Cyril Carabot: "Las empresas francesas quieren volver a la Argentina"

El secretario del Sindicato de Energías Renovables de Francia aseguró que tras la gira de Macri las empresas vuelven a mirar a la Argentina para invertir. Eso sí, bajo el paraguas del Banco Mundial

Cyril Carabot, secretario del Sindicato de Energías Renovables de Francia.

Enviada especial a París

"Las empresas francesas sienten más confianza en la Argentina de Macri que la que tenían cuando gobernaban los Kirchner", confiesa Cyril Carabot, secretario general responsable de las relaciones internacionales del Sindicato de Energías Renovables de Francia. El organismo reúne a 400 empresas vinculadas a ese sector, algunas presentes en la Argentina, que participan en el proyecto Renovar, como la empresa Neoen y que están en contacto con la CADER (Cámara Argentina de Energías Renovables).

Carabot estuvo presente en la reunión de una hora y media que se llevó a cabo el viernes pasado, de la que participó el Presidente junto a la delegación argentina, el ministro de Asuntos Exteriores -antiguo embajador en Francia- y también el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet.

El sindicato –más un partenariado que un sindicato clásico, ya que no hacen huelgas- es una asociación profesional que agrupa empresas, y que los representa en las discusiones con el gobierno y también a nivel internacional. En Francia opera como un grupo de lobby que trabaja con el gobierno francés para lograr un marco legislativo lo más favorable posible para las energías renovables.

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En septiembre vendrán a la Argentina junto con el MEDEF (Movimiento de Empresas de Francia) a participar del Foro Empresarial de CCI Francia Argentina.

Francia, al igual que en el resto de los países europeos, busca ampliar el porcentaje de las renovables dentro de la matriz energética, dominada hoy por la nuclear (75%), seguida de las energías renovables (19%), y gas y térmica (6%).

— ¿Cuáles son sus ambiciones respecto a la Argentina como sindicato?

— Nuestro objetivo es ver en qué medida las empresas francesas pueden participar en la transición energética de Argentina, ya sea por las licitaciones pero también por el mercado de alto consumo. Los grandes consumidores argentinos deben seguir el nivel de incorporación de renovables. Hay empresas francesas que se posicionan en proyectos de minas de litio. El presidente Macri indicó que el litio era parte de las prioridades de desarrollo en la Argentina. Esas unidades de producción necesitan energía y, viendo la baja de los costos de lo renovable, es más interesante para ellos producir solar para alimentar las minas de litio que usar fósiles o tomar energía de la red.

Somos optimistas. Hay algunos grandes grupos en la Argentina que participaron en la reunión con Macri. NG tenía un litigio que está por resolverse y piensan volver a la Argentina.

Las empresas francesas tienen sensación de confianza con Macri, no como en los años de la presidencia de los Kirchner

También TOTAL está interesada en proyectos vinculados a gas y energía solar. Fuera de estos dos grandes grupos, Neoen, Aqua Energy, que es una empresa presente en Uruguay; RN, que es una pyme que desarrolla proyectos eólicos en la Patagonia, y la filial del Grupo Casino, Grinielo, vinculada a lo solar, y que trabaja en energía fotovoltaica en techos. En colaboración con el MEDEF de empresas, se van a desplazar a fines de septiembre a Buenos Aires con un tema de energías renovables.

— ¿Qué impresión les dejó la reunión con el presidente Macri ? ¿Confían en que el gobierno argentino tiene una política de largo plazo?

— En esta reunión del MEDEF había 80 empresas de muchos sectores, muy variados, con dirigentes de empresas, y puedo decir que habría una sensación de confianza en relación a la política de Macri. Tenemos la impresión de que las empresas francesas vuelven con la sensación de confianza a la hora de realizar inversiones, no como en los años de la presidencia Kirchner. Hubo también una voluntad de apertura por parte del gobierno de Macri, con un sostén del Banco Mundial que marca también un poco el éxito del proyecto y que atrae esas inversiones. Ese es el sentimiento del lado francés.

Tuvimos también la oportunidad de tener una reunión bilateral con el ministro (Juan José) Aranguren, hace unos meses, y nos expresó que hay otros países, además de Francia, que están muy interesados en volver a invertir en la Argentina.

Cyril Carabot: “Hasta 2017, la Argentina no estaba en el mapa de las empresas francesas”.

— Les pesa a las empresas francesas la experiencia del grupo Suez, que presentó ante el CIADI una demanda contra el país, luego de que el gobierno de Néstor Kirchner revocara un contrato de 30 años por la provisión de servicios a Buenos Aires con Aguas Argentinas (su subsidiaria en el país), un fallo que continúa pendiente.

— Los proyectos, las licitaciones se renuevan, está la garantía del Banco Mundial, que está también para asegurar a los inversores. Y a nivel institucional francés contamos con la presencia de la Agencia Francesa para el Desarrollo que estuvo ausente del mercado argentino pero que ahora desea abrir una oficina en Buenos Aires.

— ¿Hay una fecha estimada?

