La inflación de los Estados Unidos arrojó un valor más alto que el esperado en enero y volvió a generar preocupación en los mercados. Finalmente, el mes pasado el aumento del índice de precios llegó a 0,5%, un valor de por sí alto pero además por encima de lo que esperaba el mercado (el pronóstico era 0,4%). De esta forma, en los últimos doce meses llegó al 2,1%. Y también la inflación núcleo terminó siendo más alta que la esperada.
Ni bien se divulgó este índice, el mercado corrigió. Los futuros de las acciones norteamericanas que operaban con una suba de 0,5% se dieron vuelta para operar casi 1% abajo. También subió la tasa a diez años de los bonos del Tesoro norteamericano, que es la que se utiliza como referencia del resto de los títulos, en particular de mercados emergentes.
El dato también era esperado con ansiedad desde el gobierno argentino. Sucede que un incremento de las tasas de interés implica automáticamente un aumento en el costo del financiamiento, un aspecto delicado para un país que tiene mucha dependencia del endeudamiento. Incluso en el último mes el deterioro en el precio de los bonos superó al que tuvieron otros países de la región. El riesgo país de la Argentina subió 20% en el año, hasta los 415 puntos, lo que implica un encarecimiento del acceso al crédito.
La incógnita es hasta qué punto este “viento de frente” financiero podría afectar a la economía argentina
Este dato de inflación norteamericana tiene un impacto negativo directo en el plan del Gobierno de salir a financiar con emisión de deuda el déficit fiscal. Hoy los títulos a diez años de plazo rinden por encima del 7% anual en dólares, por lo que saldría mucho más caro que enero salir a tomar deuda en el exterior. En el caso de las provincias también la situación se volvió más compleja por el mismo motivo. Las empresas, por el momento, se quedaron sin la posibilidad de colocar deuda en el mercado internacional, al menos hasta que el contexto de los mercados se tranquilice.
Una suba de las tasas en Estados Unidos también genera mayor aversión al riesgo, con lo que cabe esperar un menor ingreso de dólares al mercado local. La reciente presión cambiaria, que obligó al Gobierno a intervenir para que el dólar no supere los 20 pesos, está en parte vinculada con este fenómeno. Y es posible que la tendencia recrudezca en los próximos días.
Por lo pronto, además de salir a intervenir en el mercado de cambios, el Tesoro argentino también salió a financiarse en el mercado local, con emisiones en pesos la semana pasada por el equivalente a USD 3.600 millones. Así mostró una menor dependencia del mercado externo.
La incógnita que queda flotando es hasta qué punto este "viento de frente" que empezó a soplar en los mercados internacionales podría afectar a la economía argentina. Sería razonable pensar que en la medida que la situación no se revierta, se vea afectado el crecimiento proyectado para este año.
También cobra relevancia la decisión que adopte hoy el BCRA en su reunión quincenal de política monetaria. Allí deberá definir qué sucede con la tasa testigo que maneja la institución, que actualmente se ubica en el 27,25%. Los analistas creen que en este escenario hay poco margen para avanzar en reducciones adicionales.
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