Aunque el Gobierno anunció que considera como terminado el "momento difícil" de las últimas tres semanas en términos cambiarios, la pelea en el frente inflacionario luego de la depreciación que sufrió el peso en el último mes se trasladó a los precios de la industria automotriz.
Siguiendo el paso del tipo de cambio, en mayo algunas automotrices actualizaron las listas de precios enviadas a las concesionarias para sus modelos 0 km. Eso no es inusual, ya que la actualización no tiene un calendario normal al que tienen que adherir. Lo raro es que ocurrieron múltiples actualizaciones (hasta tres) y aún quedan dos semanas para que termine el mes.
La primera fue a comienzo de mes, la cual ocurre habitualmente. La segunda, generalizada, ocurrió a fin de la primera semana, cuando el dólar pasó la marca de los 23 pesos. Pero ya el viernes pasado algunas marcas informaron una nueva actualización de precios para sus modelos 0 km. Es decir, para esas marcas, los autos tuvieron un precio distinto cada semana.
Volkswagen, Renault y Peugeot enviaron a su red de concesionarias un tercer reajuste de precios, mientras que dos marcas más analizaban el viernes si las difundían a principios de esta semana. No hay confirmación aún sobre si las otras contemplan sumarse a la tendencia.
La dinámica de los aumentos de precios en el sector automotor nace de la fuerte composición de importaciones que el mismo tiene, más que con el impulso inflacionario que afecta a la economía en general. Se estima que el 70% de los autos 0 km que se venden en el país llegan del exterior mientras que el 30% restante de producción nacional tiene un componente de piezas importadas cercano al 70 por ciento.
El acumulado para mayo ya promedia un 9% para las marcas que actualizaron tres veces sus listas, y un 5% para aquellos que no aplicaron un tercer ajuste de precios. Si bien no incide tanto en la canasta de bienes contemplada en la inflación minorista, el sector es un fuerte indicador de consumo.
Los aumentos en 0 km son solo una variante de las subas generales que se esperan en alimentos y bienes de consumo, complicando aún más la meta de inflación de 15%, que ya muchos consideran como perdida con el primer cuatrimestre ya acumulando un aumento de precios de 9,6 por ciento. El problema empieza cuando se contempla que el actual nivel del dólar, a $25, probablemente no se mantenga congelado en lo que queda del año.
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