Las grandes cadenas de supermercados son uno de los sectores que más empleo generan en la Argentina. Según estimaciones privadas, hay unas 120 mil personas en blanco. Ante las dificultades que plantea la debilidad del consumo minorista, el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos, Juan Vasco Martínez aseguró que "se están haciendo desde el sector los mayores esfuerzos por mantener el empleo actual".
"Gran parte del costo operativo son los costos salariales", explicó el directivo en diálogo con radio Mitre. "Una primera manifestación del fenómeno fue que se cortó mucho la rotación", describió, y recordó que "ahora se está operando en cuanto a personal en mínimos porque no hay más posibilidades de achique".
Como ejemplo, comentó que "un cajero de supermercado genera mayor costo laboral en Buenos Aires que en Madrid", debido a que "un cajero con un año de antigüedad su costo laboral en Argentina su costo laboral aproximadamente es 1.550 dólares". Añadió que "en Brasil sale la mitad, Paraguay 440 dólares, en Perú 550 dólares, Chile un promedio entre mil y mil 100 dólares".
Un cajero de supermercado genera mayor costo laboral en Buenos Aires que en Madrid
Vasco Martínez reconoció "un panorama sumamente complicado", pero relativizó que exista posibilidad de una ola de despidos. "En principio es cierto, estos números han circulado, pero no son números que estén confirmados", señaló.
El ejecutivo también apuntó a los costos logísticos de la cadena retail, con "un 47% de diferencia respecto de Brasil", con la misma carga impositiva que afecta a otras actividades de la economía argentina. "La industria está sometida a la misma presión tributaria, a los mismos impuestos distorsivos", refirió.
"Nosotros además hemos tenido como premio consuelo, por el pacto fiscal, la reacción que han tenido algunas provincias con los Ingresos Brutos. Nos han llevado a valores disparatados. En Neuquén una cadena de supermercados está pagando una alícuota el 6,5% de ingresos brutos. En Salta pasó de 3,6 a 5. Ciudad de Buenos Aires pasó del 2 al 3,5 en alimentos y bebidas", puntualizó Vasco Martínez.
"Antes el cliente era más fiel a una cadena de supermercado. Después empezó a buscar precio", precisó el directivo de ASU. "Reconocemos que ha habido un corrimiento el canal mayorista", aunque "hay una pérdida general que no lo explica el punto de corrimiento al canal mayorista", acotó.
"Ha habido una pérdida de consumo. Durante mucho tiempo el consumo masivo tuvo un subsidio indirecto que era el subsidio a las tarifas. Ese subsidio indirecto ha desaparecido. Entre pagar el gas o comprar cuatro flancitos más, esos cuatro flancitos se fueron", graficó.
Respecto de la inflación minorista y el volumen de ventas, aseveró que "ha aumentado el ticket promedio tanto en pesos como en unidades". Agregó que "esto indicaría que hay una recuperación levísima de la participación del canal supermercado".
Antes el cliente era más fiel a una cadena de supermercado, después empezó a buscar precio
"Hay muchas cadenas que apoyan parte de su negocio en otras actividades, frigoríficos, financieras (…). Hay dos o tres cadenas que son grandes locadores en el negocio de shopping. Eso más allá de la crisis que tenga el comercio sigue siendo una fuente de ingresos", relató Vasco Martínez.
Martínez reconoció un cambio en la conducta de los consumidores: "La caída fue más o menos general; aunque por momentos cayó más limpieza del hogar o higiene y cosmética; pero han tenido oscilaciones, porque hacia fin de año hubo un incremento de bebidas alcohólicas, por cuestiones estacionales".
Respecto al cambio de tendencia de los consumidores, Martínez no ve una razón única. "Es difícil explicarlo. Antes el cliente era más fiel a una cadena de supermercado. Después empezó a buscar precio por ofertas. Ahora también hay que sumar la apertura de los mayoristas a la venta minorista".