El economista Rodolfo Santangelo analizó en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red el momento económico que atraviesa el país en medio de las tensiones cambiarias y de la decisión del gobierno nacional de iniciar una negociación con el Fondo Monetario Internacional para pedir ayuda financiera. Adelantó que "viene algo muy duro", planteó algunas paradojas de la política económica argentina y cuestionó el sistema de toma de decisiones de Cambiemos.
—¿Me describe como si fuera un médico el estado en el que está la Argentina?
El paciente se había presentado en la guardia casi de emergencia con una hemorragia y había que aplicar algo para pararlo. Un torniquete. La hemorragia es la corrida financiera, básicamente basada en un cambio de portafolio.
La prioridad uno era evitar que ese contagio se fuera a otro lugar del cuerpo, a los bancos, a la deuda y más adelante a otros problemas.
Había que actuar rápido, muchas alternativas no había. Pedirle plata al Fondo, que hay que negociar el monto y las condiciones, es para parar la hemorragia, para parar la sangría del cambio de portafolio.
Acá hay un condimento local muy grande. Si vos mirás lo que está pasando en el mundo, salvo algunas cositas en Rusia, un poquito en Turquía, un poquito en Brasil, el resto del mundo ni se enteró de que cambiaron las condiciones. Este es un fenómeno local.
El objetivo número uno para hoy, para la semana que viene, para el próximo mes es parar la sangría, parar el cambio de portafolio, cambiar la salida de capitales. Y a partir de ahí empieza un nuevo partido. Lo que venga, si es que sale bien, es mejor que lo que hubiera pasado. Los argentinos tenemos experiencias de lo que son estas crisis y estos colapsos. Si no parás la hemorragia, te vas. Y dos: viene algo duro, viene algo complicado. Vienen muchas de las cosas que no se hicieron en estos últimos dos años porque no se pudo, no se quiso, no se supo.
No había mucha alternativa ayer a la mañana.
—O sea, lo que se está haciendo es evitar el colapso más bravo. ¿Es un hecho que el Fondo nos preste la plata?
Imagino que si el Fondo dijo "vengan a negociar" es porque existe la probabilidad. Acá entramos en un proceso de negociación. En este momento hay pocos países con acuerdos: Egipto, Ucrania, Kenia y dos o tres más de los de tamaño mediano. Y todos los acuerdos son más o menos parecidos. Los remedios, la terapia que te ponen, es más o menos parecida. Lo que difiere es el tiempo que te da para implementarla. Esa terapia abarca la política fiscal, que en castellano significa reducir el déficit, la política monetaria, que en castellano significa tener tasas de interés altas, y el sector externo de la economía que en castellano significa que tenés que tener un tipo de cambio que se corresponda con la oferta y la demanda.
Yo creo que es muy probable que vaya a haber un acuerdo, vamos a ver las condiciones. El partido se va a jugar en el próximo año y pico y vamos a ver si Argentina está haciendo el cumplimiento de lo que se comprometa a hacer.
—Usted dice que esto va a llevar un año y medio. ¿No hay una situación favorable o desfavorable en lo inmediato?
No, te puse como condición que hay que parar la hemorragia. A mí no me gusta mucho hablar de expectativas. Pero sí, lo primero es que pare el cambio de portafolio. Eso es casi un mensaje a la gente. Y si no la convencés por las buenas, la convencés por las malas. Y después empieza el programa. Imagino que va a durar más de un año, porque el Fondo va a querer que abarque el principio de la próxima administración, sea del presidente que sea. Es algo que imagino.
De corto plazo para hoy, para la semana que viene y el mes que viene hay que parar la hemorragia. Y después empezar a ver en qué plazo te va a dar el desembolso. La Argentina tiene una paradoja: el Estado no tiene mucha necesidad de plata y tiene muchas reservas. Pero en turismo externo nos estamos gastando 10 mil millones de dólares y vamos a pedir 20 mil. Hay que hacer cambios de política económica. Algunas de las cosas que estamos viviendo van a tener que cambiar, pero si no frenás el cambio de portafolio vas a tener un colapso.
—Dijo que estamos como Ucrania, Egipto, Kenia…
No sé qué palabra usar para no herir a nadie: países de cierto nivel no hay muchos. Son países que entraron en los últimos dos, tres años.
—¿Cuánto puede durar este proceso de parar la hemorragia?
Voy a decir lo que dicen la mayoría de las veces los médicos: no lo sé, lo tenemos que mirar. Eso lo vamos a ver primero en el mercado cambiario, que es donde estaba el problema. Y ahí hay dos números: en qué nivel se estabiliza el tipo de cambio. En el último mes y pico, Rusia, Brasil y Turquía tuvieron un movimiento de 10 por ciento. Si Argentina tiene 10%, está bien, pero tuvo 30. Si el Banco Central tiene que seguir vendiendo reservas, esto no se estabilizó. Y a partir de ahí vienen sofisticaciones: en algún momento tiene que bajar la tasa de inflación, la tasa de interés, tendremos que mirar el impacto en el nivel de actividad…
—¿Es acertada la política del BCRA de no vender reservas y tratar de contener al dólar con el movimiento de la tasa?
Yo no me refería a lo que hizo el BCRA en los últimos 10, 20 días, porque en el medio de la batalla mucha alternativa no hay. Cualquier cosa que haga tiene un costo y tiene un beneficio. No existe el genio que conoce el beneficio y no conoce el costo. Mis críticas al Banco Central y a la política económica en general son por los 700 días anteriores, no por los últimos 20. En los últimos 20, tirás con perdigones para ver cuál pega y no hay soluciones mágicas.
Estas cosas hay que preverlas en las buenas. Cuando venís en las buenas y uno hace un comentario y te dicen que vos no entendés, que la planilla excel… Yo hablé en los períodos buenos. Nadie tenía la bola de cristal, pero esto hay que prevenirlo en las buenas. Es como cuando le decís a un amigo: no hagas esto que te podés golpear… Bueno: te golpeaste.
—¿Estamos a tiempo de evitar una crisis profunda?
Sí, yo creo que sí. Primero tiene que salir esto y luego empezar un programa de ejercicio, de reforma, de reducir el déficit fiscal, de generar confianza, de atraer inversiones. Estamos a tiempo. Sepamos que los primeros resultados van a ser dolorosos, como cuando empezás una dieta.
Acá no hay que hacerles caso a los que están mirando el Twitter o las encuestas del día a día. La gente del Gobierno que se dedica a eso tiene que ser reemplazada. Hoy no hay que hacer focus group, hoy hay que parar la hemorragia. Con los gurús del marketing se gana una elección, con los gurús del marketing no se gobierna.
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