La Argentina enfrenta enormes dificultades para dominar el ritmo de variación de los precios y, en consecuencia, generar credibilidad sobre la solidez de la política de desinflación, sobre todo luego de la aceleración de la variación mensual de los precios al consumidor desde el pico del 3,1% que tocó en diciembre, y de la firmeza por arriba del 2% en febrero y marzo.
Esas tasas son las que registra hoy Brasil, pero cada 12 meses, pese a que a ellos, como a la Argentina, le afecta la volatilidad de las monedas y de los precios de las materias en el mundo; además del contexto político.
Y en línea con declaraciones radiales del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, al día siguiente de que el Indec difundiera la inflación acumulada de 6,7% en el primer trimestre, se espera que el presidente del Banco Central, junto a su Consejo de Política Monetaria, reafirme esta tarde, la persistencia de su objetivo de hacer converger su estrategia en la meta de inflación recalibrada el 28 de diciembre último al 15%.
El esfuerzo deberá será enorme, no tanto para convencer a los periodistas, sino principalmente a los formadores de opinión como son las consultoras privadas y bancos de inversión que mes a mes han ido subiendo sus predicciones de alza de precios. En el último mes la elevaron a poco más de 20%, pero aseguran que muchos volvieron a hacer ajustes y la elevaron al 23% o más.
Muchas consultoras y economistas del sector privado volvieron a subir la proyección de inflación para todo 2018 a más de 23 por ciento
Una historia que vuelve a repetirse
El desvío de la suba de los precios al consumo respecto de la meta de inflación que se fijó el Ministerio de Hacienda ha sido una constante desde el inicio del gobierno de Cambiemos, pese a los esfuerzos del Banco Central por mantener una tasa de interés varios puntos porcentuales por arriba de la meta para forzar la convergencia de las expectativas en el rango objetivo.
Sin embargo, aún no lo ha logrado. Y cuando todavía no se completó el primer tercio del año pareciera que 2018 no será la excepción, por la conjunción de diversos factores que hacen que la mayor parte de los precios relevantes de la economía, como el tipo de cambio, la suba proyectada de salarios, la expansión de los agregados monetarios, el costo del dinero e incluso el gasto público, aunque en ese caso con estrategias de corto plazo para contenerlo, que están subiendo muy por arriba de la meta de inflación.
* Meta de inflación: En el equipo económico del Gobierno, incluyendo Hacienda, Finanzas, como a los viceministros coordinadores de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, aseguran que "no es proyectable la suba de los precios del primer cuatrimestre" porque está influido por el alza de las tarifas, autorizaciones de ajustes de otros precios administrados, como la medicina prepaga, servicios educativos, y cigarrillos, entre otros; a los que se agregan los efectos estacionales de los útiles escolares, cambio de estación de la indumentaria, y la sequía que encareció diversos alimentos de la canasta básica, como huevos, pollos, lácteos, carnes, y farináceos.
En el equipo económico aseguran que los aumentos de precios del primer cuatrimestre no se repetirán en el resto del año
Ahí es donde se espera que Federico Sturzenegger y su equipo de asesores del COPOM pongan el acento para desactivar las proyecciones de aceleración de la inflación en los próximos meses, en comparación con el año anterior.
* Paritarias. Las mismas fuentes del equipo económico suman como un punto a favor para mostrar su convicción de que la tasa de inflación tenderá a desacelerarse en los próximos meses el consenso que van logrando los representantes de los trabajadores como de las empresas para sellar acuerdos de ajustes de salarios en el rango de la meta de inflación de 15 por ciento.
Sin embargo, en casi todos los casos no solo se determinó el ajuste por un período acotado, menos de nueve meses, sino que además se establecieron cláusulas gatillo, o de "revisión", si la tasa de inflación acumulada al fin de ese plazo consensuado superara el rango de 15%. De ahí que si se proyecta esa tasa para los primeros ocho o nueve meses a un año surge una tasa equivalente superior a 21 por ciento.
* Tipo de cambio: La devaluación del peso también parece haberse escapado del rango de convergencia hacia la meta de inflación, pese a que en las últimas semanas las intervenciones del Banco Central han contenido la paridad por debajo de $20,50; habida cuenta de que en un año subió 30%, cinco puntos más que la variación del índice de precios al consumidor.
Sin embargo, se espera que en este punto Federico Sturzenegger aluda al trabajo que hicieron dos economistas del Banco Central que demostraron cómo el traslado a precios de la devaluación ahora es notablemente inferior que el pasado, y por tanto no debiera constituir un factor de preocupación de cara al futuro.
En el último año se trasladó a precios más del 100% de la variación del tipo de cambio, en el primer trimestre se atenuó al 47 por ciento
* Tasa de interés de referencia: La autoridad monetaria se mantuvo firme en sostener en un nivel relativamente elevado respecto de la meta de inflación del 15% el sendero del costo del dinero de corto plazo –27,25%, para el corredor de pases–, porque consideró que "el actual sesgo de su política es adecuado en su escenario base, una vez concluidos los impactos transitorios del alza de precios". Aunque, como seguramente hará hoy, "si la inflación no desciende al sendero buscado el BCRA está listo para actuar, ajustando su tasa de política monetaria".
* Agregados monetarios: La aparente dureza que mantiene la autoridad monetaria en su política de tasas de interés y de intervención en el mercado de cambios, como ancla de la inflación, no se observa en la expansión de la cantidad de dinero. El último dato a marzo dio cuenta de una suba del circulante en el poder del público a un ritmo que casi duplica a la meta de inflación, como también los agregados más amplios que incluyen todos los depósitos del sector privado, familias y empresas, en el sistema bancario.
El dinero circulante en poder del público aumenta a un ritmo de 28% al año
Seguramente, varias de las preguntas del auditorio a la autoridad monetaria se centrarán en cómo se podrá hacer converger la inflación real al nivel de la meta, si el dinero en poder del público se expande a una tasa de 28% al año.
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