Solo 8 sectores de 14 terminaron el último año con salarios que subieron más que la inflación

Esa proporción se elevó a 12 si se toma la variación de la remuneración promedio de todo 2017. Ganadores y perdedores

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La remuneración promedio en el sector privado fue de unos $26.000 al cierre del último año
La remuneración promedio en el sector privado fue de unos $26.000 al cierre del último año

En una economía con tasa de inflación a ritmo de dos dígitos altos como arrastra la Argentina desde hace casi una década, en la que en un mismo período tiene un recorrido ascendente –como predominó en 2016– y descendente (desinflación, acuñó el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger), resulta muy complejo estimar si los salarios ganan o pierden poder de compra.

Más allá de que las altas tasas de inflación son siempre perjudiciales para los sectores asalariados y para jubilados y pensionados, como lo revelan los indicadores de consumo masivo, las estadísticas de los trabajadores en relación de dependencia en la actividad privada muestran situaciones diferentes, según se trate de comparar los valores extremos de cada cierre de año, o la remuneración promedio de cada período; y aun así varía de un período a otro.

Así se desprende de la estadística de evolución de los salarios privados del Ministerio de Trabajo que anticipó a la prensa, entre la que se contaba Infobae, José Anchorena, subsecretario de Políticas, Estadísticas y Estudios Laborales.

En 2016, el promedio general de 14 grandes ramas de actividad registró tanto en diciembre como en la media del año, alzas nominales en torno al 33%; pero mientras que en el primer caso la inflación fue del 40%; en el segundo resultó un poco más del 33%. Por tanto, entre extremos el salario real declinó un 4,5%, y en el promedio del año virtualmente no se alteró respecto a la base del último año de gobierno de Cristina Kirchner.

Pero en 2017 se observó el fenómeno inverso; no solo porque ya no coincidieron las tasas de variación de los salarios entre los niveles de cada cierre de período, como los del promedio del ejercicio; sino porque ahora virtualmente no se repitió la brecha de las tasas de inflación: 24,8% en el primer caso y 25,9%, en el segundo.

Señales confusas para las paritarias

Si se toma el nivel de unos $26.000 promedio de ingreso medio a fines de diciembre, sin el agregado del plus del medio aguinaldo, Trabajo midió, a través de los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), una suba nominal del 25%, similar a la variación del Índice de Precios al Consumidor Nacional del Indec.

Pero en cambio, si se toma como referencia el aumento promedio del año de las remuneraciones del orden del 30%, se obtiene una mejora del 3% al 4%, según se considere el promedio de salarios o la mediana, esto es el nivel que excluye el efecto de los valores extremos de la serie.

Semejantes diferencias explican muchas veces la falta de acuerdo inmediato entre empleadores y trabajadores para acordar el ajuste de salarios en paritarias, más aún si como toma en cuenta el Ministerio que conduce Jorge Triaca, la base de remuneraciones incluye horas extras o recorte de jornada por suspensiones transitorias, porque estima que lo relevante es considerar el ingreso efectivo de bolsillo para la mayor parte de los asalariados.

Fluctuaciones acordes con el ritmo de cada actividad

Las estadísticas laborales al cierre del último año mostraron que dentro de los 14 grandes sectores empleadores de la actividad privada los salarios le ganaron a la inflación entre puntas en ocho de ellos; se estancó en uno y cayó en cinco; respecto de la tasa de inflación del 24,8% que midió el Indec.

Mientras que en el promedio de todo el 2017 solo dos ramas de actividad registraron una leve pérdida de poder adquisitivo de las remuneraciones; fueron los casos de la explotación de minas y canteras; y enseñanza.

Baja del costo laboral

José Anchorena recordó que "con la sanción de la Ley 27.430, de reforma tributaria y laboral, desde enero se fijó un mínimo no imponible para las contribuciones patronales de $12.000 por trabajador; más la reducción gradual de la alícuota general del 20,7% hasta diciembre de 2018 al 19,5% desde el 1 de enero de 2022, lo que alentará la contratación de puestos que hoy operan en la informalidad, y que en general se ubican en esa franja salarial".

Así se desprende de los artículos 167 de la norma, que modificó el artículo 4 del decreto 814 del 20 de junio de 2001, por el siguiente: "De la base imponible sobre la que corresponda aplicar la alícuota prevista en el primer párrafo del artículo 2 se detraerá mensualmente, por cada uno de los trabajadores, un importe de doce mil pesos ($12.000), en concepto de remuneración bruta, que se actualizará desde enero de 2019, sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) 'que suministre el Instituto Nacional de Estadística y Censos, considerando las variaciones acumuladas de dicho índice correspondiente a octubre del año anterior al del ajuste respecto al mismo mes del año anterior".

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