La corrida al dólar forzó el cambio de esquema económico del Gobierno

Los mercados se estabilizaron después de tres semanas de turbulencia, pero se deterioraron las variables económicas y financieras. El nuevo escenario

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“Gastamos como Estado más de
“Gastamos como Estado más de lo que tenemos”, asumió Macri. (Fabian Ramella)

Factores internos y externos se combinaron en el transcurso de pocos días y conmovieron los cimientos del esquema económico del Gobierno, hasta el punto de poner en serias dudas las chances de la continuidad política del proyecto de Cambiemos después de 2019.

El pasado martes, con una acción coordinada del Banco Central y el Ministerio de Finanzas, el Gobierno logró revertir la sangría de precios de los activos argentinos y ponerle en el corto plazo una barrera infranqueable al dólar.

La entidad que preside Federico Sturzenegger ofreció una postura de USD 5.000 millones a $25, cinco veces el volumen promedio de negocios en el mercado mayorista de las últimas ruedas, mientras que refrendó tasas de 40% anual en sus LEBAC.

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A la par, el Ministerio de Finanzas colocó con éxito bonos en pesos a tasa fija por más de $73.000 millones (equivalentes a USD 3.000 millones). La llegada de divisas del exterior para aprovechar las elevadas tasas en moneda doméstica fue una señal muy potente para el mercado: todavía hay asistencia financiera al país de grandes fondos internacionales.

Mientras que el Central consiguió frenar al dólar a $25, luego la iniciativa del ministro Luis Caputo logró que bajara de precio. Fue una muestra de la coordinación que se le exigía al ala económica del Gobierno y de la que adoleció desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri.

El Gobierno superó una crisis cambiaria, pero la política económica será ahora muy diferente: la turbulencia financiera de estos días dejó profundas heridas en el tejido económico y sepultó el esquema inicial planteado por Macri, de un ajuste gradual apalancado con endeudamiento hasta corregir las distorsiones heredadas. Ahora varió por otro, de un tipo de cambio alto -que implica mayor inflación-, para apurar la salida de la trampa de déficit gemelos -fiscal y de cuenta corriente-, que lastró la productividad del país en beneficio de la rentabilidad financiera.

"Con las medidas en marcha y un tipo de cambio más elevado, como el actual, el gasto público medido en dólares puede mostrar en 2018 una baja significativa, hasta un nivel más cercano a los ratios de 2011/12", consideró un análisis del IERAL de la Fundación Mediterránea. Agregó que "esta crisis parece haber quedado encapsulada en el plano cambiario", por cuanto "es factible que el nivel de actividad comience a recuperarse luego del previsible freno del segundo y tercer trimestre".

El Gobierno vendió como un éxito lo ocurrido la semana pasada, pero los costos fueron muy altos:

1) DEVALUACIÓN: el Banco Central utilizó todos sus instrumentos para frenar la suba del dólar pero, a fin de cuentas, la divisa se detuvo recién en los 25 pesos, un 32% más que en el inicio del año del año y un 55% por encima del precio de 12 meses atrás. Con esta apreciación, el dólar se puso a tiro de la inflación: entre enero de 2016 y mayo de 2018 el billete se encareció un 85%, mientras que la inflación fue de un 95 por ciento.

2) PÉRDIDA DE RESERVAS: Las intervenciones vendedoras del BCRA para anclar el precio del dólar sumaron más de USD 9.000 millones desde el 5 de marzo. Los activos internacionales cayeron de USD 61.767 millones a USD 52.724 millones en poco más de dos meses.

3) MENOS CRECIMIENTO: la combinación de inestabilidad financiera, dólar más caro y tasas en 40% anual, nivel máximo desde que asumió Macri, restringirá la expansión de la economía. En el presupuesto 2018 se estableció un aumento esperado para el PBI de 3,5%; hoy son pocos los analistas que prevén un crecimiento mayor a 2% en el año. "La Argentina tendrá más inflación y menos crecimiento", reconoció el ministro Nicolás Dujovne ante corresponsales extranjeros.

4) MÁS INFLACIÓN: el salto cambiario tiene evidentes consecuencias en los precios en general, especialmente en los productos industriales, con alta participación de piezas importadas, alimentos que se exportan y, por supuesto, en bienes terminados que vienen del exterior. Los expertos observan que el 24,8% de inflación de 2017 es un "piso" para 2018.