— No hay fecha estimada por ahora. Está en las etapas previas que debe coordinar con el Ministerio de Economía. Es que, hasta el 2017, la Argentina no estaba en el mapa de las empresas francesas. Ahora se van a abrir de nuevo, con financiamientos que se van dar para el desarrollo de proyectos franceses. Argentina no formaba parte del mapa de previsión. Pero ahora está presente, lo que es un signo de confianza. El Estado francés quiere de nuevo incluir a la Argentina en ese tipo de ayuda que son préstamos a 20 o 25 años con una tasa de interés del 1% (muy favorables porque son prestamos de Estado a Estado).

— Durante muchos años las empresas de energía admitían, en off, que consideraban que en la Argentina no había seguridad jurídica como para elegirla para las grandes inversiones que requiere la industria de ese sector. ¿Sienten que hoy hay seguridad jurídica en el país?

— En el tema energético, pienso que la garantía del Banco Mundial es importante para animarse a poner el mecanismo en marcha. Si no hubiese estado esa garantía… hubiese sido más complicado. Ese es un elemento fundamental para actuar en caso de problemas. Luego, es el gobierno argentino quien tiene que demostrar que a largo plazo tiene estabilidad y que es capaz de generar una confianza que se instaure. La salida de ciertas empresas, sobre todo EDF (Electricidad de Francia) fue porque hubo rupturas y problemas que llevaron a que la Argentina no sea considerada como un mercado estable, sobre todo en el aspecto financiero.

Empresas francesas quieren participar en la transición energética argentina y competir en el mercado de alto consumo

Ahora con la imagen que quiere dar el presidente Macri, a partir de reformas profundas que a nivel social crean algunos problemas, hay una voluntad de generar confianza en los inversores y dar señales positivas a los mercados para poder lanzar las inversiones al interior de la Argentina.

Cuando fuimos con el MEDEF en 2016 y nos encontramos con el ministro de Economía, con el ministro de Energía y el resto del gabinete del presidente Macri, todos insistieron en la necesidad de tener resultados rápidos, especialmente en Renovar, porque no había una mayoría del gobierno en las Cámaras en ese momento. Había elecciones y plazos de medio mandato en la Argentina y desde el gobierno de Macri se le exigía que mostrara resultados rápidamente.

— El proyecto que usted mencionó de litio, ¿es simplemente para la extracción del mineral y su exportación o también se está pensando en alguna especie de valor agregado, como llegando tal vez a las baterías?

— La energía renovable es un sector con un crecimiento a dos cifras. En los últimos 5 o 6 años se habla de 300 mil millones de dólares de inversión en el mundo en ese sector. Uno de los inconvenientes de las renovables es que la energía es variable, cuando hay sol o no hay viento no producen, y detrás el objetivo es instalar sistemas de depósito para eliminar ese inconveniente de la inestabilidad. El litio forma parte de los componentes de depósito, muy importante. Con las energías renovables habrá un desarrollo del almacenamiento estacionario, vinculado a proyectos renovables y un almacenamiento móvil con flotas de vehículos eléctricos que desean desarrollar la mayoría de los países para enfrentar los problemas de polución. El litio, según lo que decía el presidente Macri, está pensado para utilizar 50% para el Estado nacional y 50% para exportar.

“La salida de ciertas empresas llevó a que Argentina no sea considerada un mercado estable”.

— ¿Les suena coherente la política energética de la Argentina? Por un lado, apuesta renovable; por otro, centra expectativas con la explotación de combustibles fósiles, como con Vaca Muerta.

— La impresión que tenemos es que hay dos grandes ejes de la política energética: por un lado está la explotación de energías fósiles, como gas y petróleo, Aranguren es un ex directivo de la Shell (risas); por otro, lo que tiene que ver con renovables. Creo que por detrás, está esa voluntad de no poner todos los huevos en la misma canasta y entonces desarrollar lo fósil y lo renovable.

—¿Qué debilidades o desafíos ve en el desarrollo de las renovables en Argentina?

— Creo que no es un problema, sino un riesgo. En ese proceso de licitaciones la prioridad se da al más barato. El riesgo es que somos empresas que proponemos proyectos, tal vez un poco más caros, pero que representan un beneficio local. Puede haber empresas de otros países (asiáticos por ejemplo, pero sin nombrarlos) que están muy presentes en Argentina y que vienen con proyectos y a veces hasta con obreros para construirlos. Ellos hacen las cosas al costo para el que han sido seleccionados y luego se van. La mayoría de los productos son importados: deberíamos preguntarnos qué es lo que queda para el país, fuera de la electricidad barata.

Para las empresas francesas es difícil luchar exclusivamente sobre la base del precio. Nosotros, en un proyecto de renovable creamos un valor local con la formación y el empleo de ingenieros o técnicos locales sobre el proyecto, y sobre el mantenimiento y la gestión del proyecto posterior.

Es por eso que trabajamos en muchos otros países en el aspecto de la formación de ingenieros que podrán luego desarrollar lo mismo, crear empresas con valor local que resulte de esas licitaciones; no solo los medios de producción. Nosotros hemos hecho intercambios de excelencia en investigación, por ejemplo en Kenia, con transferencia de tecnologías, integración a la red. El peligro es que tengamos solo la óptica de tener medios de producción a bajo costo, sin preocuparnos por el resto.