De un segundo semestre promisorio se pasó a "sangre, sudor y lágrimas"

Se vienen días de recesión y tasas altas, con herramientas tan duras que hacen innecesarias que se incluya la inflación deseada

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"Tiraron la toalla". La definición corresponde a un argentino que trabaja con organismos internacionales y que está en permanente contacto con los funcionarios del Fondo Monetario Internacional.

Coinciden en que fue una imprudencia anunciar de manera tan arrebatada y poco meditada que van a pedir auxilio al FMI. ¿Nunca se dieron cuenta de que las palabras de elogio de Christine Lagarde -la titular del organismo- no coincidían con los informes de los técnicos que veían inconsistencias graves en los números argentinos?

Todavía no se sabe siquiera qué tipo de crédito van a pedir. "Se apresuraron. Es una medida que debió ser meditada", advirtió Martín Redrado que todavía no sabe quién de los funcionarios argentinos está en condiciones de negociar y qué van a negociar. "Lo peor que les puede pasar es que negocien el acuerdo en Washington porque van a tener que firmar cláusulas muy estrictas", señaló.

Lo cierto es que deben elegir entre:

-Crédito Flexible que se destina a economías sanas que tienen algunos apuros, pero tienen que cumplir ciertos requisitos a rajatablas.

-Línea de Precaución y Liquidez, a la que pueden acudir si tienen problemas de reservas u otras vulnerabilidades

-Acuerdos Stand By, también llamados créditos de contingencia, que son más estrictos. Acá deben cumplir distintas metas y a medida que las vayan cumpliendo se les va desembolsando el crédito en distintos tramos.

La tasa que se paga hoy al FMI, varía. Pero está entre 3 y 4% y el Derecho Especial de giro (DEG), la moneda del Fondo cuyo valor se forma con la canasta de varias monedas tiene una equivalencia de 1 dólar = 1,42 DEG.

"Lo primero que le van a pedir a la Argentina es que en un año y medio el déficit fiscal lo bajen en dos puntos y sea más estricta la política monetaria, es decir que retire pesos del mercado", dijo el allegado al FMI.

En otras palabras, adiós al gradualismo y adelante la política de shock. Se vienen días de recesión y tasas altas, con herramientas tan duras que hacen innecesarias que se incluya la inflación deseada. Con estas herramientas, la abaten a costa del consumo y el encarecimiento del crédito.

Con el FMI se negocia una Carta de Intención y un Memorándum de Entendimiento. La Carta son números que se compromete a alanzar el gobierno y el Memorándum frases que explican cómo lo logrará.

El Gobierno tuvo dos años para ordenar la economía y evitar que el FMI le salga de garante para conseguir financiamiento más barato.

Es cierto que el viento de frente es para todos. Que el dólar subió ayer ante todas las monedas del planeta. Pero solo dos emergentes tienen inflación y déficit gemelos, la Argentina y Turquía. Ambos tienen fuerte suba de precios, gastan más de lo que recaudan e importan más de lo que exportan.

En otras palabras, el resto de los países emergentes está más preparado que la Argentina para soportar la adversidad de una tasa del Bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años que roza 3% y que hay que prepararse para verla dentro de un año en 4%.

Ninguno de los emergentes debió elevar la tasa a 42% o vender dólares a futuro, para evitar la suba de la divisa. La estructura de Chile, Colombia, Perú, Bolivia o Brasil. es más sana.

Con un poder económico debilitado por estar repartido en varias partes y concentrado en la decisión presidencial, es lógico que hubiera marchas y contramarchas que despertaran la confianza de los inversores. El desliz había empezado antes del 28 de diciembre con el mal ajuste de las tarifas. El día de los Inocentes cuando se desautorizó a Federico Sturzenegger, el titular del Banco Central, le dieron a la economía el empujón decisivo para desbarrancarse.

(Adrián Escándar)
(Adrián Escándar)

Por eso hoy la Argentina es la que padece la mayor salida de fondos de inversión.

Se vio en la Bolsa donde los negocios subieron al récord del año de $ 2.145 millones pero no porque entraron capitales, sino porque salieron. El índice Merval de las acciones líderes perdió 3,85%. En un mes cayó 20%.

El dólar mayorista, negoció USD 707 millones, 40% más que el día anterior. La divisa abrió a $ 22,50 y a las 11.30 se operó a 22,94 para cerrar a $ 22,60,después de conocerse la noticia de que se iba a negociar con el FMI.

En Bancos y Casas de Cambio, el dólar amagó tocar $ 24, pero bajó a $ 22,90, lo que implica 53 centavos por encima del día anterior. El "blue" con pocos negocios subio a $22,50.

Los bonos en dólares operaron $ 18.294 millones. Los títulos en dólares subieron hasta 3,61%. La garantía de FMI les hizo bajar una parte del alto rendimiento. Devengaban más de 8%. Ahora su retorno es de 6,9% para el mediano plazo.

Por las compras del Banco Central de Lebac, las tasas aumentaron a 43,25% a 44 días contra 38% de la rueda anterior. Estas letras se licitaron el 17 de abril pasado a 26%.

No cabe duda que la Argentina, después de este paso apresurado dejó de ser la misma. El segundo semestre del año no promete mieles, sino sangre sudor y lágrimas.

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