Hace menos de un mes, la petrolera estatal YPF incrementó en un 3% promedio el valor de sus combustibles, en sintonía con los aumentos del 4,5% aplicados por las compañías privadas. Sin embargo, el precio del litro podría volver a subir nuevamente, porque para los empresarios del sector hay un atraso de más del 20%.
Raúl Castellanos, secretario de la Cámara de Empresarios del Combustible, aseguró que "los componentes que hacen al costo de producción del combustible se han disparado, tanto el precio de petróleo en dólares como el tipo de cambio, que ha subido, y eso ha generado un atraso en el precio que en algún momento se va a traducir en un aumento".
Consultado en radio La Red, habló de "un desfasaje superior al 20%, si además se toma como punto de partida el momento de la desregulación de los precios, en octubre del año pasado".
Desde el mes pasado, los precios vigentes son $25,24 para el litro de nafta súper, y $29,28 para la premium. En el caso del gasoil, los valores quedaron en $22,06 para el D500, y en $25,70 para el premium Infinia.
Según explicaron fuentes del sector, los aumentos que se registraron en abril "son producto de la suba del precio del barril de petróleo crudo, que se ubicó en USD 65,58; el dólar, que en los últimos dos meses se incrementó 3,58% respecto del peso; y también el costo de los biocombustibles, cuyo valor aumentó entre 11% y 18% a fin de marzo".
Por otro lado, a finales de septiembre del año pasado, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, les comunicó a todos los actores del mercado de hidrocarburos que "con relación al Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina", y en función de la dinámica de las cotizaciones externas, decidió liberar el precio de los combustibles.
A partir de ahí, las empresas petroleras quedaron habilitadas para modificar el precio de venta de sus combustibles para el consumo del mercado automotor.