Las pautas para la mesa de negociación que comenzarán mañana entre el Gobierno de Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional (FMI), tienen parámetros más claros de lo que muchos podrían pensar. Es que todavía no pasó ni un mes desde que funcionarios del Fondo se refirieron a las medidas recomendadas para el país.
Fue el pasado 20 de abril, en una conferencia de prensa en Washington, en medio de la reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial. En esa misma sala, minutos antes, habían estado sentados el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Hablaron del G20 y, en ese contexto, no quisieron comentar datos de la coyuntura local. Ahora, uno de ellos, Dujovne, quien viaja a EEUU, sí tendrá que referirse a la economía argentina.
El objetivo de la conferencia de prensa del Fondo era ampliar datos sobre las proyecciones para la región. Pocos días antes, el FMI había retocado a la baja sus expectativas sobre el país. Ese retoque incluyó un crecimiento para 2018 de 2%, menor al 2,5% anterior, y una inflación del 19,2%, bastante lejos de lo previsto por el gobierno. "El Fondo siempre se equivoca", había desafiado horas antes un funcionario de Hacienda en un evento en la US Chamber.
Dudas por el gradualismo
"El gradualismo no es neutro" y "las metas originales que había planteado el gobierno eran ambiciosas" fueron dos frases que se escucharon en la sala de conferencias ese día. Quizás Dujovne y sus funcionarios tengan que repasar esos conceptos antes de las reuniones que arrancan hoy.
Nigel Chalk, el economista a cargo del caso argentino, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, expresaron lineamientos generales sobre las problemáticas que enfrenta la economía argentina.
Werner dejó conceptos muy claros:
-"Las metas originales que había planteado el gobierno eran ambiciosas y lo importante es que la tendencia y dirección se mantenga, pero claramente los procesos desinflacionarios desde niveles del 40% para llegar a un dígito han tomado tiempo en la región"
-"Tratar de llegar a un dígito en cuatro años era muy optimista. Y sí, es difícil"
-"En países que han avanzado con consolidaciones fiscales tal vez más rápidas, también hemos visto rezagos importantes". Detalló que a México le llevó "tal vez 6 años" y a Colombia un tiempo más prolongado.
– Werner también opinó sobre el futuro de la política "gradualista" de Macri: "Se le presenta a Argentina en un contexto de mercados de capitales internacionales muy diferente".
-"El gradualismo también es una opción que tiene sentido en un contexto de mercados financieros con abundancia de financiamiento y obviamente presenta sus riesgos porque tiene como resultado su contraparte en una cuenta corriente, en un déficit más abultado, que en un escenario de riesgo en el cual el financiamiento externo se complique, eso va a tener que ajustarse y podría impactar en el desempeño de la economía".
"Hemos visto un proceso difícil de reducción de la inflación, en parte por el reordenamiento de las tarifas de servicios, que genera alguna presión inflacionaria extra", señaló Chalk, quién también se refirió a los principales puntos económicos que FMI creía que el Gobierno podría encarar:
1- Bajar la inflación
2- Restablecer el equilibrio fiscal
3- Atraer inversiones internas y externas
4- Abrir el mercado
Los cuatro puntos, señaló el economista, son fundamentales a pesar de que "claramente esto tiene consecuencias en materia distributiva a las que la sociedad se resiste de alguna manera".
"Creo que todavía hay apoyo a la estrategia del Gobierno de bajar la inflación, restablecer el equilibrio fiscal, atraer inversiones internas y externas, y abrir el mercado, aunque esto tiene consecuencias en materia distributiva a las que la sociedad se resiste de alguna manera", expresó.
Ahora, el contexto no será sólo de análisis de uno de los países integrantes del Fondo, sino que habrá que acordar las condiciones para un préstamo importante.
"Argentina no precisa ni ha solicitado financiamiento", dijo Christine Lagarde, directora del FMI, cuando visitó Argentina en marzo. Se equivocó.
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