Aceitereas y exportadoras de cereales: "Nos beneficia más una baja de la inflación que una suba del dólar"

En su visita a los estudios de Infobae TV, Gustavo Idígoras, el nuevo presidente de CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y de CEC (Centro Exportador de Cereales), que engloba a las principales empresas exportadoras de cereales, hizo un análisis de la situación del sector luego de la crisis cambiaria.

Una baja en la tasa de inflación, la reducción de las tasas de interés y la motorización de las inversiones para mejorar la infraestructura son para el las principales demandas de su sector.

Idígoras asumió como presidente de CIARA-CEC  en marzo de este año y tiene mandato para el período 2018-2020.

– ¿ Cómo analiza la evolución del sector ceralero ?

– La verdad que el sector está muy activo. Tenemos inversiones que se están ejecutando desde el año pasado por más de USD 1.700 millones. Inversiones que son de expansión de procesamiento y expansión de las zonas portuarias para que tengamos mejor logística, rapidez y eficiencia  para llegar a distintos lugares. Y no sólo de harina de soja, que es nuestro principal producto de exportación, también de aceite, biodiesel, girasol, maíz, trigo. El caso del trigo es un caso muy interesante, hay un boom triguero de este año.

–  En ese tema de los precios internacionales obviamente aparece una crisis cambiaria que llevó al tipo de cambio prácticamente de $19 a 25. ¿Cómo impacta eso en el sector cerealero?

–  Todo cambio de las variables macroeconómicas es preocupante para la industria, para la cadena de valor agrícola o agroindustrial. Genera inconvenientes en el sistema de pagos y suba de costos. Nosotros tenemos una cadena de valor dolarizada porque nuestro producto final se transacciona en términos de dólares. Por lo tanto, cualquier modificación del dólar no implica una ganancia. Muchas veces se concibe en la Argentina que el gran ganador de las devaluaciones es el exportador porque ve incrementado su valor unitario de exportación transferido en pesos, y es erróneo porque tenemos un sistema de estructura de costos 100% dolarizado y un precio internacional también dolarizado. Por lo tanto, lo que nos preocupa a nosotros es la inflación, y por eso apostamos siempre a que al gobierno le vaya muy bien en materia de control de la inflación.

– ¿Por qué para un sector exportador como el cerealero es tan importante bajar la inflación?

– Porque genera en el productor, nuestro cliente fundamental y principal, una perspectiva de tranquilidad a la hora de hacer sus números para incrementar el área cultivada. Lo importante para este momento es reducir el déficit comercial. La Argentina necesita más dólares y nosotros estamos en condiciones de incrementar el ingreso de divisas al país exportando más. Necesitamos que nuestro cliente, más de cien mil productores de todo el país, apuesten a sembrar más. Y las mejores condiciones macroeconómicas en materia de control de inflación van a generar estabilidad. Esa estabilidad claramente va a transformar al productor que es un inversor neto que confía en seguir invirtiendo y en seguir expandiendo la zona agrícola de producción.

– ¿Cuánto incide en el sector exportador de granos reducir los costos de logística de los puertos, del transporte? ¿Cómo impacta en el nivel de  actividad?

– Impacta por dos sentidos. En primer lugar, por los costos logísticos, que son muy elevados en la Argentina por el estado de las rutas, de los puertos, de los accesos. Por día ingresan al Gran Rosario más de 10.000 camiones algo que no sucede en ninguna otra parte del mundo. El mayor clúster agroindustrial del mundo está en la Argentina. Además, tenemos una de las tasas más altas de pérdida de cosecha. ¿Por qué? Por las condiciones de movilización o de transporte de la mercadería.

– ¿Qué significa esa sequía para el 2018 y para el 2019?

– Los cambios climáticos y el efecto que ha tenido la sequía son muy preocupantes y devastadores para la cadena de valor. Vemos una caída de más de 20 millones de toneladas en la producción estimada. Y estamos en 37 o tal vez menos millones de toneladas de soja. Hasta el momento se entregaron unas 14, 15 millones de toneladas. Hay muchos productores que perdieron más por las lluvias que por la sequía y otros que han tenido enormes dificultades, que están teniendo dificultades en el tema de calidad. Estamos siendo lo más flexibles posibles en ese sentido, pero tenemos que cumplir los contratos internacionales. Estas cosas nos han afectado de manera muy seria. Hay pérdidas que que superan los 2 mil o 3 mil millones de dólares en materia de exportación. En julio vamos tener un análisis mucho más cercano de la realidad de esta pérdida para toda la cadena y también temas de desfinanciamiento del productor que nos preocupa mucho.

–  ¿Esa caída significará para la Argentina menos dólares que ofrecerá el sector o será más o menos lo mismo porque hay un aumento de los precios internacionales?

– Acompañan un poco los precios internacionales, pero las cosechas récord también de Brasil y Estados Unidos, que ahora se está llegando a una primera paz intermedia con China, generan también que se estabilicen bastante los precios internacionales. Por lo tanto, la Argentina va a tener menos ingresos de divisas. Cuando la Argentina agrícola tiene una mala cosecha el país sufre sus consecuencias.

– Luego de la queja conjunta de la Mesa de enlace, el Gobierno descartó mantener el esquema de baja de retenciones mensuales. ¿ Cómo impactaría una medida de ese estilo en el sector?

– El presidente Macri cumplió siempre sus compromisos. En campaña anunció que iba a eliminar todo tipo de restricciones a exportación y los derechos de exportación, salvo en el caso de la soja, y lo hizo. Eso tuvo un efecto fenomenal: hoy la Argentina se transformó en un gran jugador mundial de trigo. En el caso del maíz también hemos crecido significativamente. Y por una cuestión de clima no sucedió esto con la soja, pero vamos a recuperar la superficie si se mantienen estas condiciones. Nuestra expectativa es que el gobierno cumpla su compromiso porque el país lo necesita. Vamos a tener una cosecha récord en 2019 en todos estos cultivos y la industria tiene el doble de capacidad de producción.  Necesitamos alimentar nuestras fábricas. Estamos listos para hacerlo.

– ¿Cómo analiza el futuro del sector?

– Un solo dato para que ver lo optimistas que somos: la Argentina tiene una perspectiva de llegar a las 55 millones de toneladas de soja, y 120 millones de toneladas de granos en total. Seguramente en el 2020 vamos a estar. Tenemos una capacidad instalada de 67 millones de toneladas para procesar. Siempre estamos por encima de la mejor previsión para el 2020. Esto da la pauta de que somos extremadamente optimistas.

–  ¿Una suba de la tasa de interés en los Estados Unidos al mercado de granos cómo le impacta.

– Los mercados financieros tienen una altísima intervención en los precios de las commodities. Históricamente estaban alejados, pero desde 2009/2010, con la crisis financiera deciden ingresar fuertemente en minerales y commodities, sobre todo por la gran demanda asiática. Hoy tenemos 400 millones de habitantes en el Sudeste asiático que son de clase media y nosotros somos el principal proveedor del mundo de proteínas vegetales. Los mercados financieros ven esa situación y están interviniendo. Las variaciones de tasas que pueda tener Estados Unidos va a afectar el precio de las commodities, pero la suba del precio del petróleo siempre ha traído aparejada la suba de los precios de las commodities. Y vemos un escenario en los próximos años donde el precio del petróleo debería seguir subiendo. Por eso es muy importante para la Argentina tener buenas perspectivas y buenos incentivos económicos para producir más y sembrar más.