La economía volvió a dar claras muestras de una segmentación de los indicadores de consumos de las familias en el primer mes de 2018, según datos del Indec.
El organismo oficial de estadística comunicó que las ventas por parte del conjunto de los shoppings ascendieron en enero a $4.754 millones, y representó un crecimiento en términos reales del 4%, pese a que en valores nominales los ingresos se elevaron cuatro puntos porcentuales menos que la tasa de inflación.
Por el contrario, el agregado de las cadenas de supermercados en todo el país sufrió una merma del 3,1% en términos reales, al descender a un valor nominal de $30.809 millones.
Semejante disparidad en el comportamiento del consumo de las familias, más alto en los centros proveedores de productos semidurables, como indumentaria, electrónica, cuidado personal, juguetes, y suntuarios; y en retroceso en los no durables, como alimentos y bebidas, se reflejó en el comportamiento del humor de las familias: subió en los sectores de altos ingresos y cayó en las franjas más postergadas, según la medición del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.
Claramente, el efecto del "agotamiento" del efecto de la suba de los salarios en 2017, hasta que empezaran a cerrarse los primeros acuerdos para el año en curso entre fines de febrero y marzo, se estima que afectó la demanda de productos de primeras necesidades por parte de los sectores con ingresos bajos y fijos.
Mientras que los sectores de trabajadores vinculados con ramas muy activas, en la construcción y parte de la industria, así como de servicios de turismo, habrían logrado recuperar niveles de consumo de productos durables y semidurables.