El aumento de la tasa de referencia de política monetaria 300 puntos básicos que definió ayer el Banco Central para calmar la fuerte presión cambiaria no debería tener un impacto negativo sobre el nivel de actividad.
Así se ocupó de aclararlo el titular de la institución, Federico Sturzenegger, en conversaciones con el ala política del Gobierno, que en los últimos meses venía presionando para disminuir los rendimientos en moneda local y así darle un envión adicional a la economía.
"En 2017 arrancamos con tasas altísimas en términos reales, es decir muy por encima de la inflación, y sin embargo el país creció, el crédito se expandió cerca de 50%, la inversión y la construcción tuvieron saltos muy fuertes", les explicó Sturzenegger a la hora de evaluar cómo sigue la economía luego de una verdadera "semana de furia" para el dólar.
La tasa de referencia pasó de 27,25% a 30,25% anual en pesos, según anunció el BCRA al mediodía del viernes. La decisión ayudó a calmar las aguas de un mercado que venía extremadamente negativo.
A partir de allí la entidad que tuvo que vender menos reservas y empezó la recuperación de activos argentinos, tanto en el caso de bonos como de acciones. El dólar que llegó a rozar los $21,20 y terminó prácticamente sin cambios al filo de 20,90 pesos.
El aumento de tasas calmó la presión sobre el dólar a partir del viernes al mediodía. Pero el Central busca que también reduzca las expectativas inflacionarias para los próximos meses
La suba de tasas procura darle al inversor un incentivo mayor para quedarse en pesos en vez de dolarizar su cartera e incluso puede convencer a algunos que están en dólares a pasarse a pesos.
Pero al mismo tiempo profundiza de manera significativa la política monetaria contractiva del Banco Central, expresada en dos variables: una tasa de interés que se ubica muy por encima de la inflación esperada y un reducción sustancial de los agregados monetarios, producto de la venta de divisas. Sólo en la última semana el Central vendió más de USD 4.300 millones de reservas, absorbiendo 89.000 millones de pesos.
Evitar la disparada del tipo de cambio
La justificación para la suba de tasas, al igual que la venta de reservas, es impedir que el dólar suba demasiado, lo que tendría un impacto negativo en el proceso de desinflación que arrancaría el mes que viene.
En abril la inflación núcleo se ubicó arriba del 2%, pero se espera que caiga significativamente en mayo. Si eso sucede, entonces habrá espacio para empezar a desandar el camino de las tasas, pero aún es demasiado prematuro saber cuándo sucederá.
El Central quiere retomar la política de flotación cambiaria. Pero en la reapertura del mercado el miércoles la prioridad será que no se dispare el dólar porque tendría consecuencias negativas sobre la inflación
La expectativa que tienen en el BCRA es que este incremento de tasas en pesos influya positivamente en las expectativas de inflación, que subieron significativamente en los últimos meses. Aunque se trató de una medida tomada de urgencia para suavizar la enorme demanda de dólares, la intención de las autoridades es darle una lectura positiva. Es decir resaltar que se retomó la rienda de la política monetaria, tras la reducción de tasas adoptada a principio de año.
También desde las esferas oficiales se busca desdramatizar la caída de reservas, utilizadas para contener al dólar. Explican que si bien se produjo una reducción del activo, también bajaron los pasivos del Central, es decir hubo una disminución de la "hoja de balance" de la institución. "Los que se quedaban por la colocación de Lebac ahora van a estar contentos", explican.
¿Cuál es la lectura de lo sucedido en la peor semana para el Gobierno desde el punto de vista del mercado cambiario? Reconocen que se subestimó la venta de Lebac que se produciría el miércoles, previa a la aplicación del impuesto a la renta financiera a extranjeros. "Cuando vimos el jueves que la venta de activos en pesos se había derramado a otro tipo de bonos ahí ya vimos que la situación era más compleja", agregan.
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