En línea con las últimas expectativas de mercado, que se fueron ajustando desde 1,7% a mediados de marzo a cerca de 2,5% en las últimas semanas, el Indec comunicó que la tasa de inflación se ubicó en 2,3%, una décima de punto porcentual menos que en febrero, pero muy superior al 1,8% de enero.
El porcentaje de suba estuvo impulsado por los aumentos estacionales en Educación, 13,8%; Equipamiento y Mantenimiento del Hogar 4,5%; y también la estacionalidad alta de Prendas de Vestir y Calzado, 4,4%, por el ingreso de líneas para la nueva temporada otoño e invierno.
En Transporte, pese a que la bajada de bandera de los taxis subió un 18%, la suba promedio fue de 1,3% en la Ciudad y 1,8% a nivel nacional.
Con la variación de marzo, que acumuló en el trimestre 6,7%, mayor al 6,1% registrado en similar período del año anterior, el margen de maniobra de Hacienda y del Banco Central para poder cumplir con la meta del 15% a fin de año se reduciría drásticamente, porque exigirá una desinflación promedio a un rango del 0,9% por mes; y del 0,6%, o menos si en abril el alza de precios al consumidor vuelve a superar el 2 por ciento.
Con la inflación acumulada en marzo y las expectativas para abril, el margen para que Hacienda y el Banco Central pueda alcanzar la meta anual del 15%, se reduce a no superar hasta diciembre un rango de 0,6% a 0,9% por mes
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Central, los analistas proyectan una inflación anual del 20,3%, con un componente núcleo importante. En el informe de marzo, los analistas consultados por el BCRA indicaron que esperaban que la evolución de los precios sin los factores estacionales o regulados cerrara el año con una suba del 18,1 por ciento.
De todas formas, la buena noticia que trajo el Indec es que en el cotejo interanual se mantuvo el proceso de desinflación, porque pasó de 32,6% a 25,4 por ciento.
En el cotejo interanual se advierte la desinflación del 32,6% a 25,4 por ciento
Señal de alerta
El fenómeno que inquieta a muchos analistas es que el alza de los precios en los pasados 12 meses se estabilizó en el rango del 25% desde diciembre último, cuando se decidió recalibrar la meta para todo el año del 10% al 15% a diciembre próximo.
Sobre todo, porque en el caso particular la denominada "inflación núcleo", la que no está vinculada con factores estacionales y con los precios regulados por el Gobierno, se aceleró a 2,6%, superando el promedio general, porque recibió con rezago los efectos de las subas previas del tipo de cambio y de las tarifas.
De todas formas, esa inflación núcleo que miran las autoridades nacionales para "calibrar" la política monetaria acumuló tanto en el trimestre como en los pasados 12 meses un nivel moderadamente inferior al promedio general.
Una vez más, pese a los cambios de precios relativos que impulsa el Gobierno, concentrados más en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, el Indec volvió a registrar que la inflación mostró escasa dispersión por regiones, en particular en el acumulado del año y en los pasados 12 meses.
Expectativas para el resto del año
Es evidente que el proceso es mucho más lento de lo que el Gobierno había planificado. De acuerdo a los pronósticos del mercado que recibe mensualmente el Banco Central, recién para el 2020 la inflación bajaría a niveles del 10%, o sea un año más tarde de lo previsto por las metas oficiales.
Sobre todo porque nuevamente para abril se proyecta otro mes con una variación muy superior al ritmo de algo menos de 1,2% necesario, como promedio mensual, para poder cumplir con la meta recalibrada del 15% interanual a fines de diciembre, por la nueva ronda de suba de tarifas.
La consultora Ecolatina estimó que en el primer semestre la inflación se ubicaría cerca del 12%, es decir, apenas tres puntos por debajo de la meta para todo 2018.
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