La recesión es inevitable y el Gobierno busca suavizar sus efectos

La baja del consumo y el ajuste fiscal tendrán un impacto negativo inmediato en la actividad. Pero el equipo económico discute qué hacer para que la caída pase rápido

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El ministro de Hacienda Nicolás
El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, los hombres que tienen en sus manos la política económica del gobierno de Cambiemos

El 2018 terminará con un PBI positivo, pero será un crecimiento mentiroso. Todos los economistas están revisando sus pronósticos para este año y la mayoría considera que la actividad no se expandirá más del 1,5%. Pero no es una buena noticia: todo está explicado por el "arrastre estadístico" que dejó la aceleración del 2017 y los dos buenos primeros meses del 2018. Pero lo mejor para la economía ya quedó muy atrás.

Ya de antemano se sabía que este segundo trimestre venía mal por efecto de la sequía en el campo, agravada luego por las inundaciones. La caída del PBI agropecuario de por sí impedirá que la economía muestre una dirección positiva en estos meses.

La situación se volvió infinitamente más compleja luego de la crisis cambiaria del último mes. El primer efecto del salto del 20% que tuvo el dólar, al pasar de $ 20,50 a $ 25, es el derrame en los precios. La inflación de mayo tiene un piso de 2,5% y la "núcleo" se estaría acercando al 3%.  Más impactante aún sería la suba de los precios mayoristas (donde pega más el componente de productos importados) que no bajaría del 5%. Para junio se proyecta un panorama parecido y julio es un mes de estacionalidad alta en materia de precios.

El crecimiento de 1,5% que se proyecta para 2018 es “testimonial”. Se explica por el arrastre estadística de 2017 y la expansión del primer bimestre.

Las advertencias que parten del Gobierno sobre la aplicación "inmediata" de la nueva ley de Defensa de la Competencia puede evitar abusos de posición oligopólica. Pero de ninguna manera servirá para aplicar la inflación, fenómeno caracterizado como un aumento generalizado de los precios. Con suba de tarifas mayor a la de 2017 y un salto del dólar fuera de todo cálculo previo, el salto inflacionario de este año se ubicaría por encima del 24,8% registrado el año pasado.

Todo esto generará un inevitable atraso en el poder de compra de los salarios, resintiendo la demanda interna en un país que sigue dependiendo en buena medida del consumo. Y la inversión, que era la gran esperanza del gobierno macrista, seguirá sin tener la evolución esperada sobre todo luego del reciente golpe cambiario.

Tasas altas por largo rato

Para no queden dudas sobre el panorama que hay por delante, fue el propio titular del Central, Federico Sturzenegger, quien les dijo en la cara a los ejecutivos de Finanzas: "No voy a mentir diciendo que las tasas bajarán rápidamente al nivel que tenían antes".

La inflación de mayo no bajaría de 2,5% y la núcleo se acercará al 3%. Por eso Sturzenegger advirtió que las tasas seguirán muy altas

El 40% anual que se fijó para la tasa de referencia es el nuevo piso para el resto de las líneas crediticias que aplican los bancos a la hora de financiar capital e trabajo a empresas, como descuento de cheques o adelanto en cuenta corriente. Y eso tiene un efecto inmediato en la actividad. Las líneas de largo plazo, como financiamiento a proyectos de inversión o créditos hipotecarios, quedaron por el momento en suspenso.

El economista Miguel Kiguel reconoció en el mismo encuentro del IAEF que se vienen varios trimestres de caída en la actividad. Pero se mostró confiado en que hacia fin de año podría producirse un rebote. "Hay que apuntarle al primer semestre de 2019", se esperanzó. Otros colegas son mucho más cautos y creen que la recuperación llegaría recién con la próxima cosecha del campo, que se comparará con la paupérrima del 2018.

Ante una realidad que ya no se puede ocultar, la recesión que está a la vuelta de la esquina, en el equipo económico comenzaron a analizar alternativas para suavizar sus efectos. Algunos son inmediatos y otros tienen que ver con señales más fuertes de mediano plazo.

El problema es que en medio de la negociación con el FMI, es preciso ser extremadamente cuidadosos con el manejo de los fondos públicos. Por ejemplo, el lunes se discutirán las nuevas condiciones del plan Procrear, muy complicado porque el precio de los departamentos (cotizado en dólares) ya se volvió inalcanzable para la clase media y media baja. Una solución sería incrementar el subsidio actualmente de $ 400.000 para los compradores de vivienda. Pero ¿de dónde puede salir la plata? Es un tema que por estas horas ocupa al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que volvió a la "mesa chica" de las decisiones políticas convocado por el Presidente.

