Estados Unidos le confirmó hoy a la Argentina, según funcionarios del gobierno de Mauricio Macri, que parte de las exportaciones de acero y aluminio a ese país no pagarán aranceles. La noticia, fruto de arduas negociaciones entre los gobiernos de Macri y Donald Trump, llega desde la Cumbre de las Américas, que se realiza en Lima, Perú. "Está prácticamente cerrado, lo vamos a terminar en unos días, vía intercambio de notas", le aseguró a Infobae un alto funcionario, muy esperanzado.
Desde la comitiva oficial argentina definieron las reuniones de hoy como "muy positivas" y explicaron que lo que resta definir son algunos detalles y los niveles que tendrá esa excepción arancelaria. El eje es cuánto de lo exportado quedará excluido del arancel.
Los encuentros de hoy fueron dos. Con Wilbur Ross, secretario de Comercio de EEUU, negociaron en el Hotel Westin, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el canciller Jorge Faurie; el secretario de Comercio, Miguel Braun; Shunko Rojas, subsecretario de Comercio Exterior; y Lucas Barreiro, jefe de asesores de Comercio. En el Hilton de Miraflores, en tanto, los argentinos se reunieron con C.J. Mahoney, del United States Trade Representative for Investment (USTR).
Ahora Cabrera le va presentar a Ross y al USTR una nueva oferta sobre qué volumen sobre base 100 irían sin arancel, según las pretensiones argentinas.
Hace unas semanas, la discusión para fijar qué montos exportados pagarían aranceles pasaban por que Argentina quería contabilizar el último año (el mejor) como referencia, y EEUU pretendía promediar los tres últimos. "La relación entre Ross y Cabrera es tan buena que hubo un almuerzo del BID y Ross le reservó el lugar al lado suyo al argentino", explican desde Lima.
Macri con Pence
Macri llega esta noche a Lima y se reunirá Mike Pence, vicepresidente de EEUU, quién armó la valija a último momento cuando Trump decidió no acudir al meeting continental. "Es algo muy importante. No está previsto, pero quizás hablen del tema. De manera informal", asegura otro funcionario desde Lima.
El 8 de marzo pasado, Trump había anunciado aranceles de 25% a la importación de productos de acero y de 10% a la importación de productos de aluminio. La noticia provocó conmoción global y se habló de "guerra comercial", con China, Alemania, Turquía, Brasil, Japón y Corea del Sur, como algunos de los principales perjudicados.
Está prácticamente cerrado, lo vamos a terminar en unos días, vía intercambio de notas
Argentina, que había conseguido una exención arancelaria temporaria, que vence en mayo, desplegó una serie de argumentos para convencer a Trump y sus funcionarios. Por ejemplo, que el país apenas exporta el 0,6% de todo el volumen de acero que recibe EEUU y sólo el 2,3% del aluminio. Además, mencionaron la cooperación en defensa y seguridad nacional entre ambas naciones, la fuerte relación comercial bilateral (con una balanza que favorece al país del Norte en más de USD 3.000 millones), distintos acuerdos vigentes y se hizo mucho hincapié en que las exportaciones locales de acero "no desplazan la producción nacional de los Estados Unidos y no amenazan con perjudicar la seguridad nacional del país".
Una negociación ardua
Luego del anuncio de Trump comenzaron las negociaciones para dejar afuera al país de los aranceles. Los ministros Cabrera y Jorge Faurie, de Relaciones Exteriores y Culto, enviaron una nota al United States Trade Representative y al Secretario de Comercio, pidiendo abrir el diálogo sobre la cuestión acero y aluminio.
El 9 de marzo, Macri habló del tema con Trump por teléfono y el presidente de EEUU le aseguró que iba a analizar el caso puntual del país. Cuatro días después, el secretario de Comercio, Miguel Braun; el subsecretario de Comercio Internacional, Shunko Rojas y el Embajador argentino en los Estados Unidos, Fernando Oris de Roa, se reunieron en Washington con el secretario de Comercio, Wilbur Ross, con el subdirector del Consejo Económico Nacional y Asesor segundo para el Presidente para Asuntos Económicos Internacionales, Everett Eissenstat, y con el vice representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), Curtis Mahoney. Los locales destacaron el "buen clima de diálogo" con sus pares estadounidenses.
La negociación tuvo otro capítulo. Fue el 21 de marzo, cuando Cabrera y Faurie oficializaron el pedido de excepción arancelaria ante el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer.