El gobierno de Mauricio Macri no logra revertir uno de los grandes déficits heredados de la presidencia de Cristina Kirchner, el del sector energético. Aunque en los últimos dos años se impulsaron cambios en el esquema de negocios del sector, la debilidad de la producción no puede seguirle el ritmo al alza del consumo, lo que profundiza el desequilibrio de las cuentas externas.
Tras exhibir un notorio superávit comercial hasta 2010, a partir de 2011 Argentina cayó en déficit energético. Con precios del barril por encima de los USD 100 para las variedades de referencia WTI y Brent, la insistencia de la administración de Cristina Kirchner en poner un tope interno para el precio del barril por debajo de USD 80 desincentivó las inversiones en petróleo y gas, que requieren hundir grandes montos de capital y demandan una proyección de largo plazo.
La estatización de YPF y el incipiente desarrollo del mega yacimiento no convencional de Vaca Muerta paliaron apenas el desbalance. En 2013 el rojo comercial por energía alcanzó su máximo de USD 6.902 millones según datos del INDEC y éste se fue moderando en años subsiguientes, hasta los USD 2.877 millones de 2016. Pero en 2017 volvió a crecer un 13,7%, hasta los USD 3.272 millones, por mayores importaciones y un alza de precios internacionales.
SALDO COMERCIAL ENERGÉTICO
EN MILLONES DE DÓLARES
Pablo Besmedrisnik, analista de Invenómica, refirió que "la producción petrolera no encuentra su piso y en 2017 se contrajo en un 6,4% frente a 2016. Sin embargo, la evolución de la producción petrolera genera mayor preocupación cuando se la analiza en términos del tamaño de la economía nacional: en los últimos 10 años la producción de petróleo en relación al PBI cayó un 37%".
Con la llegada de Macri al Gobierno varió por completo el panorama sectorial. Se liberó el "cepo" y con la devaluación los jugadores del sector tuvieron un tipo de cambio más alto para ingresar dólares e invertir. También se reabrió la posibilidad de girar dividendos al exterior. En 2015 y 2016 las petroleras tuvieron la ventaja de un subsidio al "barril criollo", cuyo precio se ubicó temporalmente por encima del Brent del Mar del Norte, dinámica que replicó en un aumento de los precios del combustible al consumidor en la Argentina, mientras caían en el resto del mundo.
La producción de petróleo contrasta con la pujanza del mercado doméstico de combustibles líquidos
Besmedrisnik atribuyó la falta de desarrollo sectorial a la "constelación de precios" que hubo en un mercado intervenido y confió en que se "se están sentando bases para que haya inversiones en el sector, fundamentalmente por el cambio de reglas de juego en el plano local".
En septiembre de 2017 el Ministerio de Energía anunció la liberación de los precios del combustible y la convergencia con la cotización internacional después de 16 años. Esto implica que los precios internos de la energía están hoy fuertemente ligados a la evolución del crudo en el exterior, el alza del dólar y en menor medida a cambios impositivos.
En 2017 la nafta Premium aumentó en la Argentina un 34% por la suma del aumento del precio internacional del petróleo y del dólar en el mercado local, casi 10 puntos porcentuales por encima de la inflación.
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"El precio de la nafta premium, cuyo valor se mueve al ritmo del precio internacional del petróleo y del dólar, y cuyos impuestos directos, desde marzo de 2018, se moverán al ritmo de la inflación de cada trimestre, podría llegar a $32,86 por litro en diciembre de 2018, teniendo en cuenta la proyección de precio del petróleo de la Administración de Información Energética (EIA-Energy Information Administration) de los Estados Unidos y las expectativas de valor del dólar del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA", puntualizó un informe de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (FECAC).
Según este cálculo, el combustible aumentaría en torno al 17% este año, algo menos que la inflación prevista para todo 2018, de 19,9% según el último REM del Banco Central.
PRODUCCIÓN EN BAJA
Pero aún con un sostenido mercado interno, la producción continúa en declive. Según datos del Ministerio de Energía y Minería, la producción de petróleo en 2017 restó 6,4%, a 27.813.885 metros cúbicos, desde los 29.707.626 de 2016. La producción de gas disminuyó 0,9% el año pasado, a 44.595.411 miles de metros cúbicos frente a 44.987.754 miles de 2016.
Pablo Besmedrisnik explicó a Infobae que "básicamente hubo un atraso importante en la producción en los últimos años porque se dejó de lado la inversión en la exploración y generación de nuevos recursos. El impacto de la desinversión no se nota inmediatamente, si no en años. Y las nuevas inversiones también llevan años hasta concretar resultados. Salir de años de desinversión es costoso, en tiempo y en divisas, pues no solo es el costo del déficit, si no la perdida de divisas que generaba el superávit".
PRODUCCIÓN PETROLERA Y CONSUMO DE COMBUSTIBLES LÍQUIDOS
"La realidad de la producción de petróleo contrasta con la pujanza del mercado doméstico de consumo de combustibles líquidos. Mientras que entre 2007 y 2017 la producción de petróleo se achicó en un 26,7%, el consumo de combustibles líquidos (naftas y gasoil) se incrementó en un 22,2%, siempre medida en cantidades", apuntó Pablo Besmedrisnik. En los últimos 10 años el parque automotor creció 88% en Argentina.
A principios de marzo YPF, la principal compañía del rubro, con el 34% de la producción de gas de la Argentina y el 45% de la de petróleo, presentó en la Bolsa su balance de 2017. Allí reconoció que la producción de crudo "se vio afectada principalmente por el declino natural de sus yacimientos maduros. También, la producción se vio afectada fuertemente en el segundo y tercer trimestre por diversos factores climáticos –como fueron las inundaciones y temporales que se registraron en la Cuenca del Golfo San Jorge–, bloqueos a las operaciones y conflictos con algunas de las comunidades mapuches".
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YPF añadió que "la salida del esquema del barril criollo y la plena vigencia de los precios internacionales afectaron en forma directa las reservas probadas: entre el 2015 y 2017 el barril pasó, en promedio, de 74 a 55 dólares". Conforme a las reglas de la Comisión de Bolsa y Valores de los EEUU (SEC o Securities and Exchange Commission), que se aplican también a las empresas extranjeras que cotizan en Wall Street como YPF, sólo pueden ser consideradas reservas aquellos barriles cuyo costo puede ser absorbido por el precio vigente, más allá de la existencia concreta del hidrocarburo.
EL POTENCIAL DE VACA MUERTA
Las inversiones aún se concentran en el segmento no convencional (shale y tight), pero la caída de reservas convencionales y la menguante producción de los pozos ya activos no ofrecen una visión favorable para el corto plazo.
El shale gas o gas de esquisto es el que se encuentra almacenado dentro de bloques de rocas sedimentarias, mientras que el tight gas o "gas de arenas compactas" requiere de menor fracturamiento hidráulico que los campos de shale, con menores costos.
Un reporte de HUB Energía detalló que la producción de shale gas en Argentina alcanzó los 8,1 millones de metros cúbicos diarios en diciembre de 2017, para representar el 6,6% del total producido en el país y el 11,5% del total de la cuenca neuquina, principal proveedora de hidrocarburos del país. Estas cifras significan una mejora de 59% contra diciembre de 2016.
La flota automotriz, gran consumidora de combustibles líquidos, creció un 88% en los últimos 10 años
En tanto, la producción de tight gas alcanzó en diciembre los 25,1 millones de metros cúbicos diarios, el 20,5% del total producido en el país y el 36% del total de la cuenca neuquina. Esto es un crecimiento de 11% en comparación a diciembre de 2016.
"En total la producción de gas no convencional alcanzó el 27% del total producido en el país", con un alza de 19% interanual, subrayó HUB Energía.
Luciano Codeseira, experto de la Diplomatura en la Industria de Petróleo y Gas de la Universidad Austral, destacó los "muy buenos registros productividad inicial" en shale gas, en lo que definió un "un salto cualitativo en la industria de los no convencionales en Argentina".
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Besmedrisnik añadió que "se empiezan a ver resultados en el gas, con indicios fuertes, en especial en el no convencional, y buenas señales a futuro. Las empresas del sector aprovecharon el acceso en forma económica a capital en desuso, debido a la capacidad ociosa de empresas en el exterior".
El experto de Invenómica también recordó que "las compañías de capital intensivo, como las petroleras, necesitan financiamiento", y que esta posibilidad de fondearse en el exterior se volvió a abrir con eliminación de los controles cambiarios.
Respecto del petróleo no convencional, en diciembre de 2017 se llegó a una producción de 237.000 metros cúbicos, el 23% de la cuenca neuquina y el 10,8% del total del país.