Un compromiso crediticio contundente del FMI (por lo menos USD 30.000 millones) y volver a la categoría de “emergentes” ayudarían en junio a recuperar confianza

También está la posibilidad de avanzar con nuevos préstamos a bajas tasas de interés. El BICE comenzó a comprar cheques diferidos con aval a rendimientos del 25% anual. Y esta semana habría más anuncios para darle alivio financiero a las PYME, siempre que no se ponga en riesgo la ecuación fiscal. Y al mismo tiempo buscarán profundizar los créditos Argenta que otorga  la ANSES a jubilados, beneficiarios de asignaciones familiares y de la AUH.

Se trata, sin embargo, de algunos paliativos de emergencia que no solucionan los problemas de fondo. Por eso, la apuesta es en realidad a buscar un alivio más duradero, que básicamente pasa por regenerar la confianza de los consumidores (en el peor nivel desde 2008 según el índice que elabora la Universidad Di Ella) y de los inversores.

El plan para recuperar la confianza

Algunas de esas circunstancias dependen de factores internos y otras son externas. Pero básicamente pasan por estos 6 puntos:

1. Conseguir un acuerdo con el FMI que involucre el mayor monto posible de desembolso. Algunos análisis como el publicado por Balanz Capital advierten que incluso USD 30.000 millones para el plazo de todo el stand-by podría resultar insuficiente, ante la necesidad de divisas que tiene la economía. Por eso si el préstamo es inferior a este monto podría resultar un salvavidas de plomo para recuperar credibilidad.

2. Dar una señal contundente sobre una mayor reducción del déficit fiscal. Ya lo dijo Mauricio Macri, será inevitable acelerar el proceso hacia la reducción del rojo en las cuentas públicas, ante las dificultades para acceder al financiamiento internacional. La prueba de fuego será el Presupuesto 2019 y se estima que la meta para el déficit primario se ubicará entre 1% y 1,5% del PBI, contra 2,7% previsto para este año. Una ventaja para el Gobierno es que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ha ganado credibilidad a partir del sobrecumplimiento de las metas planteadas hasta ahora. Eso le valió además que lo nombraran como "coordinador" de otros ocho ministerios, desplazando en ese rol a Mario Quintana, de la Jefatura de Gabinete.

3. Evitar medidas "antimercado" en medio de la crisis. Se trata de un momento de extrema sensibilidad donde cualquier decisión es observada con veinte ojos. Por eso, el Gobierno decidió no frenar la baja de retenciones a la soja, que se hubiera visto como un retroceso por parte de los inversores. También se evitó cualquier medida restrictiva al ingreso de capitales, por ejemplo a través de un "encaje" como en su momento había decidido el kirchnerismo.

4. Barajar y dar de nuevo con las metas de inflación. Ya es sabido que al FMI no le gusta su implementación, al menos en esta etapa. Pero en el BCRA aseguran que es un régimen "inamovible". Ahora se está discutiendo cuáles serían los nuevos objetivos de inflación para los próximos años. También está bajo revisión hasta qué punto sirve la política de altas tasas de interés para combatir la inflación, cuando en realidad su principal efecto es provocar la apreciación del tipo de cambio.

5. Conseguir el "upgrade" desde mercado fronterizo a emergente, recuperando el status que se perdió en 2009. Esto, claro, ya no depende del Gobierno sino de un comité de inversores que elabora el índice MSCI. El 20 de junio se conoce la decisión y en caso de ser favorable ayudaría a darle un espaldarazo a la política económica. Y sería fundamental para revertir el malhumor de los mercados con Argentina. Hasta hace un mes parecía un hecho una decisión favorable. Luego del "episodio" cambiario son todas dudas y fuerte caída de las acciones argentinas así lo refleja.

6. El contexto internacional también tiene que dar una mano. Para que la Argentina pueda recuperar el acceso a los mercados y estabilizar la situación cambiaria es clave que las tasas de interés en Estados Unidos no aumenten más rápido de lo previsto. Y al mismo tiempo que el dólar se deje de fortalecer frente al resto de las monedas. Ambas situaciones aumentarían el apetito por activos argentinos si es que el país logra dar muestras concretas de enderezar su política económico.

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