué iniciativas nuevas de sustentabilidad tienen en el país?
—Desde el año pasado, junto con el Gobierno de la Ciudad hemos hecho un programa para fomentar el reciclado de envases plásticos. Para que la gente lleve los envases de consumo personal a los Puntos Verdes o a los subtes. El consumidor obtiene un voucher para comprar productos con descuento.
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