"El efecto final de la suba del dólar en la inflación se registrará recién una vez que el tipo de cambio se estabilice en torno de un valor que sirva de referencia a los fijadores de precios; de modo que las recientes tensiones del mercado cambiario tendrán un impacto en los próximos meses", puntualizó Ecolatina.

5) AJUSTE EN LOS SALARIOS: una inflación que se acelera produce una caída del salario real, en el marco de unas paritarias que siguieron la directriz del 15 a 18 por ciento con cláusula "gatillo", y genera un aumento de los índices de pobreza medida por ingresos.

En cuanto al ajuste de haberes trimestral para jubilados y pensionados y la Asignación Universal por Hijo (AUH), dispuesto por la Ley de Reforma Previsional impulsada por Cambiemos, será del 5,69% a partir de junio, un punto menos que la inflación del primer trimestre, de 6,7%, según el INDEC. El aumento aplicado en marzo había sido del 5,71%, también inferior a una inflación de 6,1% en el último trimestre de 2017. Con la actual fórmula de movilidad, cuando la inflación se acelera los haberes pierden poder adquisitivo.

6) ACUERDO CON EL FONDO: acudir a un prestamista de última instancia fue una derrota política para el Gobierno. El organismo de crédito brindará fondos a tasa más baja que el mercado, pero condicionará al Ejecutivo a una reducción más severa del déficit. A favor: garantizará los dólares para pagar deuda externa hasta 2019.

“La Argentina tendrá más inflación y menos crecimiento”, reconoció el ministro Nicolás Dujovne

7) MÁS AJUSTE FISCAL: el ministro Dujovne ya adelantó una nueva meta para el déficit primario, de 2,7% del PBI este año, desde el 3,2% presupuestado, con un ahorro para el erario público de unos USD 3.000 millones. También habrá un importante recorte en la obra pública por $30.000 millones, que afectará el ritmo de actividad.

El presidente Macri admitió que "el tema central que tenemos que resolver es reducir el déficit fiscal. Estamos gastando como Estado más de lo que tenemos" y calificó ese desbalance como "una carga que nos genera una vulnerabilidad".

8) ENDEUDAMIENTO EN PESOS: la colocación de dos bonos del Tesoro a tasa fija muestra una estrategia del ministro Caputo diferente a 2016 y 2017, la de emitir deuda en moneda doméstica a tasas reales muy altas, para depender menos de dólares del exterior.

Además, contribuye a desactivar la "bomba" de LEBAC del Banco Central, equivalentes en monto a las reservas o la Base Monetaria, al ofrecer al mercado títulos soberanos alternativos, que les pueden competir en tasa y duración. El volumen y rendimiento crecientes de los pasivos remunerados del BCRA, con un tipo de cambio atrasado, encendieron las alertas entre inversores, que se desprendieron de las Letras y se volcaron masivamente a comprar dólares desde el 25 de abril pasado.

“El tema central que tenemos que resolver es reducir el déficit fiscal”, admitió Mauricio Macri

9) SUBA DEL RIESGO PAÍS: el contexto internacional se endureció para los países emergentes, Argentina incluida. A la devaluación generalizada de las monedas respecto del dólar norteamericano en 2018, se sumó que la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU a 10 años alcanzó el 3,1% anual.

Mientras, el riesgo país de la banca JP Morgan, que mide el diferencial de tasa de los bonos emergentes respecto de sus pares norteamericanos, trepó a 460 puntos básicos para la Argentina. Eso significa que si el Gobierno quisiera emitir deuda en dólares en el exterior a 10 años debería ofrecer una tasa aproximada de 7,7% anual, cuando en la colocación de enero convalidó un 6 por ciento.

10) PÉRDIDA DE VALOR DE LAS COMPAÑÍAS: las acciones argentinas habían sido las de mejor desempeño en los últimos dos años. Pero desde el 25 de abril emprendieron un sendero decreciente cotizadas en dólares, cuando coincidió la puesta en vigencia del impuesto a la renta financiera para extranjeros y la suba de la tasa de los Treasuries a 3 por ciento.

En menos de un mes el ADR de Grupo Galicia cayó 23,8% medido en dólares, mientras que YPF restó 10,8%, aún cuando el precio internacional del petróleo recuperó los niveles de cuatro años atrás. Otros títulos representativos de la Argentina, como Telecom y Edenor, perdieron 26,9% y 18%, respectivamente.

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