Los autos agrandan el bache externo de la Argentina

El 2017 cerró con un déficit comercial que fue récord histórico y enero de este año abrió con un impactante saldo negativo de casi USD 1.000 millones

El mercado automotor demandó en enero importaciones equivalentes a más del 8% del total nacional

Entre las causas que explican ese inquietante desequilibrio en divisas se destaca la incidencia de la industria automotriz, cuyas importaciones fueron en enero un 48,5% más altas que un año atrás y representaron nada menos que el 8,6% de todo lo que importó la Argentina.

Esos datos renuevan la preocupación que había por el desequilibrio externo del año pasado, y confirman que el sector automotriz es uno factores claves del problema.

Los números de enero prolongan una situación que el año pasado había dejado el siguiente cuadro negativo para la industria:

1.- A pesar de que en el mercado local las ventas aumentaron en 2017 más del 20%, hasta alcanzar casi 900.000 unidades, la producción nacional fue aproximadamente la mitad de esa cantidad e inferior a la de 2016.

2.- Se exportaron 210.000 autos, un 10% más que el año anterior; pero se importaron 625.000, un 42% más que en 2016.

3.- El intercambio de autopartes fue deficitario en USD 6.700 millones, un 15% más que en 2016.

4.- Entre autos y autopartes, el sector tuvo en 2017 un saldo comercial negativo de alrededor de USD 9.000 millones.

Se trata de un agujero gigantesco, que por sí solo superó el déficit total de la balanza comercial, que el año pasado fue de 8.500 millones de dólares, y que a juzgar por los números de enero podría agrandarse en el año en curso.

Agujero gigantesco, que por sí solo superó el déficit total de la balanza comercial, que el año pasado fue de USD 8.500 millones

La visión del Gobierno

En el Gobierno no desconocen el problema ni ocultan la preocupación, pero desde el Ministerio de Industria sostienen que el desequilibrio se irá achicando, y basan el optimismo en que se estaría dando un proceso de inversión y especialización por parte de varias terminales, que elevaría el bajísimo grado de integración de partes locales que tiene el sector y que permitiría ganar mercados externos expandiendo exportaciones.

En ese sentido, Infobae puede adelantar que Volkswagen está por anunciar una inversión de USD 150 millones en su planta de Córdoba para una nueva línea de montaje que producirá anualmente 270.000 cajas de cambio de seis velocidades que se exportarán en su totalidad.

Esa novedad se suma al lanzamiento que hizo hace un par de semanas Fiat de su modelo Cronos, que se fabricará con un 40% de partes nacionales (53% si se lo mide en valor), que es más que el 30% de integración promedio que hoy tiene el sector, y cuya producción se destinará en gran parte al exterior (según proyecciones de la empresa se exportarían más de 50.000 unidades por año).

También señalan como auspicioso el aumento de las exportaciones a mercados no tradicionales como América Central, Colombia y Australia.

En el Gobierno señalan como auspicioso el aumento de las exportaciones a mercados no tradicionales como América Central, Colombia y Australia

Las proyecciones para este año que la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) le acercó al Gobierno muestran que las ventas subirán un 10 por ciento hasta arañar el millón, que la producción nacional crecerá un 10%, y que las exportaciones aumentarán un 40 por ciento.

Mal comienzo

Pero más allá de esos indicios promisorios y pronósticos positivos, por el momento la situación sigue siendo delicada y los números rojos más intensos. Además del tremendo salto en la importación de autos de enero, el mes pasado la producción cayó 18% en comparación con igual mes de 2017, a pesar de que el nivel de ventas de concesionarias trepó un 22% y se convirtió en el mejor enero de la historia.

La venta anda en cuatro ruedas. La producción renguea. Solo uno de cada cuatro autos cero kilómetro que salió de una concesionaria es de fabricación nacional.

Solo uno de cada cuatro autos cero kilómetro que salió de una concesionaria es de fabricación nacional

Todo lo anterior explica por qué el Gobierno activó la instrumentación de la penalidad que les corresponde a las terminales que no cumplen con lo establecido en el Acuerdo Automotriz vigente con Brasil, y se exceden en generar saldos negativos en el intercambio bilateral.

Según averiguó Infobae, la Secretaría de Industria ya les comunicó a las empresas incumplidoras que deben constituir un seguro de caución por casi USD 400 millones como garantía de que van a corregir los desvíos ya acumulados.

El Acuerdo Automotriz con Brasil que rige desde junio de 2016 hasta junio de 2020 establece que el intercambio bilateral es libre de aranceles, pero fija que a lo largo de ese quinquenio las compras de un país a otro no pueden ser más que una vez y media lo que le vende, y lo mismo se aplica a cada una de las terminales.

La industria automotriz es altamente dependiente de partes y autos terminados del resto del mundo, principalmente de Brasil (Adrián Escandar)

Compensación bilateral

Por ejemplo: si se exporta autopartes y unidades terminadas por 100 dólares no se puede importar por más de 150. Si se excede, al final del período deberá pagar los aranceles por la porción que superó el coeficiente de 1,5 veces.

Dada la configuración de las industrias de ambos países, el que se está excediendo en sus importaciones es la Argentina, que en el intercambio con Brasil genera el mayor déficit dentro del saldo negativo de toda la industria. En 2017 el comercio bilateral de autopartes arrojó un rojo de casi USD 1.700 millones, y el de autos fue aún mayor.

En 2017 el comercio bilateral de autopartes con Brasil arrojó un rojo de casi USD 1.700 millones, y el de autos fue aún mayor

Los desequilibrios de la industria automotriz ganan relevancia porque se dan en un contexto en el que al déficit de la balanza comercial se le suma el drenaje de divisas por pago de intereses de la deuda, turismo, regalías, giro de utilidades y atesoramiento por parte de particulares.

Un fenómeno incipiente pero vertiginoso a considerar es que los autos nacionales están enfrentando la nueva competencia china. Ya desembarcaron cuatro marcas –Geely, Baic, Foton y DFSK- y están por venir más. Tratándose de productos chinos, difícil exagerar el peligro.

Pero peor sería si, como algunos postulan, la Argentina fuera como Chile y no tuviera industria automotriz. En tal caso, el déficit sería muchísimo mayor, entre varias otras desventajas.